domingo, 6 de abril de 2014

Despliega tus alas. Capítulo 29 . La muerte no es el fin.




- ¿ Porque querría él morir por mí? No tiene sentido.- La explicación de Laeva no la convencía  por mucho que su hermana insistiera en que Tom había dado su vida por ella después del ataque de Roberta.  Por no decir que aún estaba tratando de asimilar toda aquella información. Retiró un mechón de pelo del rostro de Tom con cariño, un  tierno  gesto que sin embargo no podía ocultar el hecho de que el muchacho seguía sin vida  en sus brazos. Quizá  la desconfianza  de Lassiter, ahora también en su cabeza,  la inclinaba a desconfiar de su hermana, pero era irremediable hacerse preguntas . Mucho tenía que ser explicado.

- ¿ Por qué retuviste a Lassiter ? - Era evidente que había sido ella quien le había  contenido en aquel plano , y si no había sido ella, ella sabía  quién y el porqué . Lassiter  se mantenía inmóvil, tratando de controlar sus impulsos por respeto a Divia y al amor que esta tenía por su hermana, porque ganas de estampar a la ángel  contra la pared,  para sacarle las respuestas,  no le faltaban. Divia agradecía con todo su corazón aquel autocontrol ,  amaba a su hermana pero los hechos eran los hechos y había muchas lagunas en todo .

- Hermana, ¿  ya no recuerdas nuestros métodos? - Laeva respiró profundamente. - Lassiter no tenía que interferir. Por eso lo encerramos.  - Lassiter  gruñó y Laeva bufó mirándolo cómo se mira a un insecto. - Por favor,  ten la decencia de esconder lo que has aprendido de los vampiros delante de mí. No puedo creer que alguien de tu rango se regodee de algo así. -  Divia no iba a permitir que su hermana evadiera las respuestas con cualquier comentario que se le antojara

- Recuerdo lo suficiente, Laeva ¿ Tom tenía que morir? Podías haber tomado la vida de Roberta por la mía , sabes que podías  hacerlo. -

Ah, para Laeva era tan frustrante hablar con su gemela, Ella siempre había sabido como pensaba , y cuando uno quería mantener secretos...bien, era difícil  el mantenerlos. Durante centurias habían sido una sola, así que Divia estaba deshaciendo la madeja de forma  demasiado inteligente.Tampoco podía mentir, su clase no lo  hacía. Pero podía omitir.

- Si y no – Su respuesta hizo que Divia se enfureciera. - Lo siento, es lo que hay. Fuiste una ejecutora conmigo,  hay reglas.  Sólo te diré que Roberta no es cosa mía, de hecho pronto vendrá a buscarla  a quien pertenece. Tom era mi asunto. -

Divia se secó las lágrimas de las mejillas con las manos. Que Tom estuviera muerto era una catástrofe, pero que no supiera el porqué,  lo convertía en una muerte sin sentido. Si al menos supiera...

- No, Divia, ya no estás autorizada a saber nada, tu vínculo con él – señaló al ángel que no dejaba de vigilarla  mientras hablaba – es lo único que nos permite hablar y que la información no trastorne tu cerebro. No  le puedes pedir mas a ese cuerpo mortal que tu  misma elegiste.-

Lassiter levantó las cejas con asombro. - ¿ lo elegiste? ¿ No te fue asignado?

Divia se encogió de hombros. Era algo que no  había parecido relevante  decir hasta ahora.

- No querido Alitas.-   Laeva se burló llamándole por el apelativo cariñoso que se había inventado su hermana para él - oh, si,  déjame llamarte así porque de verdad que ella ha acertado con el apodo -

-  Dilo de nuevo y te tumbo de un puñetazo – Los ojos del ángel brillaron furiosos.Quería golpearla y quería tener  una excusa para hacerlo.

- De acuerdo, ángel.  - Laeva levantó las manos fingiendo rendirse, por supuesto era una pantomima,  ella nunca se rendía. - Ella escogió este cuerpo para volver, cuando se le dio la oportunidad. Evidentemente como todos los mortales,  una vez se encarnó, olvidó su memoria ancestral. Es  la ley.

- Conozco la ley – Respondió  el macho de mala gana .

-Si, es cierto...es la que decides quebrantar cada vez que te place – Laeva no iba a darle tregua a Lassiter. Nunca. -

- Dejad de discutir como niños y centraos en la cuestión – Divia señaló con la cabeza a Tom – Está muerto, ¿ entendido? Muerto, dejad vuestras peleas para ver quien es el gallo del corral  para otro momento – Divia sorbió la lágrimas de la nariz y la garganta – Dime, ¿ que tenemos que hacer para devolverlo? Esto no puede quedar así...-

Laeva ni se inmutó al responder.

-  No podéis hacer nada. Ni siquiera él – señaló al ángel con el pelo bicolor . Lassiter se levantó del suelo  muy cabreado.

- No me jodas  Laeva, ¡¡No me jodáis ninguno!! ¿ entendido? - Gritó dirigiéndose al cielo – Tom era mi pupilo, mi ahijado...uno de los nuestros.  Esto no puede quedar así , no puedes  decirnos que lo has matado para arreglar un problemilla. No nací ayer Laeva...-

- Claro que hay algo mas, pero no te lo diré ni tienes porqué saberlo. -  Laeva se miró las uñas como si en verdad le importara cómo estaban. Estaba intentando salir de allí de la forma mas airosa posible, pero  tenía que irse ya, el alma de Tom debía ser entregada y había mucho trabajo por hacer. Por mucho que adorara hablar con su hermana ,  el deber era prioritario al placer. Siempre.

- Esta conversación se termina aquí, tortolitos - Carraspeó antes de hablar. -  Disfrutad de vuestra vida juntos, os la merecéis – Lassiter elevo una ceja incrédulo,. - Si, Ángel, os la merecéis. Deseo que mi hermana sea feliz, si ella decide que es a tu lado...pues sea. Sólo asegúrate de mantenerla en el estado en el que está ahora o volveré para arrancarte las alas y asegurarme que no te vuelvan a crecer en la vida. -

- ¿ vas a dejarnos así ? No puedes...no puedes dejarnos así...-

- Sí que puedo  hermana. - Se alisó  la túnica como si el aspecto que tuviera fuera importante en ese momento y sonrió a los dos. - Debo irme, debo entregar un alma y el tiempo corre en contra-

- ¿ Tom ? ¿Es la de Tom? - preguntó su hermana esperanzada.

Laeva sonrió con cariño sin responder a  la pregunta.

- Adios hermanita, sé feliz. - Miró al ángel – Cuídala y trátala como se merece . Por cierto...encárgate tu de  limpiar todo esto. yo tengo trabajo mas importante que hacer.-

Y desapareció de delante de sus ojos dejándolos mas confusos que nunca.



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DIAS DESPUES



Divia no podía dejar de llorar, ni siquiera los brazos del hombre que amaba la consolaban, ni tampoco el hecho de saber que la muerte no era el fin. Tom se había ido y un gran vacío había dejado en su corazón y en el de muchos de los presentes en el lugar.

Su tío, tan emocionado como ella, terminó de proclamar las últimas palabras de la ceremonia de paso al Fade que estaba oficiando.  El resto de asistentes, algunos mas emocionados que otros,  aun no daban crédito a lo sucedido en la casa. Dos de sus doggens habían muerto  hacía un par de días en lo que había parecido un arrebato estúpido de pasión entre ellos. Lassiter había podido limpiar la escena del crimen, pero no la muerte de los dos chicos; al menos les había otorgado una muerte digna, pasional y romántica. Roberta no se la merecía pero su familia no era culpable de sus actos. Para todos, Tom y Roberta se habían matado el uno al otro; se hablaba de celos, de envidias... mas ahora que se sabía públicamente de la relación entre Divia y el ángel.

El cuerpo de Tom ya había sido dispuesto y sus abuelos, presentes en la mansión ,  iban a dar las últimas palabras cuando Fritz terminara. Las ceremonias de los doggens no disentían mucho de las de los vampiros, al fin y al cabo, veneraban a la misma deidad, madre de todos ellos.

Celia, a su lado lloraba en silencio, siempre había querido a Tom como el hijo que nunca tuvo.El jardín estaba abarrotado de gente, gente que Divia no conocía ni tampoco Lassiter.

El ángel acarició su brazo para reconfortarla y ella le sonrió, no hacía falta decir nada, el nexo mental que les unía les permitía compartir todo. Incluso conversaciones sin decir una palabra.

- ¿ crees que estará bien? - Preguntó ella con un atisbo de esperanza.

- Seguramente, ya viste quien vino a buscar a Roberta...esos sí que dan miedo. A Tom se lo llevó Laeva, que bien pensado, no sé que es peor...-

- Lass, por favor, no bromees en un momento así-

- Cariño, es el momento ideal  para bromear. Tu y yo sabemos lo que hay detrás de todo esto, estamos aquí sólo por respeto a los demás. - Divia seguía regañándole mentalmente . Esta bien,  ten fé en tu hermana, seguro que él está bien -

En ese momento los dos sintieron una vibración en el aire que les  provocó un escalofrío por toda  la columna vertebral. Divia miró a Lassiter sorprendida

- ¿ Tom? ¿ puede ser él? -

Lassiter iba a responder ampliando sus radares, pero entonces la sensación se desvaneció en el aire de la misma forma que había llegado. Divia respiró entristecida.

- No lo sabremos nunca.-

- ¿Quien sabe?  Nunca es un palabra demasiado concluyente.

Divia entonces recordó el día en que ella y Lassiter se conocieron y en la canción que ella estaba escuchando ese día, y esa misma canción le hizo  pronunciar las siguientes palabras a su ángel.






- Sea como sea, no dejaremos que nadie le olvide, siempre será recordado. Y sé que estará ganándose su sitio  en otro lugar-

Lassiter asintió sonriendo ante aquella afirmación, no sólo la compartía, la haría efectiva con todas sus fuerzas para que todos recordaran a Tom . Divia  se recostó contra él , mientras el abuelo de Tom tomaba la palabra. Seguía teniendo lágrimas en los ojos cuando miró a su alrededor y entonces se dió cuenta de algo.

- ¿ Y nosotros? ¿ que será de nosotros a partir de ahora? Parece que el cielo no va a lanzar ningún rayo fulminándonos al final -

- Esa es la mejor pregunta de todas , E hai,  ahora nosotros somos los que forjaremos nuestro propio destino.  No creo que dejen que Tom haya desaprovechado su decisión  si no fueran a dejarte tranquila.-

- Yo también lo creo...

Divia sintió el corazón del ángel palpitar por ella  y sonrió.  Desde hacía mucho tiempo, no se sentía tan  esperanzada, con un camino por recorrer y unas nuevas alas que desplegar.








EPÍLOGO.


Tom  permanecía de pie,  a escasos metros de donde se celebraba la ceremonia en su honor. El gentío presente era considerable, parecía mas una ceremonia de un digno mandatario vampiro que la de un simple doggen . Nunca lo hubiera pensado. Tampoco que Divia pensara tanto en él ni le quisiera honrar de aquella manera. La conversación entre los dos amantes había sido escuchada alta y clara hasta que él decidió dejar de hacerlo. Prefería no sentir nada en estos momentos.

- Divia no iba a dejar que tu muerte pasara inadvertida, mi hermana  siempre ha  honrado a los caídos, y si tenía  lazos que le unían a ellos, aún mas. - La voz se hizo corpórea a su lado -   Ella te quiso y lo sabes. -

Laeva se colocó a su lado con los brazos cruzados. Ya no llevaba su túnica negra, esta vez su atuendo era mas contemporáneo, pantalones  vaqueros y una chaqueta de cuero. Botas militares acompañaban  la nueva vestimenta de la ejecutora.

- ¿ Por qué sin mas no me dijisteis quien era ella, quien eras tú y me hicisteis directamente  la propuesta? ¿ Sois fan del drama  o qué? - Tom  no la miraba mientras hablaba, estaba ensimismado observando a todo el mundo, experimentando  por última vez el dolor de la perdida de todo lo que había conocido.

- No es el procedimiento, y sí, nos encanta el drama – Le puso una mano en su hombro – A ti también te gustará con el tiempo – Tom arqueó una ceja después de  girarse para mirarla opinando lo contrario  - En serio, te gustará. - Ni en mil años.

- No me has respondido. - Fue la respuesta de Tom devolviendo su mirada a la ceremonia .

Laeva suspiró. - Tenías que firmar el contrato de forma voluntaria, y antes de ofrecértelo, teníamos que tener claro que eras el idóneo para el trabajo.  -

- ¿Ofrecer mi vida por otro es la forma que tenéis  de ver si soy  idóneo?-

Laeva sonrió con suficiencia. - Exáctamente. - Respiró profundamente – Tom, desde que naciste fuiste alguien muy importante para nosotros, no enviamos a mas de un tutor si no es un caso especial y tú lo eras. Tuvimos una gran suerte de que el enemigo no te encontrara durante todos estos años. Tus padrinos hicieron un buen trabajo escondiéndote -  Tom volvió a mirarla, invitándola a que continuara – Tenías el potencial, tenías el poder, pero no sabíamos si tendrías el perfil indicado. Tu muerte era necesaria, no sólo para probar tu valor y tu capacidad de amar...también tenias que perder tu mortalidad. -

- Sigo creyendo que con una conversación como la que estamos teniendo ahora mismo, habría sido suficiente. -

- Quizá- Laeva no parecía muy convencida de ello.

- No teníais fe en mí - Dedujo  Tom . Laeva solo podía responder con la verdad.

- Ya no tenemos fé en casi nada, Tom...por eso estamos aquí tu y yo. Porque tenemos mucho trabajo que hacer. Fuiste el elegido y pasaste la prueba. Ahora nos toca empezar-

Tom se pasó las manos por el pelo, ahora lo llevaba mas corto, había elegido tener una nueva imagen después de morir. El aspecto de motero lo seguía manteniendo, era difícil desembarazarse del cuero cuando  te quedaba como un guante. Miró a Laeva que también había cambiado su indumentaria. Seguía brillando con esa belleza etérea pero ahora parecía mas cercana, mas terrenal. Tenía que ser así, porque iban a ser compañeros.

- ¿ Que será de ellos? - Preguntó mirando  hacia la gente, refiriéndose a  Divia y Lassiter, su amigo y tutor  tenía a Divia abrazada por encima del hombro,  besando su pelo. -  Si hubiera sabido quién era ella, ni siquiera la hubiera mirado. Se pertenecen el uno al otro y siempre han merecido ser felices. - Una vez fallecido y al otro lado, muchas cosas se hicieron visibles para él , como el conocimiento de medio universo y por supuesto, el porqué de muchas cosas. Como de la verdad entre Divia y Lassiter.

- Lo serán, si saben como superar sus pequeñas dificultades domésticas.  - Laeva sonrió de lado - Eso siempre mata las parejas - Enseguida se puso seria de nuevo - Las cosas  tenían que suceder así, no podían manipularse...te aseguro que yo no hubiera querido exponer a mi hermana como carnaza , pero tenía que hacerse de ese modo  para que  pudiéramos llegar a ti de la forma correcta. -

-  ¿ Y si yo  no hubiera hecho lo que hice ? ¿Hubieras dejado a tu hermana morir por someterme a mi a una prueba? - Laeve se encogió de hombros sin responder verdaderamente- Sigo diciendo que os gusta demasiado el drama . Las cosas, cuanto mas sencillas mejor . -

- ¿Y lo dice el que ha querido elegido el nombre mas extraño  para su  nueva forma? -  Los dos , al unísono le dieron la espalda a la escena que tenían al fondo.  Sabían que debían irse antes de que Lassiter les detectara , ya habían bloqueado su radar una vez. Quizá la segunda no tendrían tanta suerte.  Con su nuevo estatus, Tom era como  Laeva.

- ¿ Extraño ? ¿ Eliel  te parece extraño? – Empezaron a andar alejándose de la multitud.

-  ¿ Mi dios es Dios? Oh si, es extraño y egocéntrico. - Laeva se detuvo frente a un  vehículo, una moto. Acto seguido se subió a ella . - Vamonos ya, es tarde.

Tom frunció el ceño y se cruzó de brazos.

-   Estarás de broma ¿ no ?  - Dijo refiriéndose al vehículo y a ella .

- Es sólo una moto. Vamos , sube - Ella le hizo señas con la cabeza para que subiera tras ella - ¿ no te gustan las motos?

- Me encantan, pero las conduzco yo.-

Laeva entrecerró los ojos - Es mía, quiero hacerlo yo - Si Adrian y Eddie conducían una, ella también podía hacerlo, ahora que había pasado a la vanguardia de la acción quería experimetnar muchas cosas de las que habían disfrutados muchos de sus soldados.

-  No has conducido una moto en tu vida - Dijo Tom tajante a lo que  Laeva no le dió ninguna importancia - Conduzco yo. -  Dictaminó el joven  ejecutor - Siempre - Su voz se volvió grave y no daba opción a negativas. A Laeva algo le recorrió el cuerpo de arriba a abajo. Enseguida se recompuso. Memeces.

-  No piensas dejarme tener el control de esto  ¿verdad? -

- Yo siempre tengo el control Laeva.  Si tenemos que trabajar juntos, cuanto antes lo  asumas, mejor . A no ser que me demuestres que tienes mas experiencia que yo , entonces te dejaré enseñarme la primera vez  -

- Lo dicho, eres un egocéntrico maniático del control.  - E incomprensiblemente, Laeva se desplazó hacia atrás para dejarle a él espacio para que asumiera el control de la  moto

Él se subió a la moto delante de ella.  - Si, pero uno que te hará sentir la velocidad como nunca - Respondió Eliel riéndose entre dientes. Accionó la llave de contacto y la moto rugió con fuerza. Eliel  se giró hacia atrás y  la miró  por encima del hombro.

- ¿ Preparada, nena?-

Laeva lo miró asombrada .- Llámame nena otra vez y te arranco la piel a tiras  -

Eliel arrancó la moto riendo y salió derrapando hacia su nuevo destino.

Orión.






¿ FIN?

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