viernes, 24 de julio de 2015

En la piel del lobo. Capítulo 2. By Calista








CAPITULO 2

Departamento de Nádia.

Calista se miraba al espejo con ojo crítico.

Esta noche saldría con las chicas un rato. Irían a tomar algo y escuchar un poco de música al Santuario. Necesitaba despejarse y le pareció una buena idea cuando Gise y Vicky se lo mencionaron.

Había elegido su ropa con cuidado, un poco casual pero sin dejar de sexy. Un sencillo jean negro pero que se amoldaba a sus largas piernas y una remera negra, también, pero con un generoso escote en la parte de adelante que dejaba poco a la imaginación, unas botas stiletto negras.

Se ató el cabello en una coleta floja, dejando escapar algunos rizos que acariciaron su cuello en forma seductora.

Gise ya se encontraba en la sala conversando con Nádia y seguramente en cualquier momento haría acto de presencia en su habitación para apresurarla.

En un arrebato de coquetería, raro en ella, tomó la caja de maquillaje y se sentó frente al tocador con una sonrisa.

Gise estaba en la sala, vestida con un pantalón negro, una camiseta blanca y unas botas de taco altísimo; esperando exasperada a Calista. Levantándose enfadada soltó:

—Calista definitivamente piensa que tenemos toda la noche para esperarla, pues no. A la princesa atlante la voy a traer arrastrada de los pelirrojos pelos como no esté lista ahora —finalizó mientras la carcajada de Nadia retumbaba en la sala y Gise iba con paso enérgico al cuarto de la joven, mientras con una sonrisa maléfica abría de pronto la puerta.

Calista esta sentada frente al espejo con el delineador de ojos en la mano, mientras con todo el cuidado del mundo se maquillaba, eso fue hasta que la puerta de su cuarto se abrió abruptamente dando paso a una Gise que luego quedó mas que sorprendida cuando vio qué estaba haciendo.

Claro que el susto hizo que la muy prolija línea que estaba realizando siguiera mas allá de donde debía y el delineador terminara incrustado en el ojo.

Gise se acercó escudriñándola con la mirada.

—¿Qué haces? —le dijo mientras la miraba con los ojos entrecerrados por el reflejo del espejo.

Calista pestañeó varias veces mientras corregía el error y se ponía un poco de gloss en los labios, se retocaba el cabello y tomaba la chamarra negra que estaba sobre la cama, se detuvo y miró a su amiga antes de contestar con lentitud.

—Me maquillo —le dijo con sencillez.

—Exacto, tú nunca te maquillas, la única vez que lo hiciste fue para  conquistar a… —La voz se fue desvaneciendo con culpabilidad al ver como cambiaba la expresión de su amiga. — Calista no quise…

La joven sacudió la cabeza antes de contestarle triste:

—Gise no importa, de veras, no te preocupes. Además precisamente por eso lo hice; quiero ir dejando atrás la tristeza, así que te parece si nos ponemos en marcha, seguramente Vicky y Talon ya nos están esperando —le dijo mientras sacudía las caderas—. Un poco de baile no me hará nada mal —finalizó rompiendo el efecto cuando uno de los finos tacos se atascó y casi cae haciendo que su rostro se ruborizara mientras escuchaba la carcajada de su amiga.

—Sí Calista, mejor nos vamos antes que tengamos que llevarte al hospital —dijo mientras entre carcajadas buscaban a Nádia y destellaban al Santuario.


Santuario de la Familia Peltier.


Las chicas destellaron en el callejón, mientras eran recibidas por Dev y una de sus pícaras sonrisas.

—Damas, es un honor ver tanta belleza junta —dijo galantemente, haciendo que todas soltaran una carcajada.

—Olvídalo oso, estamos muy fuera de tu liga —dijo Gise entre carcajadas.

Nádia se acercó y le dijo:

—Mejor que tu hermanito no se entere —finalizó mientras apoyaba un dedo en el fuerte pecho.

Dev suspiró fastidiado y miró a Calista quien todavía sonreía.

—¿Tú no tienes nada para decirme? —preguntó con resignación.

Calista le guiñó un ojo mientras pasaba por su lado y murmuraba:

—Oso, mi mayor interés en este momento es mantenerme en pie con estos tacos y no dar un triste espectáculo delante de tanta gente —finalizó mientras ya en el salón adaptaba su visión y trataba de localizar a los suyos.

Siguió a Gise y a Nádia que se dirigían a una mesa apartada donde ya las esperaban Vicky, Talon y Jericho, que sonrió cuando la vio.

Se saludaron, se sentaron y las palabras brotaron de labios de todos haciendo que estallaran en carcajadas ya que todos hablaron al mismo tiempo.

Talon miró la sala repleta.

—Va a ser imposible que consigamos bebidas a menos que vayamos a la barra —dijo con el ceño fruncido.

Calista rió ante el gesto.

—Descuida tío Talon —dijo provocando las carcajadas de todos ya que así le había bautizado la joven atlante cariñosamente—. Voy por las bebidas. —Finalizó mientras se dirigía a la atestada barra luego de recibir los pedidos de todos, ignorando las lujuriosas miradas masculinas que la seguían.

Fang había entrado al Santuario.

Estaba atestado como siempre,  pensó suspirando mientras caminaba hacia la barra, cuando se detuvo en seco, unos metros antes de llegar.

El más bonito trasero que había visto en mucho tiempo, y eso ya era mucho decir, estaba en su campo visual. Siguió el recorrido por las larguísimas y bien torneadas piernas haciéndole endurecerse dolorosamente, cuando una voz con un leve acento lo sacó de sus pensamientos lujuriosos.

—Lobo, en verdad creo que sería muy buena idea que conservaras esa cabeza sobre los hombros ya que no puedes vivir sin ella, y ten en cuenta que me caes bien, pero en este momento estás seriamente afectando ese cariño por la forma poco respetuosa que miras a mi sobrina —finalizó en su oído Talon que se había acercado a buscar a Calista.

El were lo miró confuso antes de responder.

—¿Tu sobrina? Tú no tienes…

Su comentario fue interrumpido por una alegre voz femenina que instantáneamente reconoció, lo congeló e hizo que sus pensamientos le pesaran como toneladas de piedras.

—¡Fang! Qué bueno verte, juro que estaba extrañando tanto nuestras charlas y paseos que mañana mismo estaba por pasar por el pantano —le dijo Calista mientras le daba un sonoro beso en la mejilla y la bandeja con bebidas se inclinaba peligrosamente hacia el lobo.

¡Oh demonios! ¿Cuándo voy a dejar de meter la pata hasta el fondo por todos los dioses? Se preguntó con un gemido mientras observaba atentamente a su “amiga” vestida tan sexy que podía infartar a cualquiera.

Sintió el suave aroma a azahares que provenía de la joven y tragó en seco mientras notaba la mirada de advertencia de Talon y con seguridad que estaba lejos de sentir le respondía.

—Cal, de veras pasó bastante ¿Cómo te están tratando los entrenamientos? —preguntó llevando la conversación a terreno seguro.

Calista hizo un mohín con los labios que para el lobo fue una tortura seductora antes de contestar.

—Ya sabes, Nádia me grita, me tropiezo, sigo entrenando, me golpeo. Lo de siempre —le dijo mientras miraba mas allá— será mejor que lleve las venidas antes que Gise y Nádia me lleven de los pelos.

—Nos vemos lobo —dijo el celta antes de seguir a su sobrina postiza.

Se estaba alejando con un elegante contoneo de caderas, totalmente natural para ella, pero haciendo que la mayoría de los hombres y animales presentes la miraran con deseo. Retrocediendo luego al ver que iba escoltada por el enorme celta que miraba a todos con advertencia. Se tensó al ver lo que la joven diosa provocaba. Calista era muy inocente y no podría en este momento luego de lo que pasó con Julian pasar ningún tipo de mal rato, él se aseguraría de eso se dijo; para eso eran amigos.

Sigue engañándote lobo
, dijo esa molesta vocecita interna.

Oh! cállate fastidiosa, le dijo por dentro antes de beber la cerveza que le habían servido.

Se volvió para recorrer el lugar con la mirada; estaba llenísimo. Vio a Aimee sirviendo varias mesas. Qué extraño pensó, ni siquiera pensé en ella cuando vine… siguió mirando hasta que encontró la mesa donde Calista y el resto del grupo. Casi gruñó cuando vio el grupo completo.

¿Qué diablos hacía Jericho ahí? ¿Por qué había invitado al Dios y ni siquiera lo había llamado como solía hacer? Se dispuso a ignorarlos enfadado porque su amiga lo había dejado de lado cuando vio que ella reía de algo que le había dicho. Oh no imbécil pensó, no te vas a acercar a ella, está muy lejos de tu liga amigo. Espera que vean tus intenciones y verás como rápidamente te ubican nuevamente en tu puesto.

Antes de darse cuenta de lo que hacía, se encaminó con paso decidido a la mesa.

Cuando llegó todos lo saludaron con una sonrisa, menos Jericho que lo miró con ojos entrecerrados y se recostó perezosamente en la silla rozando a Calista.

Ignorando el gesto, Calista le hizo señas que se sentara a su lado mientras los demás seguían hablando.

—Ven Fang, justamente estaba por ir a buscarte para que te sientes con nosotros —le dijo mientras le brindaba una pícara sonrisa—. A ver si mi amigo me defiende ya que el tema de la noche parece ser Burla a Calista —finalizó mientras tiraba de él hasta sentar a su lado, mientras todos reían.

Inmediatamente se arrepintió de haberlo hecho, el cuerpo de Fang irradiaba calor y hacía que el vello de la piel se le erizara. Lo miró de reojo. Estaba muy guapo esa noche, la camiseta blanca se adaptaba al musculoso torso y los jeans desgastados a las largas y musculosas piernas, el cabello estaba recogido en una coleta. Esto le hizo fruncir el ceño; lo estudió en forma crítica, le quedaría mucho mejor si se recortaba un poco el pelo y se afeitaba, el atractivo rostro libre para ser acariciado pensó ganándose una mirada curiosa del lobo.

Salió de su ensueño mientras para disimular le dijo:

—Lobo ya que vas a permanecer callado y no me vas a defender,  esta noche quiero divertirme y bailar hasta que me duelan los pies mas de lo que ya me duelen —dijo provocando carcajadas nuevamente en todos.

—Te dije que no compraras tacos tan altos —le dijo Nádia entre carcajada y carcajada.

—Pero ya todos sabemos que… —Dijo Gise y todos se le unieron y terminaron a coro— hasta que Calista no lo experimenta en carne propia no sirve.

Calista los miró enfurruñada.

—¿Ves? Defiéndeme —le dijo a Fang con tono lastimero y haciéndole ojitos.

Fang sonrió entre dientes y luego de darle un largo sorbo a su cerveza le respondió:

—Te quiero Cal, pero algo de cierto hay en esas palabras —le dijo mientras le guiñaba el ojo—. Además dulzura sabes que no bailo, pídeme cualquier cosa, pero no que entre en ese mundo de gente —murmuró mientras señalaba con la cabeza la pista repleta.

La joven diosa entrecerró los ojos mientras le respondía:

—Lo voy a tener en cuenta lobo —mientras se acercaba y terminaba la frase en su oído haciendo que el animal en su interior aullara de deseo—, es un punto menos para mi amigo. —finalizó con voz ronca.

El were vio lo cerca que estaba el rostro del suyo, fue como si el Santuario entero quedara en silencio y cuando le iba a responder, fue interrumpido por la joven nuevamente.

—No importa, tú sí vas a sacarme a bailar ¿Verdad Jericho? —le dijo con coquetería al dios. Que con una sonrisa de placer se paraba y le extendía la mano.

—Sabes que no puedo negarte nada princesa —le dijo mientras la ayudaba a levantarse—. Además soy lo bastante seguro como para que no me moleste ni una multitud ni tener que bailar —concluyó dejando el último comentario colgado para el lobo que lo miraba irritado.

Se alejaron y se dirigieron a la pista, el aura que emanaba la pareja era impresionante reconoció con furia Fang, la gente simplemente les daba espacio para bailar y no tenían que sufrir los molestos codazos y empujones. Era poder puro pensó mientras veía como el cuerpo de Calista se movía al ritmo de la música, las caderas se balanceaban y las largas piernas parecían eternas. Quiso apartar la mirada millones de veces y prestar atención a la conversación que llevaban en la mesa, pero una y otra vez su vista volvía a la pista.

—Debiste sacarla a bailar cuando ella te lo pidió lobo —le dijo Gise que se había acercado para ver que tanto miraba—, después de todo fuiste su primera opción, ahora es un poco tarde para lamentarla.

Fang se sonrojó violentamente al sentirse descubierto. Carraspeó incomodo y miró automáticamente hacia donde estaba Talon y Vicky.

—No te preocupes, están muy atentos a su charla, yo simplemente estaba aburrida, así que decidí molestarte un poco —se carcajeó antes de volver a la charla grupal.

Sacudió la cabeza molesto e hizo lo mismo, mientras la misma palabra se repetía molesta en su mente Tonto.

Calista estaba realmente sedienta, pero sentía la mirada de Fang en ella y no quería volver a la mesa. El muy descarado la había rechazado. No es que le molestara bailar con Jericho, le caía muy bien y lo apreciaba mucho, pero no tenía una amistad igual a la que tenía con Fang.

Dándose por vencida ante la sed, se acercó a su compañero y le habló al oído.

—Necesito algo de beber, ¿Qué te parece si volvemos a la mesa, nos refrescamos y luego continuamos bailando? —le dijo mientras sentía como el hombre asentía, le tomaba de la mano y salían de la pista. Qué raro pensó para sí misma, no se me eriza la piel ni siquiera cuando me toca, Fang despierta eso solo estando cerca.

Llegaron a la mesa en el momento justo en que Talon y Vicky se marchaban.

—Qué bueno que volvieron —dijo Vicky—. Así podemos despedirnos, los niños ya deben tener a la pobre KenYa caminando por las paredes —terminó con una sonrisa mientras le daba un beso y un abrazo a Calista—. Tú no te pierdas y pásate por casa que tenemos que ponernos al día.

Calista sonrió mientras le devolvía el abrazo.

—Por supuesto que voy a ir, extraño mucho a mis sobrinos —cuando vio que su amiga abría la boca para emitir un comentario hilarante continuó— Y también extraño las charlas con mi amiga Victoria y molestar a mi tío Talon así que en esta semana me tienes por allí —finalizó mientras le guiñaba el ojo.

Luego que se marcharon, se sentó nuevamente en su sitio y se abanicó el sonrojado rostro.

—Deberías descansar un poco —le dijo Fang con inocencia.

Nádia y Gise tosieron tratando de contener una carcajada. El lobo estaba tratando por todos los medios de no parecer celoso, pero la pelea la llevaba perdida desde el principio.

Calista lo miró mientras le respondía con un dejo de ironía.

—Amigo mío, que tú no disfrutes bailando no quiere decir que no lo hagamos el resto, pero no te preocupes que mi entrenadora me tiene en buen estado físico, así que tengo varias horas más de aguante —le dijo mientras palmeaba su mano.

Mirando que había en la mesa, tomó el vaso lleno que había dejado Vicky.

Bebió casi todo de golpe. Que delicioso estaba pensó mirando el vaso casi vacío, no había tomado antes esta bebida, había pensado que era agua porque no tenía color y el gusto era muy refrescante.

Suspirando de placer al sentirse mas fresca. Miró nuevamente a Fang, hizo un sexy puchero con los labios.

—Bueno, ya estoy fresca nuevamente, así que es hora de seguir bailando, que mis tacos no se han gastado lo suficiente aún.

El lobo la miró con los ojos entrecerrados, cerró brevemente los ojos, suspiró resignado a ir a la pista y darle el gusto a su amiga, cuando vió que la joven se había parado y le tendía la mano… A Jericho.

Asombrado vio como la pareja se dirigía nuevamente a la pista, con la diferencia que la mano del dios esta vez estaba en la diminuta cintura de Calista y se apoyaba contra el cuerpo de la joven mientras llegaban a destino.

La sangre empezó a bullirle y el comentario de Gise no ayudó a que mantuviera la calma.

—Te lo dije lobo, tuviste tu oportunidad y a veces, como esta ocasión los destinos son unas perras y se burlan de nosotros por el simple hecho de que tienen ganas de reírse de algo —le dijo mientras se recostaba en la silla y soltaba una carcajada igual de sonora a la de Nádia.

Condenadas mujeres se dijo enfurruñado, dispuesto a marcharse en cualquier momento para evitar asesinar a alguien o hacer una escena que no le correspondía. Sólo 5 minutos más para estar seguro que no se propasa con ella se dijo.

Sí claro,  lobo masoquista le dijo la molesta vocecita que surgía cuando estaba con Calista, a la cual ya se estaba acostumbrando.

Calista sentía un leve mareo, le había pedido a Jericho otra bebida de esas y al momento que se la había traído se la bebió de golpe, ganándose la mirada asombrada del hombre.

Le sonrió inocentemente. Mientras sentía que todas las inhibiciones abandonaban su cuerpo y con lenta cadencia comenzó a moverse cada vez en forma más provocativa, ganándose una mirada de deseo de parte de su compañero de baile.

Fang se incorporó en la silla cuando vió el cambio de actitud en Calista, los movimientos mas desinhibidos; Jericho le había dado algo de beber hace unos momentos recordó. Pero ella no podía emborracharse, lo sabía por Acheron y Kyra.

Se revolvió incómodo cuando vio como Jericho la acercaba a su cuerpo cada vez más.

Abrió la boca y antes que pudiera siquiera pensar en callarse las palabras salieron a borbotones apresurados.

—¿No notan algo extraño en el comportamiento en Calista? —preguntó entre nervioso y molesto a sus acompañantes—. Está bien que le guste bailar, pero ella es recatada y tímida y esa no es la misma persona que está en la pista en este momento, si no supiera que no puede emborracharse, diría que lo está —finalizó mientras se incorporaba.

Gise y Nádia dejaron de hablar en ese momento y los comentarios sarcásticos que iban a escapar de sus labios se detuvieron, mientras que se ponían un poco pálidas haciendo que Fang las mirara con sospecha.

En ese momento la música cambió y una lenta balada de Nickelback comenzó a sonar y Calista sintió como Jericho la estrechaba con fuerza entre sus brazos, haciéndola ronronear ante el cálido abrazo. Había pasado tanto tiempo desde que un hombre la había abrazado con deseo, siempre amistad recordó, nunca amor. Lentamente alzó los brazos y rodeó el cuello masculino acercando más su cuerpo al de él.

—Sí hay algo que puede emborrachar a Calista —gimió Gise mientras miraba el vaso vacío de Vicky, no lo había notado, pero ahora que el lobo lo mencionaba Calista había vaciado el vaso de Sprite de Victoria—. Puede parecer un chiste pero aparentemente ningún atlante tolera la Sprite, les sienta igual que el tequila a un humano y creo que Calista sí está borracha, Fang, y esto puede volverse realmente malo si dejamos que siga .

Fang gimió mientras volvía la vista a la pista de baile y casi se atraganta cuando ve a Calista y Jericho prácticamente pegados.

Condenado aprovechado pensó con furia mientras se incorporaba ante las miradas suplicantes de Nádia y Gise.

—Por favor lobo que no haya escándalo —le dijo Nádia con firmeza.

—Eso mismo —corroboró Gise—, pero tráela antes que haga algo que le cause arrepentimiento después.

Se serenó a pesar que quería propinarle una buena golpiza al Dios por aprovecharse de esa forma de alguien como Calista, la parte racional le decía que no era culpa del hombre, pero la irracional y celosa quería destrozarlo lentamente y bailar sobre sus entrañas.

—No se preocupen, voy a buscarla y llevarla al departamento —murmuró entre dientes—. Nádia ¿No te molesta verdad?

El ángel sacudió la cabeza y soltó un único comentario.

—Haz lo tuyo lobo, sólo déjale una cubeta al lado de la cama que nosotras nos quedamos un rato más.

Fang ya se encontraba camino a la pista a toda velocidad.

Calista suspiró, Jericho era muy fuerte pensó para sus adentros. Pero te gustaría que fuera el lobo el que estuviera aquí contigo ¿verdad?, le dijo su vocecita interna. Claro que sí le respondió, pero ya oíste, no quiso bailar conmigo gimió por dentro triste.

Antes que pudiera seguir divagando fue separada abruptamente de Jericho. Se volvió sorprendida para encontrar el rostro del were a pocos centímetros del suyo ;  la miraba con detenimiento, estudiándola.

Jericho lo empujó molesto.

—¿Qué diablos te sucede lobo? —le dijo mientras se acercaba amenazadoramente al were.

—¿Qué me sucede? ¿Qué diablos tenías tú en la cabeza para emborracharla? —lo acusó.

—¿Emborracharla? Ella sólo tomó dos refrescos que le traje, no le dí nada de alcohol —le aseguró.

—Y seguramente esos refrescos eran Sprite ¿verdad? ¿Acaso no sabes que a los atlantes eso les sienta como el alcohol a los humanos? —finalizó Fang apuntando con un dedo el pecho del dios.

Jericho abrió y cerró la boca confundido sin saber que responder.

Calista sacudió la cabeza mareada, en el momento que Fang los separó el brusco movimiento provocó un mareo más profundo, que antes no estaba.

Aún así se interpuso entre los hombres.

—Hey! Basta. No entiendo que dices Fang, solamente estábamos bailando. Si querías bailar conmigo solo debías pedírmelo yo te diría que sí sin dudarlo, somos amigos y los amigos se comportan de esa forma y…

No pudo continuar el desvarío porque Fang la tomó del brazo y literalmente la arrastró al segundo piso, sin darle tiempo a reaccionar ni a ella ni a Jericho que se quedó en la pista de baile.

Calista logró zafarse del agarre.

—¡Fang detente! —le dijo mientras a duras penas trataba de mantenerse derecha a pesar de que el suelo se movía con tanta fuerza que tuvo que aferrarse al brazo del were para no caer—. Oh! Fang haz que deje de moverse —gimió mientras se abrazaba a su cuello.

El lobo rió entre dientes sin poder evitarlo ante la inocente actitud. Pero también gimió al sentir como cada parte de su cuerpo se amoldaba al de la joven.

—Sujétate Pecas —le dijo mientras los transportaba al departamento de Nádia.

Calista abrió los ojos al sentir el tirón en el estómago cuando se transportaban, miró a su alrededor y reconoció el departamento. En ese momento las piernas se le aflojaron y si no hubiera sido por Fang estaría desparramada en el suelo.

—¿Qué me pasa? —gimió contra el oído masculino.

—Pasa que tomaste algo que no debías, Pecas, así que te vas a sentir mal, pero te prometo que con un poco de descanso se te va a pasar. ¿Confías en mi verdad?

La joven asintió mientras se mordía los labios.

—Eres mi amigo lobo, en nadie confiaría más que en ti, bueno… en mi hermana y Gise y Vi, también está Tío Talon y Nádia y tío Ash y…

—Sí Pecas, capté la idea —le dijo ronco.

Fang estaba realmente apretando los dientes, tener el cuerpo de la joven apretado al suyo y que le hablara al oído aún estas circunstancias hacía que se endureciera como nunca antes. Diablos debía llevarla a la cama cuanto antes.

Se maldijo mentalmente cuando imágenes para nada inocentes pasaron como una película triple X por su mente. Estúpido, tu mejor amiga está en las peores condiciones y tú solo puedes pensar con la otra parte de tu cuerpo que no tiene precisamente inteligencia se regañó.

Sin alargar el sufrimiento de ambos la alzó y la llevó a su cuarto mientras sentía como ella se acurrucaba contra él y gemía.

Luego de lo que le parecieron siglos entró al dormitorio, era la primera vez que entraba y no lo sorprendió para nada.

Era inmenso y blanco. Una enorme cama llena de almohadones blancos dominaba la habitación, era súper femenina, muy… como explicarlo, muy Calista sonrió mientras la depositaba con suavidad en la cama.

Calista entreabrió los ojos, le pesaban tanto los párpados, no podía permanecer despierta.

—Te adoro lobo —murmuró mientras se acurrucaba contra las almohadas y suspiraba antes de caer en un profundo sueño.

Fang la tapó con una de las mantas. La miró una vez más con preocupación y destelló al pantano, sorprendido por las palabras de la joven.


Continuará...

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