lunes, 29 de octubre de 2012

La Furia y el dolor. Capitulo 2. Parte 2.Dulce Intromision



 La Furia y el dolor. Capítulo 2. Parte 2.  Dulce intromisión.






Payne

La dulzura con que posó sus labios sobre los míos me dejó totalmente desarmada.

Mi mente estaba en estado anormal por el rechazo de mi gemelo y lo siguiente que sucedió... Me dejé llevar por su Gracia.  En ese momento me sentí tan falta de alguien, que no quise pensar, no quise  racionalizar nada... ni el rechazo de mi gemelo, el que yo consideraba mi otra mitad ni la reacción tan protectora, cariñosa y amable del Primale.

Solo me dejé llevar.
Había ahogado tanto las lágrimas a los pies de la escalera que se quedaron atrapadas en mi  garganta. No dejándome casi  articular palabra. Tan solo pude decir un escueto gracias cuando el Primale me habló con aquella melodiosa voz y con esos ojos  brillantes ambarinos.

Y el  suave roce de sus dedos en mi cara me provocó algo que no esperaba sentir nunca y menos en esos momentos. Me sentía desgraciada, presa de mil y una emociones y ninguna  positiva,  con ganas de llorar y gritar... pero ese sencillo gesto me calmó. Para mí fue como un bálsamo de frescor en medio de una ola de rabiosa ira que pugnaba por salir a la superficie. 

Nadie me había tratado en mi vida con la dulzura con la que me trataba aquel macho, nadie me había tratado tan bien como lo había hecho él en todo momento. Y Parcas del destino si no era un espécimen de guerrero digno de admirar.

Allí abajo, frente a todos aquellos que eran sus iguales...su fortaleza y determinación habían brillado sobre los demás. Incluso por encima de aquel que era mi gemelo de sangre.  Phury, hijo de Ahgony  el nuevo Primale era con mucho el mejor macho que había habido en aquella sala.

Su aura se había elevado por encima de todo y de todos, incluso del rey, como dictaba la ley que debía de ser. Y para mí, en ese momento, ese macho era todo lo que mis ojos y mi corazón veía.

Yo no había sido tocada antes por ninguno, a ninguno dejé nunca acercarse tanto, pero cuando acercó sus labios a los míos, oh dioses, lo deseé. En mi interior deseé que lo hiciera, no sabía si era porque jamás había sido besada por nadie o porque en ese momento necesitaba cada onza de amor y cariño que cualquiera pudiera ofrecerme...los motivos me tuvieron sin cuidado, lo que quise fue que lo hiciera.

Especial Halloween. Lou " Give a little Bite"



Give a little Bite. por Low Wild.



        

La calle se abre de piernas cada noche, por ello hay dos calzadas a los costados.

-Sonríe un poco.-

Tan larga, tan larga, un pequeño mordisco en la manzana de Adán. Era demasiado lo que la necesitaba. Un pequeño mordisco ahí donde sabía que podría poseerla, y directo a la sorpresa.
Un pequeño mordisco y el amor se abre en canal como las piernas de la noche, y la luna como su sexo.
Nunca encontrará el camino esta noche.
Navegando un barco ebrio, golpeándose contra las paredes como un balón recién pateado que pierde el control y a su dueño.
La oscuridad puede herirle, y llora y llora lagrimas de sangre que manchan su ropa.
Aún lleva el sabor de su última victima en la garganta, el bocado le quema mientas sigue deslizándose por su aparato digestivo... Nunca debió amar con tanta intensidad a alguien.

-Despierta mi amor, el sol ya no saldrá para ti... acabo de poner fin a todos tus años de escuela.-




La dejó triste y vacía, tal y como él se sentía desde que tenía memoria. Nunca pudo parar lo bastante rápido. La miel era demasiado tentadora, y se metió a fondo en el avispero.
Las calles dejan de ser divertidas a altas horas de la madrugada, antes de que los escolares acudan a sus primeras clases.
Los huesos comienzan a recolocarse, pero el sabor sigue ahí... el sabor de la culpa y del éxtasis ¿Pueden existir sensaciones tan contrarias de forma simultánea?

-¿Dónde vas, caperucita, tan roja, rubia y gordita?-

Una canción del pasado que ya solo recuerdan los habitantes de las silenciosas noches donde la sangre corre como ríos silenciosos e ignorados.
Ella apoyó su cabecita en el pecho de él, ambos perdieron su mirada en el horizonte... La ciudad era preciosa con aquel sol y desde aquella torre.
A veces son tan duras que cuesta roer la carne, a veces simplemente son extremadamente delgadas. A veces, simplemente tienen tantos problemas amarlas se vuelve indigesto, aunque, al principio te convencen de que el problema lo tienes tu.
Nada te puede salvar de jugar a ese juego, nada puede evitar que lo intentes... Todo el mundo necesita su parte de amor, y él amaba por partes a cada una de sus victimas.
El recolocar de los huesos es doloroso, pero él no le teme al dolor físico que este proceso le procura... Es aún peor la culpa y el temor al castigo, nadie debería disfrutar tanto de aquella forma de amar, y por ello él estaba aterrado ante el castigo, desde lo más alto, que podría recaer sobre él.
Lo único que deseaba en esos momentos era encontrar un lugar donde echarse a dormir y hacer la digestión... Mañana, quizá, todos hablarían de aquello, mañana sería otro día más.
No podía trabajar, había perdido su turno, las voces de su cabeza le susurraban gentiles nombres de muchachas.

-Bella...
-Gretel...
-Aurora...
Y él no podía negarse a sumirlas en un sueño eterno, darles una cálida eternidad sumergidas en su buche... Un palacio estrecho pero acogedor para aquellas princesas, sobre todo ahora que se acercaba el invierno.
-Blancanieves...
-Rapunzel...
-Basilisa...

Pronto llegaría la navidad... Gordos zurrones de carne endulzada correteando despreocupados por las calles, el tiempo no acompañaba pero la caza del amor era más fácil.
La suerte acompañaba en aquellas fechas, los dedos regordetes asomándose entre los barrotes... El horno siempre estaba caliente para recibir a su próximo inquilino.
Había aprendido muchos trucos en todos los siglos que había durado su vida, coger lo que quería y disfrutarlo donde ya nadie miraba... En todas partes. Los transeúntes eran ciegos, y los vecinos sordos, en aquel siglo veintiuno, y él lo agradecía... ¿Quién era la bestia ahora?
Quería más, siempre le pedía más, y eso le ahogaba, aunque, caer en la tentación siempre reportaba aquel fugaz éxtasis místico de unión entre dos cuerpos... Quizá algún día sería una estrella de la MTV... Mis dulces 16, sería un titulo genial.
Donde van andando todas esas caperucitas rojas, tan dulces y con aquellas grandes tetas. No escuchan a sus madres, y van tan solitas por las calles, sin mirar quien o que les sigue. El príncipe negro pronto se convierte en lobo feroz, y, al rato, es él quien camina a solas por la calle, con el estomago lleno de dulces y amorosas caperucitas rojas, tan buenas y tan bonitas, que no le dieron elección de perdonarlas su nuevo hogar.

-Corderito...
-Corderito...
-Corderito...
-¿Corderito?
Se sienten tan seguras, son tan provocativas, caminando sin mirar si están realmente solas. Hay chicos menos peligrosos que él, y cuando ellas le conocen no hay abuelita ni cazador que las pueda rescatar... Están solas, miran al abismo y este las devuelva la mirada.

-Te amo.-

Y el abismo las engulle, la satisfacción llega al éxtasis, un mal día para la abuelita que las aguardara. No existen chicos tan cariñosos, él las ofrece una salida y un nuevo hogar, y ellas solo tienen que darles su carne a cambio.

-Mama nunca quiso rescatarte, pequeña... se limito a mandarte a la muerte, como hacen todas las madres una vez abandonas el lugar entre sus piernas.-

Las quería a todas, cada una era un nuevo sabor, una nueva textura, un nuevo aroma... Ninguna era igual a otra, cada acto de amor era único.
Nunca conocieron a un hombre tan atento, incluso cuando comprendían que no era un hombre de verdad. Todas juraban guardar el secreto, y bailaban, cogidos de la mano, con el lobo feroz a la luz de la luna. Una diversión única e irrepetible, como eran cada una de ellas para él.
Cuando terminaba aquel momento, era mejor no hablar de ello... Le dolía, se había herido en su humanidad al arrancar una vida, por mucho placer que de ello hubiera sacado. Pero todas aquellas cartas habían sido puestas boca arriba sobre el tablero, no había modo de dar marcha atrás. Al final el más fuerte se lo lleva todo, y deja a la parte débil lamiéndose las heridas... culpándose por sus pecados y errores, por mucho goce que estos le hubieran procurado, nunca le llenaban... nunca eran suficientemente duraderos.
La victoria es siempre para la bestia, el hombre solo devora sus pecados hasta que muere de indigestión o envenenamiento.
Un momento las tiene entre sus brazos, haciéndolas sentirse seguras y calientes, al fin encontraban un hogar. Dejándolas que se imaginaran creando un hogar, donde poder hacerse fuertes junto a aquel nuevo amante. Para comprender al rato que han sido una temerarias, unas tontas, pues ahí solo rigen las reglas de la bestia... Las reglas es que ellas son la carne y el gourmet. Alguien, en algún punto de la ciudad pierde a un ser querido, la bestia gana un banquete más.
Los jueces del azar han decidido, quizá ella no debía contestar aquella llamada, ni girar aquella esquina, tampoco debió pararse a hablar con aquel extraño... Tantas variables que una vez aceptadas no tienen vuelta atrás ¿Amante o amigo? Pronto da igual, no hay tiempo de escapar, y la bestia toma su tributo, para que el hombre se pueda torturar arrepintiéndose.
El amanecer llega, y con él el arrepentido hombre, derrotado y culpable, que mete las llaves en la cerradura, y abre la puerta.

-Buenas familia, ya estoy en casa. -

Especial Halloween. Lou . "El hombre de negro".






El Hombre de negro   por Low Wild

        Lentamente, aquella cosa negra se levantó ante los ojos del asustado espectador de una resurrección imposible. Levantando el brazo, señaló con su huesudo dedo hacia el aterrado joven, que sintió como su alma corría lejos más sus piernas no le respondían.
-¡Eres mío! –anunció aquella cosa, mientras el lugar donde debía estar los ojos ardía en dos llamas gemelas.
        Llamas que pronto cubrieron todo el cenagal.
        El joven trató de pedir ayuda, pero sus cuerdas vocales tampoco le obedecían... Su voz se había marchado tan lejos como su alma... Y el calor comenzaba a hacerle ampollas en la piel.
        La caída de todas las grandes civilizaciones, de todas las grandes ciudades, de la historia, resonaba dentro de su cabeza en forma de los gritos de hombres, mujeres, niños y ancianos, que las poblaban cuando llegó la destrucción...
- El fuego nunca destruye, solo transforma.
        ¿Transformar en qué? Se preguntaron los últimos resquicios de cordura de aquel muchacho, mientras las ampollas de su cuerpo comenzaban a estallar y su piel se consumía.
        Negra es la noche cuando negro es quien la habita, es hora de jugar a los monstruos.

      Un nuevo espantapájaros había crecido en el cenagal, hueso, grasa y restos de tejido eran los materiales de los que el inmóvil e hierático pelele estaba construido.
        Pero él aún podía ver, su vista permanecía intacta... Su cuerpo apenas era un amasijo de deshechos soldados, pero podía seguir viendo y pensando, era como estar enterrado en vida... Y aquella cosa seguía ahí, frente a él ¿Qué más podría querer?
        Los bebés gritaban por toda la ciudad, había accidentes en cadena de automóviles a kilómetros del cenagal.
        Tenía 18 años, solo había salido a divertirse.
        Estaba demasiado borracho, sus amigos que no querían que les estropeara la diversión le hicieron volver solo a su casa.
        Los maniacos del hospital mental que lindaba con el cenagal acababan de empezar a aullar al unísono. Ojalá pudiera ver la luna en esos momentos, estaba seguro que la encontraría teñida de sangre. ¿Qué podría ser aquello otra cosa que el Apocalipsis?
        Sus oportunidades se habían acabado, nunca debía dejar el colegio... Pero a esa edad todos nos creemos que viviremos para siempre.
        El alcalde pasó corriendo entre ellos, iba desnudo y llevaba la cabeza de un mapache sujeta a la altura de la cabeza. El director del colegio le perseguía arrastrando lo que parecía la piel de una mujer.
        Lo que fuera que había traído aquella criatura ya estaba contaminando la ciudad, él pensó en su novia de toda la vida... Hacía dos días habían roto porque ella jamás tuvo interés en practicar sexo con él, solo estaban juntos porque era lo que hacían hombres y mujeres.
        El humo de los billetes ardiendo en grandes hogueras creó una espesa niebla alrededor del espantapájaros y su oscuro demiurgo. Millones de euros quemados por la locura de una sola noche.
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
        Las súplicas de su ex novia rebotaron por el cenagal, parecía realmente desperada... Quizá en peligro ¿Qué podía hacer él en su estado?
        Ya no sentía, solo podía observar... Tratar de asimilarlo todo.
-Deja de ser bueno, ahora no te sirve de nada ser un sentimental – pareció responder aquella criatura, a los pensamientos que devoraban al espantapájaros.
        Estúpido loco, nunca debió tomar aquel camino.
        Una anciana surgió de entre la maleza, había prendido con ganchos a su piel los res desgarrados de su abrigo de bisón, y ahora cruzaba el cenagal dando saltos de bailarina. Aquel era un show descabellado ¿Qué pretendía aquel hombre oscuro con todo aquel despliegue de locura?
-¿Has perdido algo? – dijo una voz nacida de la oscura neblina toxica.
-La cabeza de un estúpido pende del hilo de una campana – respondió otra voz.
        Su mente comenzó a suplicar la muerte.
        Torsos que se arrastraban como babosas de un lado a otro, hundiéndose por el peso en el cieno... Y aún podían hablar.
        La noche se iluminó con el resplandor de toda la ciudad ardiendo en llamas.
        La mente del espantapájaros comenzó a aullar enloquecida... Y aún sigue haciéndolo, aunque el grito solo existe en su cabeza y ni la ciudad ni el Hombre de Negro están ya allí.

lunes, 15 de octubre de 2012

Especial Halloween. AichaDark. "Marcada"






¡Saludos a todos!

Nos complace publicar un nuevo relato que nos ha hecho llegar nuestra amiga AichaDark. Aicha Dark escribe de tal manera que te metes en lo que lees  y nos deja un estupendo sabor de boca. No os perdáis este relato en el que se toca un tema que aún no habíamos visto en este especial de Halloween. Esperamos que disfrutéis tanto como nosotras al leerlo.

Agradecemos la confianza depositada por Aicha Dark para publicar su  estupendo relato en nuestro blog. Y os animamos a todos a enviarnos los vuestros. No es ningún concurso, tan solo es una oportunidad de que los demás puedan leer lo que escribís, por muy amateur que sea. Y que forméis parte de la gran familia en la que se está convirtiendo nuestro blog.

Gracias a todos .






Marcada



Palabras, frías y desgarradoras palabras fue lo último que se escuchó salir de sus labios antes de oír el fuerte portazo. Le vi salir de la casa cargado con sus maletas y me quedé sola con mi pena.

Decidí dedicarme ese día a mí misma, ya que no quería ver ni hablar con nadie, y porque la opresión que sentía en el pecho apenas me dejaba respirar.



Me deslicé en la ducha y sentí cómo el agua tibia resbalaba por mi suave piel. Cuando salí del baño me sentía mucho mejor, me vestí con una falda corta y una blusa y me puse zapatos de tacón ya que necesitaba encontrarme femenina ese día.

Cuando salí a la calle sentí el dulce aroma de la primavera, la llegada del buen tiempo y mi estado de ánimo mejoró considerablemente. Pedí un café para llevar en una tienda y me sentí en un banco del Gran Parque a leer.

Tan absorta estaba en la lectura que no me dí cuenta del ocupante del otro lado del banco, me llegó su aroma, olía bastante bien pero su aspecto distaba mucho de ser tan acogedor. Enfundado en unos pantalones de cuero negros que se le ajustaban a sus poderosas piernas, una melena negra y una ajustada camiseta del mismo color marcando sus músculos parecía un guerrero salido de un cuento dispuesto a despachar él sólo a todo un ejército.

De repente me miró, una mirada inquietante de depredador y me sentí desarmada por completo, cayeron abajo todas las defensas que esa mañana me había dispuesto a adoptar respecto a los hombres.

- Hola, ¿pasé el examen?- me pregunta, con voz muy masculina y seductora.

- ¿Qué?- logré decirle.

-He visto como me mirabas de reojo y me pregunté que si he pasado el examen.

- Oh, eso, lo siento yo..........-logré balbucear ruborizándome.

-Bueno ¿qué te parece si damos una vuelta en mi moto?- me invitó.

-¿Eres motero?- pregunté.

-¿Es que tengo pinta de bailarina, quizás?.- inquirió alzando una ceja. Ese gesto suyo hizo que un calor se extendiese por mi cuerpo. Aún así me sonó muy borde su comentario. Giré la cabeza para ver la moto. ¡Guau! Una pedazo moto negra descansaba tranquilamente aparcada cerca de donde estábamos.

-¿Esa es tu moto?- pregunto señalando.

-Esa es mi chica- sonríe enseñando todos sus dientes.

-Creo que se me hace tarde, no estoy yo para montar en moto hoy, llevo una falda y tacones, así que mejor otro día - empiezo a justificar mi negativa ¿estoy balbuceando incoherentemente?

-Es una pena, te lo habrías pasado muy bien- me responde poniéndose en pie y encaminándose a su moto.

No sé que me impulsó a ello pero le agarré del brazo interceptándole y le dije que iría con él. Solo una sonrisa de satisfacción cruzó por su cara. Ese calor que se había generado en mi cuerpo y más concretamente entre mis piernas parecía que me iba a asfixiar.

- Ponte el casco, no quiero que te mates antes de que lleguemos, sería una lástima.- dijo mientras me lo lanzaba.

Me arremangué la falda hasta más arriba de mis muslos y me coloqué en la parte de atrás de la impactante Harley Davidson con el casco ya puesto. Él me miró y se fijó en mis muslos al descubierto y una brillante dentadura asomó entre sus deliciosos labios.Arrancó y salimos lanzados a toda velocidad por la carretera, yo me agarré a su torso y al palpar sus músculos la boca se me hizo agua, ya pensaba en lamer cada rincón de ese duro cuerpo con mi lengua, de morder ese culo que se pegaba a mis muslos. Me eché descarada hacia delante y pegué mis pechos a su espalda en un intento de que comprendiera lo excitada que me tenía. Sí, estaba coqueteando como una cualquiera.

Pasamos a gran velocidad por numerosas calles y abandonamos la cuidad, giró la moto y se internó por un sendero, un tanto más rural, y con abundante vegetación. Fruncí el ceño, no conocía esa zona.

Al final del sendero llegamos a una casita, más bien modesta, con ventanas de madera y fachada blanca. Aparcó la moto en lo que se suponía que era una especie de garaje aunque distaba un poco de serlo porque sólo tenía un techo sin paredes.

-Oye, creo que nos hemos alejado un poco de la zona urbana…¿me podrías devolver de nuevo? Porque verás el descanso en mi trabajo acabó hace un rato, me están esperando y yo…

-Será solo un momento, ven pasa- me tiende la mano y yo tomándosela accedo a entrar. Una alarma suena en mi cabeza pero decido hacerme la valiente y omitirla, por dios, el tío estaba buenísimo y ¿qué si solo me quiere para un revolcón?

El interior me sorprendió, bastante confortable, un sofá, una alfombra bastante mullida, una cocina americana...vaya mi mente empezó a imaginar a ambos totalmente desnudos haciéndolo en cada rincón de la casa.




De repente, me pasó el brazo por detrás y empezó a masajearme los pechos, un placer infinito me recorrió entera.

-Esto es lo que has venido a buscar y yo te lo voy a dar todo- me susurró al oído y se pegó a mi espalda dejándome sentir su enorme erección.

-Sí……..- le dije. Dios mío estaba loca…


Así comenzó, me tumbó en el suelo y empezó a desnudarme y a mordisquear mi blanca piel mientras gemidos de placer se escapaban de mis labios. Lo monté y cabalgué sin cesar, disfruté de cada gota de sudor derramada y cada orgasmo que me hacía temblar además de esos ojos casi amarillos que me miraban estudiándome con todo detalle recordándome a un gran depredador.

Cuando creí desfallecer me tumbó de espaldas en la alfombra y pobre de mí, ahí comenzó mi verdadera tortura, me penetró hasta el fondo y con cada fuerte embestida alcancé el cielo ¿o tal vez el infierno?

En un minuto toda la escena cambió, sus ojos se volvieron amarillos brillantes y en su boca sus dientes crecieron de forma descontrolada, quise quitármelo de encima pero me tenía bien sujeta y cuando quise coger algo para golpearle me agarró fuerte y me pegó un mordisco en el hombro y con sus garras me perforó la piel. Grité, tan solo pude gritar y sentir cómo la sangre goteaba rozando mi cuerpo…

El despertador sonó como cada miércoles para acudir al trabajo a las 7:00 am y me dejó atontada. Ahí estaba en la cama, en mi habitación, en mi casa de siempre.

- Vaya - pensé - sólo ha sido un sueño- tenía la camiseta empapada de sudor.

Me metí en el baño para ducharme e irme a trabajar, cuando estaba completamente desnuda me miré en el espejo y ahí la vi, la mordedura, los arañazos, las heridas…….la marca del lobo.

Un grito desgarrador salió de mi garganta.

A veces lo que parece irreal no lo es tanto.


domingo, 7 de octubre de 2012

Especial Halloween. Mary Blood.¿ Disfraces y zombies ?

¡Hola a todos! Os dejamos el relato corto  que nos ha enviado Mary Blood para nuestro especial de Halloween.
Esperamos que os guste.


¿Disfraces y zombies?




Judith acunaba a Cinthia en sus brazos mientras ella y su hermana ojeaban el catálogo de disfraces infantiles de la tienda.

- ¿De verdad quieres ponerle esto a los gemelos? – Miriam, su hermana, miraba escéptica las páginas de papel que iban pasando - Sé que celebraremos Halloween, pero disfrazarlos de calabaza con solo un año de edad....¡pobrecitos! ¿Qué pensarán de ellos mismos cuando crezcan y  se vean en las fotos que seguro les haréis?-

Judith se rió y  comprobó que Cinthia se había dormido. Minutos antes estaba berreando en la tienda, ahora, apoyada en el pecho de su madre, por fin dormía plácidamente.

- No seas exagerada Miriam. Marthyn quería disfrazarlos de zombies - Miriam abrió los ojos como platos. - Sí, de zombies...se han puesto de moda. Cualquiera diría que la raza no lleva luchando contra algo parecido ni que Marthyn lleva  más tiempo que yo llevo viva luchando contra ellos. Pero parece ser que tiene sentido del humor también...no pienso dejar que los disfrace de zombies.  Con este de calabaza estarán adorables.-

-Adorables y ridículos, Judith. Pero son tus hijos - dijo esto último levantando las manos en señal de rendición-  ¿Quieres de calabaza?  Pues de calabaza. – Miriam siguió ojeando el catálogo mientras Judith depositaba a su hija en el cochecito, junto a su gemelo, Oscar. Oscar llevaba ya un buen rato durmiendo y ni se inmutó al sentir el cuerpo de su hermana junto a él. Judith  dio un vistazo a sus retoños y volvió a la conversación de su hermana ojeando el catálogo, pero ahora por la sección de adultos.

Especial Halloween. Alessa Cevans. Una vieja leyenda local.



¡Hola a todos! Os dejamos el tercero de los relatos cortos que nos ha mandado Alessa Cevans.

Para que pensemos dos veces que algunas indicaciones son por algún motivo.



Una vieja leyenda local

Cuenta la leyenda que hace muchos años, en la isla de Ibiza, bajaba un salinero de las Salinas con un carro cargado de sacos de sal.



Era el dia 1 de Noviembre, día de todos los santos, y bajando, se le había hecho de noche. Al pasar por el cementerio de "Es Vive", una de las ruedas se soltó y cayeron todos los sacos de sal al suelo.





El hombre, apurado porque ya era tarde, empezó a pedir ayuda, y un encapuchado,vestido con una túnica, se le acercó para ayudarle.



Poco a poco pusieron entre los dos la rueda y cargaron de nuevo los sacos de sal en el carro y el hombre le dio las gracias al encapuchado.




- Moltes graçies, bon home..Que es bon Deu t'ho pagui..(muchas gracias, buen hombre, que el buen dios te lo pague).




El encapuchado con voy muy débil respondió que de nada... y le dijo cuando subió al carro.




-Que es bon deu t' companyi...ara ves a casa i descansa, i per lo que mes vulgues, no te giris a mirar cap enrerra.. No avui, per que si no tendré que endurten..( Que el buen dios te acompañe, ahora vete a tu casa y por lo que más quieras,no mires hacia atrás.No hoy,porque si no tendré que llevarte).




El hombre subió a su carro y después de ponerse en marcha, la curiosidad pudo más que él y se volvió a mirar al extraño que tanto le había ayudado. Lleno de espanto pudo comprobar cómo las piernas de este no eran más que huesos asomando bajo la túnica y que tras pasar la verja del cementerio desapareció.



Asustado, llegó a su casa y reunió a su mujer y a sus hijos a la luz de una vela y les contó lo ocurrido. Todos se quedaron muy impresionados ante el relato, pero que decir que ninguno se lo tomó demasiado enserio.



El hombre se fue a la cama acompañado de su mujer y cerca de la media noche, el ruido de unos pasos la despertó. Pudo comprobar entre sueños, medio dormida, como un extraño encapuchado agitaba el hombro de su marido. La mujer se dio media vuelta y siguió durmiendo.




Por la mañana,cuando el canto del gallo la despertó del todo, pudo comprobar que su marido había muerto mientras dormía.

FIN

Especial Halloween. Alessa Cevans. Una noche en el cementerio.


Y aquí os dejamos el segundo relato de Alessa Cevans de este especial Halloween. ¡Espeluznante!







Una noche en el Cementerio


Lo típico de todos los sábados era salir al Bronze y ponernos a beber hasta caer sin sentido,pero esa noche habíamos planeado algo distinto y excitante. Íbamos a ir al cementerio antiguo,del cual se decía que estaba encantado.Armados de valor y mochila al hombro empezamos la caminata hacia Figueretas y de ahí al cementerio de "Es vive" , el más antiguo de la isla.


Íbamos riendo y armando bulla. Ángel como siempre era el que más ruido armaba.Se había traído la cámara con infrarrojos para grabar,e iba haciendo bromas. A su lado iba Cris, su inseparable Cris,siguiéndole la broma,y más atrás íbamos Vicen,David,Tina, Lili y yo. Llegamos al cementerio y como la verja estaba cerrada nos colamos por la zona del muro,que daba a los desechos del cementerio.


Ángel,patoso como era,metió el pie en un ataúd podrido y enseguida se empezaron a escuchar maldiciones.




-Puaj...que asco....¡¡¡¡Joder!!!! -decía sacudiéndose la tierra de las botas.


Los demás empezamos a reírnos.Sin querer,David le dio una patada a algo que parecía una piedra roma y que resultó ser una calavera....y nos reímos aún más.


Entre risas fuimos adentrándonos hacia las criptas y las tumbas más antiguas.


- Pues yo no veo nada....-dijo Tina después de un rato de andar entre tumbas.

- Yo tampoco....vaya mierda....¿y se supone que está encantado? ¡¡¡¡Sí hombre!!!!!-respondió su gemela Cris.
-Podríamos dividirnos e ir en parejas o algo, a ver quien encuentra algo - dijo David.



Dicho y hecho. En vez de en parejas nos dividimos en dos grupos. En uno, las dos gemelas con Ángel y en el otro, Vicen, David, Lily y yo. Desde la reja del cementerio partimos en direcciones opuestas, ellos hacia la derecha y nosotras a la izquierda. Alumbrábamos las tumbas del suelo con las linternas y en una de esas iluminamos a un gato y el reflejo de sus ojos rojos nos hizo correr despavoridos en todas direcciones chillando como locos. En cuanto nos tranquilizamos volvimos a la inspección. Era extraño ver la cantidad de tumbas infantiles que había. Nunca nos habíamos dado cuenta de la alta tasa de mortalidad infantil de nuestra isla. Cosa extraña.



Empezábamos a aburrirnos, era tarde,casi las tres,y teníamos frío y hambre.Nos reunimos al lado de la tumba del Ángel, cerca de la capilla, y sacamos los bocadillos. Estábamos comiendo cuando algo hizo que giráramos la cabeza hasta casi desencajarla. Justo enfrente de nosotros, una niña de vestidito blanco, calcetines calados y lazo en el pelo jugaba con una muñeca que parecía ser una réplica de ella en miniatura.


- Dios...Ángel...graba...graba...¿estáis viendo eso? -dijo Lily casi en un susurro.

- Calla...Lily que la vas a asustar - dije yo dejando el bocadillo y levantándome despacio.

Tina me agarró por la chaqueta y con voz acometida dijo.

-¿Donde vas loca? -

Yo me zafé de su agarre y muy despacio me dirigí a aquella criatura fantasmal.

- Solo quiero saber si es real.....-dije susurrando.


La niña seguía jugando con su muñeca ajena a nuestra presencia.

Ya casi estaba a su lado, si alargaba la mano podía tocarla. Pero de repente una ráfaga de aire frío pasó a una velocidad vertiginosa por mi lado y me tiró al suelo. Delante de nuestros aterrorizados ojos se materializó un hombre. Era alto,delgado y vestido como de finales del siglo XIX o principios del XX. Agarró a la niña del brazo y empezó a sacudirla con violencia.


-¡¡¡Es todo culpa tuya!!!!¡¡¡¡Tú la mataste!!!!Por tu culpa me dejó... ¡¡¡¡¡Devuélvemela!!!!! -le gritaba a la niña zarandeándola cada vez con más violencia.

- ¡¡¡No papá por favor... suéltame!!! Me haces daño....-sollozaba la pequeña.

- ¡Debes pagar por lo que hiciste!-dijo el hombre agarrando a la niña de la nuca. Con violencia le estrelló la cabeza contra el suelo,una y otra vez.


Estábamos paralizados de terror. No podíamos movernos. Ese hombre estaba matando a su propia hija...y no podíamos hacer nada por impedirlo.


Era una pesadilla.  Me levanté como pude, pero ya era tarde. La pequeña estaba en el suelo con la cabeza destrozada y su precioso vestido blanco lleno de manchas carmesí y salpicado de una extraña masa grisácea.


-¡¡¡Hijo de puta!!! -grité con rabia. Quería hacerle daño, ¡ maldito cabrón ! pero se me adelantó y antes de que pudiese golpearlo en la cabeza con la piedra que había recogido del suelo, sacó una navaja de afeitar y se rebanó el cuello, cayendo al lado de su hija con la yugular seccionada.


Sus cuerpos empezaron a desvanecerse y acto seguido otra aparición surgió de la capilla, flotando por encima de los escalones, para tropezar y caer, rompiéndose el cuello. Eso bastó para que recogiésemos nuestras mochilas y saliéramos en tropel hacia la verja.Vicen le pegó una patada y el candado saltó por los aires. Salimos y nos quedamos mirando el cementerio con los ojos como platos. Cuando oímos el frenazo ya era demasiado tarde. Estábamos parados en medio de la carretera y un autobús y un camión de la basura chocaron de frente aprisionándonos en medio. Creo que morimos al instante.



Todas las noches desde hace cinco años revivimos una y otra vez nuestra última noche como vivos.Y cada día morimos,  pero con el tiempo nos hemos acostumbrado. Ahora nosotros también somos parte del cementerio viejo de "es Vive", y si te gustan las historias de fantasmas tanto como nos gustaban a nosotros ven a vernos. Te esperamos...y si no puedes venir, no te preocupes. Claudia,la niña del vestido blanco se aburre y todas las noches sale de paseo..

Puede que cuando gires la cabeza la veas allí, a los pies de tu cama mirándote, pero no grites...Shhhhhhhhhhh... puede enfadarse.




-FIN-

ALESSA CEVANS

Especial Halloween. Alessa Cevans.El antiguo Hospital Militar.

¡Hola a todos!

Os dejamos el primero de los relatos que nos ha hecho llegar Alessa Cevans. ¡Disfrutad y aterrorizaos!



El antiguo hospital militar


Víspera de todos los Santos y como cada año planeamos una aventurilla que nos pusiera los pelos como escarpias y de la cual poder reírnos a gusto una vez hubiese amanecido.Nuestra osadía nos había llevado a pasar estas vísperas colándonos en los sitios supuestamente encantados y llevarnos la cámara para grabar cualquier cosa paranormal que pudiera sucedernos,pero claro....nunca nos pasaba nada.Y los sustos que nos llevábamos solían estar provocados por la histeria colectiva.

Hasta la fecha nos habíamos metido en un cine abandonado,en un antiguo cementerio,en una necrópolis punica, pero nada interesante nos había sucedido.

Aquella víspera iba a ser especial, habíamos planeado colarnos en el antiguo hospital militar.Un sitio que ponía los pelos de punta hasta a los más viejos del lugar.Decían que nadie se atrevía a adentrarse en ese oscuro callejón una vez hubiese anochecido....pues las voces de los heridos en la guerra todavía se escuchaban.





Así pues ,aquella noche,cámara en ristre y mochila al hombro,nos dirigimos hacia aquella inhóspita callejuela a la cual ,según rumores populares, no se acercaban ni los numerosos gatos que por aquellas calles deambulaban.



El camino se nos hizo largo, la cuesta arriba eterna y los adoquines empedrados hacían que nuestras botas resbalaran.Las pocas farolas que había en aquella zona se habían estropeado y avanzábamos entre carcajadas a la luz de nuestras linternas.



Llegamos por fin la la puerta del antiguo hospital...y un escalofrío que nada tenía que ver con esa húmeda y fría noche de octubre recorrió nuestras espinas dorsales.



La madera de la puerta estaba carcomida y no nos fue difícil penetrar en el interior.Ante nosotros una estancia oscura y fría nos daba la bienvenida, con inmensas salas a ambos lados y una escalera de caracol que subía varios pisos.



Raúl fue el primero en empezar a investigar, y David,Hugo,Vane,Cris,Emi y yo le seguimos a una distancia prudencial. Había algo en ese sitio que lo hacía distinto a los demás, como una especie de niebla invisible que nos oprimía el pecho y hacía que nuestros corazones brincaran como los de unos conejillos asustados.

Primero investigamos la planta baja y sus oscuras estancias.Montones de papeles podridos se amontonaban en archivos de madera igual de podrida. Debían de ser los informes médicos de los pobres desdichados que allí habían ido a parar.No se oía ni una sola de nuestras respiraciones...conteníamos el aliento como si la simple ingesta de aire fuera algo dañino.



Raúl subió por la escalera hasta la primera planta y allí fue cuando empezó a maldecir.Juraba y perjuraba que a través de la lente de la cámara había visto a alguien agapazado entre los hierros de una desvencijada cama. Intentamos tranquilizarlo y decirle que era la sugestión...como ya nos había pasado anteriormente en otros lados, pero tal era el ataque de nervios que sufría,  que Emi decidió que mejor seguíamos nosotros y que ellos volverían a la planta baja.



Agarré la cámara y como chica valiente que soy me encaminé entre los laberínticos pasillos.Había palomas muertas y el olor a descomposición se iba haciendo más agudo a medida que subíamos pisos. Más de una vez me pareció captar movimientos por el rabillo del ojo....pero cuando rebobinaba y volvía mirar allí no había nada.Encontramos una habitación repleta de extraños artilugios y botes de cristal que contenían restos humanos suspendidos en formol.Aquello sí que era sin duda alguna lo más terrorífico que habíamos visto hasta la fecha.Vane se sintió indispuesta y ella y Hugo se quedaron rezagados.

Bien...Quedábamos Cris, David y yo.



Con cada paso que dábamos el olor dulzón de la descomposición se hacía más agudo.Son las palomas...pensé asqueada.



Seguimos subiendo y una extraña corriente de aire levantó nuestros cabellos a la vez que aquel extraño olor se intensificaba. Ocurrió en unos segundos. Yo miraba por el objetivo de la cámara mientras Cris y David enfocaban con sus linternas.

Estaba allí...plantada en medio del largo pasillo. Era una monja,vestida con un hábito antiguo. El frío se hizo más intenso y Cris empezó a chillar cuando enfocamos su rostro.



No había rostro. Era una masa putrefacta e infesta de carne en descomposición. Y con horror me di cuenta de que no podía moverme.  Me había quedado clavada al suelo mientras aquella criatura de pesadilla que no tenía pies avanzaba hacia mí con los brazos extendidos.



Grité con todas mis fuerzas y eso fue lo que consiguió arrancarme de mi parálisis.

Gritando, ¡corred.! ¡corred! empezamos a bajar los escalones de caracol a toda velocidad. Aquello no era la histeria, aquello era real.

Más apariciones de pesadilla iban apareciendo ante nosotros, hombres sin piernas que se arrastraban por el suelo e intentaban agarrarnos los tobillos con sus manos cadavéricas, bebés espectrales sin ojos que alargaban sus bracitos hacia nosotros.



Corríamos como alma que lleva el diablo.Y por fin alcanzamos la planta baja, pero no había ni rasto de nuestros amigos. Los llamamos a gritos,pero no obtuvimos contestación, salimos a la calle y gritamos sus nombres con todas nuestras fuerzas,pero fue en vano.



No sé cuanto tiempo trasncurrió, pero vinieron ambulancias y patrullas policiales. Al final encontraron los cadáveres de Raúl y Emi; a Hugo y a Vane los encontraron vivos pero por alguna extraña razón se encontraban en coma.



Nadie nos creyó.Ahora desde donde os escribo mis recuerdos se vuelven borrosos...y algunas noches recibo la visita de Raúl y Emi. Me preguntan que porqué los abandonamos.Yo no tengo la respuesta.Y no les puedo ver lo pies, flotan a los pies de mi cama como si yo hubiese tenido la culpa.



Hablo poco con Cris y David.Apenas nos dejan comunicarnos....pero sé que ellos piensan lo mismo que yo.



Jugamos con el diablo y perdimos....y aquí, en mi oscura celda del Sanatorio mental para maniacos peligrosos, a veces pienso si fue una ilusion. Si fuimos nosotros los culpables realmente.

Pero cuando les pregunto a Emi y a Raúl...ellos no me contestan. Se ríen y acarician mis tobillos desnudos Y me dicen:Pronto, pronto estarás con nosotros.


Fin.


ALESSA CEVANS




miércoles, 3 de octubre de 2012

FanFic La Furia y el dolor. Capitulo 2. Parte 1.




Capítulo 2. Revelaciones y decepciones.


Parte 1.



Payne

No creía que lo consiguiéramos. Creía que algo nos retendría y no podríamos cruzar al otro lado, pero nada nos detuvo. Cogida de su mano me dejé llevar como si de una muñeca me tratara... Mi cerebro estaba aún procesando sus palabras, pero la idea de irme del santuario era lo que más me urgía así que no hice nada por detenerle. Ya me preocuparía después de los detalles.


Tomamos forma en una habitación pequeña, en la cual las persianas estaban bajadas. Algo me dijo que el sol estaba en lo alto del cielo. El instinto de la raza. El escozor que entró por la base de la columna y se implantó en mi cerebro no era nuevo para mí. Miré alrededor al mismo tiempo que tomábamos forma y por el aroma que había en la habitación deduje que era la del macho. Olía como olía él... Él se giró hacia mí y me observó con esos ojos amarillos brillantes.

- ¿Estás bien? –



Me preguntó y asentí con la cabeza. No estaba bien, estaba lejos de estar bien. Mi corazón iba a mil por hora y la furia interna hacía que toda la piel me picara...pero no iba a parecer una hembra frágil y desvalida. No lo era. Se me atoraron en la garganta las palabras pero intenté recobrar la compostura. Me recoloqué la tela blanca sobre mi cuerpo y vi que él se sentaba en el borde de la cama que había en el centro de la habitación. Colocó sus codos sobre sus rodillas y peinándose hacia atrás con las manos ese maravilloso pelo tricolor que no había visto nunca antes, respiró profundamente. Estaba visiblemente preocupado.

Di un paso hacia él aún nerviosa, porque quería saber más de lo que me había contado...pero algo se enredó con mi pie. La dichosa tela blanca con la que intentaba taparme. Era demasiado larga de un extremo y mi pie había tropezado con ella. El tirón que di yo misma me hizo tropezar y tonta de mí, en vez de soltar la tela para mantener el equilibrio, la mantuve sujeta con mis manos en su lugar...el resultado fue que mi cuerpo cayó sobre el del macho. Él solo tuvo tiempo de separar sus brazos para cogerme y amortiguar el golpe contra él.

– ¡Virgen! -