domingo, 9 de diciembre de 2012

Relato corto.Mary Blood. Bastardos e internet.

Os dejamos un  relato corto que nos ha hecho llegar Mary Blood, basado   en la saga de la Hermandad de la Daga Negra, y según palabras de su autora: "está fuera de contexto y solo obedecen a mi mente fantasiosa que vio esas imágenes en su cabeza y quiso plasmarlas en papel.  No pude evitar rendirme a la imagen de esos guerreros imponentes, compitiendo los unos con los otros o a la banda de bastardos viendo lo que sucedía en el mundo. Espero que disfrutéis con esto tanto como yo he disfrutado escribiéndolo. Es una fantasía pura y dura. Hecha sin ánimo de lucro y solo por diversión. Gracias."Seguro que indiferente no no deja. Aquí os los dejamos.


 
RELATO CORTO 

Bastardos e Internet

Xcor frunció el ceño mirándolo como si le hubieran salido dos cabezas.

- ¿Me estás diciendo que somos del dominio público? ¿Del dominio público humano?-

Throe  se exasperó refrescando de nuevo la imagen de la pantalla de ordenador. Por fin se le había permitido tener  de nuevo sus juguetitos en el nuevo mundo. Y lo que había descubierto era...un poco espeluznante la verdad.  Xcor estaba sentado a su lado mirando la pantalla sin entender nada, y su trahyner Zypher seguía de pie detrás suyo intentando también descifrar lo que les decía Throe.

- Esta escritora, JR Ward...  nos ha hecho del dominio público. Tiene toda una saga de libros escritos acerca de nosotros... mejor dicho, de la Hermandad. Nosotros solo salimos en los últimos tomos.-

Xcor carraspeó y sus ojos brillaron con una luz extraña. Zypher  arrastró una silla para colocarla tras ellos. Se sentó en ella del revés, con el respaldo entre sus piernas y apoyando sus brazos en el trozo de madera.


- ¿Estás diciéndome que información de nuestros queridos «amigos» está escrita en libros que son del dominio público?-

- Público y mundial. Y lo que es peor, dentro del género erótico-romántico.-

Xcor bufó tan fuerte que Throe creyó que la casa temblaría. Zypher se rió por lo bajo detrás de él.

- ¿Salgo yo y mis conquistas en esos libros?- preguntó entre risas.

- ¿Lo que sale en esos libros es verídico? - preguntó Xcor.

- Me temo que sí. No puedo contrastar los datos que salen de los hermanos...pero lo que está ahí escrito nuestro...es nuestro. Demasiado exacto para mi gusto. No sale todo lo que hemos hecho, pero los episodios que ha escrito..son demasiado precisos.-

- ¿Cómo es eso posible? ¿Cómo puede habernos seguido una humana?-

- No lo ha hecho...estuve entrando en su web y averiguando porque me hice la misma pregunta y creo que es una especie de oráculo o vidente. Escribe lo que le viene a la cabeza. Ni siquiera creo que sepa que lo es. O al menos es lo que dice en su web. Otra explicación sería que los hermanos le hubieran contado todo eso...y lo dudo. Pero nuestros fragmentos,  nadie puede habérselos contado. Confío plenamente en cada uno de nosotros en ese aspecto.-

Xcor se pasó la mano por la cara. Eso era malo, muy malo. Si todo eso era de ámbito público... los hermanos estaban al tanto de todos y cada uno de sus movimientos... joder, y de sus pensamientos.

- Habla ahí de mí y de ...

- Aye, Sire. Sí... habla de vuestros sentimientos por vuestra  hembra. La única suerte es que los libros son escritos con dos años de  retraso. En su último libro recién descubristeis la existencia de Layla.-

Zypher soltó una risita. Se estaba divirtiendo mucho con todo este tema. Xcor no tardó en gruñir su respuesta.

- Esto es inadmisible. La vidente debe morir. Nadie....absolutamente nadie tiene ningún derecho a sacar nuestras historias a la luz.-

- Esa es una de las leyes de Wrath el justo que mantiene su hijo Wrath, Sire...sonáis como a él - replicó Zypher riéndose.

- Cállate - respondió Xcor con rabia. Estaba tensándose al ambiente en torno a él.

- Pues aún no os he dicho ni la mitad de lo que hay - Xcor se removió sobre la silla. Throe tecleó en el teclado del portátil y la pantalla cambió de imágenes - hay  toda una subcultura  en torno a la saga literaria de la autora. Hay toda una legión de fans en todo el mundo, de los libros, de los personajes...de todo lo que tenga que ver con la  daga literaria.-

- ¿Fans? ¿Fans como las estrellas de rock? ¿Esas que chillan y suplican por sexo con ellos? - la pregunta la formuló Zypher realmente excitado ante el tema.

- Supongo que no...- empezó Xcor a rebatir pero Throe le cortó en seco.

- Suponéis mal, Sire. Es algo así. Comunidades enteras en las redes sociales  se declaran fans indiscutibles de la historia de la autora. De los hermanos. De nosotros. Incluso se han creado clubes de fans, foros y  juegos alrededor de nuestro mundo.-

Xcor se quedó petrificado.  Toda su vida luchando por el anonimato y ahora estaba en boca de muchísima gente.

- ¿Juegos? - tenía que saber más de todo aquello. Si quería destruirlo, toda la información que tuviera al respecto le sería útil.

- Juegos de rol, por ejemplo. La gente finge ser uno de nosotros, de los hermanos o de sus shellans y se crea sus propias historias. Algunas son muy buenas, otras dan verdadero asco. -

- Demasiados escritores a los que matar - susurró Xcor con la voz baja. Su mente ya estaba maquinando - esos monos peludos siempre jodiendo la existencia .-

Zypher alargó su mano y señaló la pantalla.

- ¿Ese soy yo? Quiero decir... ¿así me ven? No me parezco en nada a ese tipo.-

- Se llaman avatares, y son la imagen que se ponen los jugadores para simular a su personaje. No es más que una imagen para representarse.-

Zypher se inclinó hacia adelante leyendo algo de lo que había debajo.

- WOW... muy caliente la frase. ¿Me ven así?  ¿Cómo se llama el tipo que han puesto como yo?-

- Chris Evans - contestó Throe sin apenas girarse. Estaba intentando enseñarles a sus trahyners toda la información que podía sin marearlos.

- ¿Y cómo me ven a mí? - preguntó Xcor con curiosidad. Se le veía furioso pero en cierto aspecto titubeante.

- Vos, Sire..sois el más famoso de todos nosotros. Las hembras humanas están locas por vos.-

- ¿Qué?- el grito de Xcor retumbó en la estancia. y a Throe casi le hizo gracia. Xcor siempre había sido esquivo con las hembras. Siempre huyendo de él por su aspecto y la deformidad de su rostro. Todo lo contrario a lo que estaba sucediendo en los datos que él había encontrado.

- Parece ser Sire que las hembras valoran más vuestros atributos como vampiro, guerrero y macho dominante que vuestro rostro. En los foros de hecho, más de una suspira porque fuerais real y aparecierais en su alcoba.-

Zypher le dio un codazo a su Sire a lo que Xcor respondió con una mirada de odio, que se desvaneció al centrar su atención en lo que salía por la pantalla y las palabras de Throe.

- ¿Están locas esas humanas?  - se notaba que intentaba disimular su nuevo interés por ese dato - ¿eso es cierto? -

Zypher volvió a alargar su cuello para ver la pantalla.

- Totalmente Sire...¡Joder! menuda escena se describe aquí de vos con una civil.-

Xcor frunció el ceño mirando a su soldado, pero luego volvió a meter su nariz casi en la pantalla, mirando lo que Throe les iba mostrando tecleando el ordenador. Xcor apenas había empezado a escribir hacía poco, pero las fotografías de montajes que Throe les enseñaba no dejaban lugar a dudas.

- Pues anda que la tuya con la hija del  Sanguinario. Aquí te han emparejado con ella - Xcor señaló a la pantalla divirtiéndose- ¡¡ y aquí te han emparejado con una hembra de la glymera, y aquí con Throe!! - iba casi gritando Xcor en alto  riéndose cada vez más - Joder Zypher... te han calado de lleno. Con todo lo que se mueve te han emparejado. -

Zypher ya no le miraba tan divertido como antes.

- Throe, tienes que enseñarme a usar estos chismes. Quiero saber TODO lo que se dice de mí ahí
¿podría yo simular que soy yo mismo en uno de esos juegos? - Zypher enseñó los colmillos -  ¿cualquiera puede hacer eso, no?-

Throe le miró riendo.

- ¿Ahora te pasarás al sexo internauta Zypher?  Basta que sea sexo para que lo intentes...-

- ¡No, trahyner! Es para divertirme y hacer esas cosas.

- Me imagino que sí, que podemos hacer lo que hacen ellos... meternos en una red social y abrirnos un perfil con nuestro nombre y simular que somos nosotros.-

- Simular que somos nosotros...eso sí que es una completa estupidez - espetó Xcor. Aún no dominaba el arte de la escritura ni la lectura y mucho menos el uso de esos artilugios del demonio. Se levantó de la silla y se dispuso a retirarse al gimnasio para poner sus músculos en forma. Una costumbre del siglo XXI que le gustaba. Así se aprovechaban las horas del día.

- Haced lo que vosotros queráis...yo iré pensando en como terminar con esa vidente. Conocer los detalles de nuestros enemigos me parece  una gran ventaja, pero que conozcan los míos no. Hemos sobrevivido cientos de años sin conocerlos...no los necesitamos.  Pensaré en algo para acabar con ella. Estaré mientras en el gimnasio.-

Xcor salió de la habitación a paso ligero, visiblemente molesto pero con una sonrisa que escondió a sus soldados... No iba  a mostrar ninguna debilidad delante de ellos, pero saber que había hembras, aunque fueran humanas, que no le consideraban un monstruo y que suspiraban porque él existiera en la realidad, le había  elevado  el orgullo. Pero se mataría antes de reconocerlo.

Zypher y Throe le observaron salir de la sala en silencio con una sonrisa ladeada. Conocían mejor que nadie a su Sire y sabían que Xcor ahora no se sentía el  bastardo despreciado de siempre.

- ¿Lo hiciste para que él lo supiera, no? ¿Para que tenga una esperanza con su Layla?-

Preguntó Zypher a Throe volviendo su atención de nuevo a la pantalla .

- Sí, sé que parece una tontería pero necesita un empujón. Un poco de autoestima que sustituya toda esa amargura y crueldad que lo mantiene alejado de la hembra que ama. Merece ser feliz como cualquier ser del planeta, aunque se comporte como un capullo y un imbécil las 24 horas del día.-

- Me lo imaginaba... Y ahora, trahyner, enséñame a hacerme un perfil de esos y a manejar estos trastos. ¡Temblad nenas, que viene Zypher on line!-

FIN.

martes, 13 de noviembre de 2012

Amar en tiempos de crisis. Capítulo 1.



Amar en tiempos de crisis. Capítulo 1.


Leí con detenimiento el mensaje del juez. Froté mi mano contra mi cara y puse los codos sobre las rodillas. Después me tumbé en la cama inquieta y miré al techo. Miré la foto que estaba ahí colgada en la que estábamos en el dieciseisavo cumpleaños de Jessica Discort.
Y justo después... justo después... Fui violada. Los vívidos recuerdos aún seguían en mi mente. Casi muero partida de las horas sin descanso, del dolor de cada penetración. La sangre y los desmayos y...
Tocaron a la puerta. Elena abrió la puerta y asomó su cabeza.

- ¿Qué pasa hermanita? - dije recuperándandome -.

- Mamá está llamándote.. - y añadió con un suspiro - . Otra vez.

Salí del hospital tres horas después y solo por una llamada de mi cliente. Conduje despacio, sin prisa por verle. Yo no quería ese maldito paso, por Michael Discort, claro.
Hacía años que no hablaba con él. De vez en cuando se dejaba ver por el buffet, pero hablarle... eso nunca.
En la entrada de la cárcel me registraron y dejé mis cosas en una taquilla, cogiendo solo la tablet y el móvil. Las dejé encima de la mesa de la sala de interrogatorios y me apoyé en la pared y esperé. No hablé, y al cabo de un rato, él lo hizo.


jueves, 8 de noviembre de 2012

La furia y el dolor. Capitulo 2. Parte 3. Siénteme






Payne

Creía que iba a estallar de un momento a otro. Era tan dulce, tan suave, tan deliciosamente erótico. El saber que no había estado con otras hembras me hinchó el pecho de orgullo y satisfacción femenina. Estábamos en esto juntos. Y todo lo que quería era que me llenara. Esos pensamientos me dejaron trastornada en medio de todas aquellas sensaciones que no podía reprimir sentir. Lo que nunca había querido que ningún macho hiciera ahora estaba deseándolo con todas mis fuerzas. Era lo que quería…y sentía que era lo correcto.

Había creído enloquecer cuando se colocó entre mis piernas y empezó a usar su boca y su lengua en mi cuerpo. Al principio cuando le vi agacharse, casi cerré las piernas de golpe, abrumada por aquello que no conocía pero imaginaba que iba a hacer. Pero el instinto y la confianza en él me guió y controlé ese impulso…y lo que me hizo sentir después bien valió la pena haberlo seguido. El corazón que latía en mi bajo vientre casi me elevó a un estado que ni siquiera imaginaba que existiese y me relajó, y me humedecí aún más.Me sentí huérfana cuando dejó de usar su boca y su lengua entre mis piernas y subió a cubrirme. Contesté a su pregunta con un gemido intenso mientras volvía a rodearle sus caderas con mis piernas y le empujaba contra mi centro. No podía esperar más.

La furia y el dolor. Capitulo 3. Incertidumbre.





Phury:



Ya había pasado una semana desde que había vuelto con Payne, y que había terminado entre sus piernas. No podía sacarlo de mi mente, pesaba sobre mí como una carga. Había aprovechado un momento de debilidad de aquella fiera hembra y me había aprovechado de ella. Era algo que no cesaba de dar vueltas en mi cabeza.

Aún dormíamos en la misma habitación, aunque  yo no estaba mucho tiempo en ella. Huía de allí nada más despuntaba el anochecer. Me sentía mal por dejarla sola tanto tiempo en un mundo el cual ella desconocía pero no podía permitirme cometer de nuevo la estupidez de intimar con ella. Había llegado demasiado lejos, Payne era una hembra hermosa y se merecía a alguien que le amara sinceramente no un macho como yo, lleno de culpas, pecados y que está enamorado de otra hembra.



En las comidas ella se disculpaba y había dejado de bajar a comer conmigo y los demás, era una hembra lista y ya comenzaba a notar mi alejamiento…al parecer le afectaba.

No entendía porqué, solo había sido una noche pero para ella no sabría decir que fue. No habíamos coincidido mucho desde ese día, o más bien yo me encargaba que así fuese. Unas míseras palabras entre ambos y poco más. Y siempre superfluas.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Un partido entre todos. Mary Blood.

MARY BLOOD.

Un partido entre todos.



- ¡Pase incompleto!- gritó el árbitro dando luego un toque de silbato
- ¡ Y una mierda pase incompleto! – Vishous se levantó del suelo como una tromba e iba a ir directamente hacia el árbitro, Havers en ese momento. Havers tragó saliva, pero luego respiró aliviado cuando vio como Butch le cogía por la cintura y Payne se plantaba en medio de los dos.

- ¿Qué quieres, que nos penalice? Fue pase incompleto y asúmelo hermanito. –

Vishous la miró como si tuviera fuego nuclear en los ojos. Payne ni se inmutó.

lunes, 29 de octubre de 2012

La Furia y el dolor. Capitulo 2. Parte 2.Dulce Intromision



 La Furia y el dolor. Capítulo 2. Parte 2.  Dulce intromisión.






Payne

La dulzura con que posó sus labios sobre los míos me dejó totalmente desarmada.

Mi mente estaba en estado anormal por el rechazo de mi gemelo y lo siguiente que sucedió... Me dejé llevar por su Gracia.  En ese momento me sentí tan falta de alguien, que no quise pensar, no quise  racionalizar nada... ni el rechazo de mi gemelo, el que yo consideraba mi otra mitad ni la reacción tan protectora, cariñosa y amable del Primale.

Solo me dejé llevar.
Había ahogado tanto las lágrimas a los pies de la escalera que se quedaron atrapadas en mi  garganta. No dejándome casi  articular palabra. Tan solo pude decir un escueto gracias cuando el Primale me habló con aquella melodiosa voz y con esos ojos  brillantes ambarinos.

Y el  suave roce de sus dedos en mi cara me provocó algo que no esperaba sentir nunca y menos en esos momentos. Me sentía desgraciada, presa de mil y una emociones y ninguna  positiva,  con ganas de llorar y gritar... pero ese sencillo gesto me calmó. Para mí fue como un bálsamo de frescor en medio de una ola de rabiosa ira que pugnaba por salir a la superficie. 

Nadie me había tratado en mi vida con la dulzura con la que me trataba aquel macho, nadie me había tratado tan bien como lo había hecho él en todo momento. Y Parcas del destino si no era un espécimen de guerrero digno de admirar.

Allí abajo, frente a todos aquellos que eran sus iguales...su fortaleza y determinación habían brillado sobre los demás. Incluso por encima de aquel que era mi gemelo de sangre.  Phury, hijo de Ahgony  el nuevo Primale era con mucho el mejor macho que había habido en aquella sala.

Su aura se había elevado por encima de todo y de todos, incluso del rey, como dictaba la ley que debía de ser. Y para mí, en ese momento, ese macho era todo lo que mis ojos y mi corazón veía.

Yo no había sido tocada antes por ninguno, a ninguno dejé nunca acercarse tanto, pero cuando acercó sus labios a los míos, oh dioses, lo deseé. En mi interior deseé que lo hiciera, no sabía si era porque jamás había sido besada por nadie o porque en ese momento necesitaba cada onza de amor y cariño que cualquiera pudiera ofrecerme...los motivos me tuvieron sin cuidado, lo que quise fue que lo hiciera.

Especial Halloween. Lou " Give a little Bite"



Give a little Bite. por Low Wild.



        

La calle se abre de piernas cada noche, por ello hay dos calzadas a los costados.

-Sonríe un poco.-

Tan larga, tan larga, un pequeño mordisco en la manzana de Adán. Era demasiado lo que la necesitaba. Un pequeño mordisco ahí donde sabía que podría poseerla, y directo a la sorpresa.
Un pequeño mordisco y el amor se abre en canal como las piernas de la noche, y la luna como su sexo.
Nunca encontrará el camino esta noche.
Navegando un barco ebrio, golpeándose contra las paredes como un balón recién pateado que pierde el control y a su dueño.
La oscuridad puede herirle, y llora y llora lagrimas de sangre que manchan su ropa.
Aún lleva el sabor de su última victima en la garganta, el bocado le quema mientas sigue deslizándose por su aparato digestivo... Nunca debió amar con tanta intensidad a alguien.

-Despierta mi amor, el sol ya no saldrá para ti... acabo de poner fin a todos tus años de escuela.-




La dejó triste y vacía, tal y como él se sentía desde que tenía memoria. Nunca pudo parar lo bastante rápido. La miel era demasiado tentadora, y se metió a fondo en el avispero.
Las calles dejan de ser divertidas a altas horas de la madrugada, antes de que los escolares acudan a sus primeras clases.
Los huesos comienzan a recolocarse, pero el sabor sigue ahí... el sabor de la culpa y del éxtasis ¿Pueden existir sensaciones tan contrarias de forma simultánea?

-¿Dónde vas, caperucita, tan roja, rubia y gordita?-

Una canción del pasado que ya solo recuerdan los habitantes de las silenciosas noches donde la sangre corre como ríos silenciosos e ignorados.
Ella apoyó su cabecita en el pecho de él, ambos perdieron su mirada en el horizonte... La ciudad era preciosa con aquel sol y desde aquella torre.
A veces son tan duras que cuesta roer la carne, a veces simplemente son extremadamente delgadas. A veces, simplemente tienen tantos problemas amarlas se vuelve indigesto, aunque, al principio te convencen de que el problema lo tienes tu.
Nada te puede salvar de jugar a ese juego, nada puede evitar que lo intentes... Todo el mundo necesita su parte de amor, y él amaba por partes a cada una de sus victimas.
El recolocar de los huesos es doloroso, pero él no le teme al dolor físico que este proceso le procura... Es aún peor la culpa y el temor al castigo, nadie debería disfrutar tanto de aquella forma de amar, y por ello él estaba aterrado ante el castigo, desde lo más alto, que podría recaer sobre él.
Lo único que deseaba en esos momentos era encontrar un lugar donde echarse a dormir y hacer la digestión... Mañana, quizá, todos hablarían de aquello, mañana sería otro día más.
No podía trabajar, había perdido su turno, las voces de su cabeza le susurraban gentiles nombres de muchachas.

-Bella...
-Gretel...
-Aurora...
Y él no podía negarse a sumirlas en un sueño eterno, darles una cálida eternidad sumergidas en su buche... Un palacio estrecho pero acogedor para aquellas princesas, sobre todo ahora que se acercaba el invierno.
-Blancanieves...
-Rapunzel...
-Basilisa...

Pronto llegaría la navidad... Gordos zurrones de carne endulzada correteando despreocupados por las calles, el tiempo no acompañaba pero la caza del amor era más fácil.
La suerte acompañaba en aquellas fechas, los dedos regordetes asomándose entre los barrotes... El horno siempre estaba caliente para recibir a su próximo inquilino.
Había aprendido muchos trucos en todos los siglos que había durado su vida, coger lo que quería y disfrutarlo donde ya nadie miraba... En todas partes. Los transeúntes eran ciegos, y los vecinos sordos, en aquel siglo veintiuno, y él lo agradecía... ¿Quién era la bestia ahora?
Quería más, siempre le pedía más, y eso le ahogaba, aunque, caer en la tentación siempre reportaba aquel fugaz éxtasis místico de unión entre dos cuerpos... Quizá algún día sería una estrella de la MTV... Mis dulces 16, sería un titulo genial.
Donde van andando todas esas caperucitas rojas, tan dulces y con aquellas grandes tetas. No escuchan a sus madres, y van tan solitas por las calles, sin mirar quien o que les sigue. El príncipe negro pronto se convierte en lobo feroz, y, al rato, es él quien camina a solas por la calle, con el estomago lleno de dulces y amorosas caperucitas rojas, tan buenas y tan bonitas, que no le dieron elección de perdonarlas su nuevo hogar.

-Corderito...
-Corderito...
-Corderito...
-¿Corderito?
Se sienten tan seguras, son tan provocativas, caminando sin mirar si están realmente solas. Hay chicos menos peligrosos que él, y cuando ellas le conocen no hay abuelita ni cazador que las pueda rescatar... Están solas, miran al abismo y este las devuelva la mirada.

-Te amo.-

Y el abismo las engulle, la satisfacción llega al éxtasis, un mal día para la abuelita que las aguardara. No existen chicos tan cariñosos, él las ofrece una salida y un nuevo hogar, y ellas solo tienen que darles su carne a cambio.

-Mama nunca quiso rescatarte, pequeña... se limito a mandarte a la muerte, como hacen todas las madres una vez abandonas el lugar entre sus piernas.-

Las quería a todas, cada una era un nuevo sabor, una nueva textura, un nuevo aroma... Ninguna era igual a otra, cada acto de amor era único.
Nunca conocieron a un hombre tan atento, incluso cuando comprendían que no era un hombre de verdad. Todas juraban guardar el secreto, y bailaban, cogidos de la mano, con el lobo feroz a la luz de la luna. Una diversión única e irrepetible, como eran cada una de ellas para él.
Cuando terminaba aquel momento, era mejor no hablar de ello... Le dolía, se había herido en su humanidad al arrancar una vida, por mucho placer que de ello hubiera sacado. Pero todas aquellas cartas habían sido puestas boca arriba sobre el tablero, no había modo de dar marcha atrás. Al final el más fuerte se lo lleva todo, y deja a la parte débil lamiéndose las heridas... culpándose por sus pecados y errores, por mucho goce que estos le hubieran procurado, nunca le llenaban... nunca eran suficientemente duraderos.
La victoria es siempre para la bestia, el hombre solo devora sus pecados hasta que muere de indigestión o envenenamiento.
Un momento las tiene entre sus brazos, haciéndolas sentirse seguras y calientes, al fin encontraban un hogar. Dejándolas que se imaginaran creando un hogar, donde poder hacerse fuertes junto a aquel nuevo amante. Para comprender al rato que han sido una temerarias, unas tontas, pues ahí solo rigen las reglas de la bestia... Las reglas es que ellas son la carne y el gourmet. Alguien, en algún punto de la ciudad pierde a un ser querido, la bestia gana un banquete más.
Los jueces del azar han decidido, quizá ella no debía contestar aquella llamada, ni girar aquella esquina, tampoco debió pararse a hablar con aquel extraño... Tantas variables que una vez aceptadas no tienen vuelta atrás ¿Amante o amigo? Pronto da igual, no hay tiempo de escapar, y la bestia toma su tributo, para que el hombre se pueda torturar arrepintiéndose.
El amanecer llega, y con él el arrepentido hombre, derrotado y culpable, que mete las llaves en la cerradura, y abre la puerta.

-Buenas familia, ya estoy en casa. -

Especial Halloween. Lou . "El hombre de negro".






El Hombre de negro   por Low Wild

        Lentamente, aquella cosa negra se levantó ante los ojos del asustado espectador de una resurrección imposible. Levantando el brazo, señaló con su huesudo dedo hacia el aterrado joven, que sintió como su alma corría lejos más sus piernas no le respondían.
-¡Eres mío! –anunció aquella cosa, mientras el lugar donde debía estar los ojos ardía en dos llamas gemelas.
        Llamas que pronto cubrieron todo el cenagal.
        El joven trató de pedir ayuda, pero sus cuerdas vocales tampoco le obedecían... Su voz se había marchado tan lejos como su alma... Y el calor comenzaba a hacerle ampollas en la piel.
        La caída de todas las grandes civilizaciones, de todas las grandes ciudades, de la historia, resonaba dentro de su cabeza en forma de los gritos de hombres, mujeres, niños y ancianos, que las poblaban cuando llegó la destrucción...
- El fuego nunca destruye, solo transforma.
        ¿Transformar en qué? Se preguntaron los últimos resquicios de cordura de aquel muchacho, mientras las ampollas de su cuerpo comenzaban a estallar y su piel se consumía.
        Negra es la noche cuando negro es quien la habita, es hora de jugar a los monstruos.

      Un nuevo espantapájaros había crecido en el cenagal, hueso, grasa y restos de tejido eran los materiales de los que el inmóvil e hierático pelele estaba construido.
        Pero él aún podía ver, su vista permanecía intacta... Su cuerpo apenas era un amasijo de deshechos soldados, pero podía seguir viendo y pensando, era como estar enterrado en vida... Y aquella cosa seguía ahí, frente a él ¿Qué más podría querer?
        Los bebés gritaban por toda la ciudad, había accidentes en cadena de automóviles a kilómetros del cenagal.
        Tenía 18 años, solo había salido a divertirse.
        Estaba demasiado borracho, sus amigos que no querían que les estropeara la diversión le hicieron volver solo a su casa.
        Los maniacos del hospital mental que lindaba con el cenagal acababan de empezar a aullar al unísono. Ojalá pudiera ver la luna en esos momentos, estaba seguro que la encontraría teñida de sangre. ¿Qué podría ser aquello otra cosa que el Apocalipsis?
        Sus oportunidades se habían acabado, nunca debía dejar el colegio... Pero a esa edad todos nos creemos que viviremos para siempre.
        El alcalde pasó corriendo entre ellos, iba desnudo y llevaba la cabeza de un mapache sujeta a la altura de la cabeza. El director del colegio le perseguía arrastrando lo que parecía la piel de una mujer.
        Lo que fuera que había traído aquella criatura ya estaba contaminando la ciudad, él pensó en su novia de toda la vida... Hacía dos días habían roto porque ella jamás tuvo interés en practicar sexo con él, solo estaban juntos porque era lo que hacían hombres y mujeres.
        El humo de los billetes ardiendo en grandes hogueras creó una espesa niebla alrededor del espantapájaros y su oscuro demiurgo. Millones de euros quemados por la locura de una sola noche.
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
-Vincent...
        Las súplicas de su ex novia rebotaron por el cenagal, parecía realmente desperada... Quizá en peligro ¿Qué podía hacer él en su estado?
        Ya no sentía, solo podía observar... Tratar de asimilarlo todo.
-Deja de ser bueno, ahora no te sirve de nada ser un sentimental – pareció responder aquella criatura, a los pensamientos que devoraban al espantapájaros.
        Estúpido loco, nunca debió tomar aquel camino.
        Una anciana surgió de entre la maleza, había prendido con ganchos a su piel los res desgarrados de su abrigo de bisón, y ahora cruzaba el cenagal dando saltos de bailarina. Aquel era un show descabellado ¿Qué pretendía aquel hombre oscuro con todo aquel despliegue de locura?
-¿Has perdido algo? – dijo una voz nacida de la oscura neblina toxica.
-La cabeza de un estúpido pende del hilo de una campana – respondió otra voz.
        Su mente comenzó a suplicar la muerte.
        Torsos que se arrastraban como babosas de un lado a otro, hundiéndose por el peso en el cieno... Y aún podían hablar.
        La noche se iluminó con el resplandor de toda la ciudad ardiendo en llamas.
        La mente del espantapájaros comenzó a aullar enloquecida... Y aún sigue haciéndolo, aunque el grito solo existe en su cabeza y ni la ciudad ni el Hombre de Negro están ya allí.

lunes, 15 de octubre de 2012

Especial Halloween. AichaDark. "Marcada"






¡Saludos a todos!

Nos complace publicar un nuevo relato que nos ha hecho llegar nuestra amiga AichaDark. Aicha Dark escribe de tal manera que te metes en lo que lees  y nos deja un estupendo sabor de boca. No os perdáis este relato en el que se toca un tema que aún no habíamos visto en este especial de Halloween. Esperamos que disfrutéis tanto como nosotras al leerlo.

Agradecemos la confianza depositada por Aicha Dark para publicar su  estupendo relato en nuestro blog. Y os animamos a todos a enviarnos los vuestros. No es ningún concurso, tan solo es una oportunidad de que los demás puedan leer lo que escribís, por muy amateur que sea. Y que forméis parte de la gran familia en la que se está convirtiendo nuestro blog.

Gracias a todos .






Marcada



Palabras, frías y desgarradoras palabras fue lo último que se escuchó salir de sus labios antes de oír el fuerte portazo. Le vi salir de la casa cargado con sus maletas y me quedé sola con mi pena.

Decidí dedicarme ese día a mí misma, ya que no quería ver ni hablar con nadie, y porque la opresión que sentía en el pecho apenas me dejaba respirar.



Me deslicé en la ducha y sentí cómo el agua tibia resbalaba por mi suave piel. Cuando salí del baño me sentía mucho mejor, me vestí con una falda corta y una blusa y me puse zapatos de tacón ya que necesitaba encontrarme femenina ese día.

Cuando salí a la calle sentí el dulce aroma de la primavera, la llegada del buen tiempo y mi estado de ánimo mejoró considerablemente. Pedí un café para llevar en una tienda y me sentí en un banco del Gran Parque a leer.

Tan absorta estaba en la lectura que no me dí cuenta del ocupante del otro lado del banco, me llegó su aroma, olía bastante bien pero su aspecto distaba mucho de ser tan acogedor. Enfundado en unos pantalones de cuero negros que se le ajustaban a sus poderosas piernas, una melena negra y una ajustada camiseta del mismo color marcando sus músculos parecía un guerrero salido de un cuento dispuesto a despachar él sólo a todo un ejército.

De repente me miró, una mirada inquietante de depredador y me sentí desarmada por completo, cayeron abajo todas las defensas que esa mañana me había dispuesto a adoptar respecto a los hombres.

- Hola, ¿pasé el examen?- me pregunta, con voz muy masculina y seductora.

- ¿Qué?- logré decirle.

-He visto como me mirabas de reojo y me pregunté que si he pasado el examen.

- Oh, eso, lo siento yo..........-logré balbucear ruborizándome.

-Bueno ¿qué te parece si damos una vuelta en mi moto?- me invitó.

-¿Eres motero?- pregunté.

-¿Es que tengo pinta de bailarina, quizás?.- inquirió alzando una ceja. Ese gesto suyo hizo que un calor se extendiese por mi cuerpo. Aún así me sonó muy borde su comentario. Giré la cabeza para ver la moto. ¡Guau! Una pedazo moto negra descansaba tranquilamente aparcada cerca de donde estábamos.

-¿Esa es tu moto?- pregunto señalando.

-Esa es mi chica- sonríe enseñando todos sus dientes.

-Creo que se me hace tarde, no estoy yo para montar en moto hoy, llevo una falda y tacones, así que mejor otro día - empiezo a justificar mi negativa ¿estoy balbuceando incoherentemente?

-Es una pena, te lo habrías pasado muy bien- me responde poniéndose en pie y encaminándose a su moto.

No sé que me impulsó a ello pero le agarré del brazo interceptándole y le dije que iría con él. Solo una sonrisa de satisfacción cruzó por su cara. Ese calor que se había generado en mi cuerpo y más concretamente entre mis piernas parecía que me iba a asfixiar.

- Ponte el casco, no quiero que te mates antes de que lleguemos, sería una lástima.- dijo mientras me lo lanzaba.

Me arremangué la falda hasta más arriba de mis muslos y me coloqué en la parte de atrás de la impactante Harley Davidson con el casco ya puesto. Él me miró y se fijó en mis muslos al descubierto y una brillante dentadura asomó entre sus deliciosos labios.Arrancó y salimos lanzados a toda velocidad por la carretera, yo me agarré a su torso y al palpar sus músculos la boca se me hizo agua, ya pensaba en lamer cada rincón de ese duro cuerpo con mi lengua, de morder ese culo que se pegaba a mis muslos. Me eché descarada hacia delante y pegué mis pechos a su espalda en un intento de que comprendiera lo excitada que me tenía. Sí, estaba coqueteando como una cualquiera.

Pasamos a gran velocidad por numerosas calles y abandonamos la cuidad, giró la moto y se internó por un sendero, un tanto más rural, y con abundante vegetación. Fruncí el ceño, no conocía esa zona.

Al final del sendero llegamos a una casita, más bien modesta, con ventanas de madera y fachada blanca. Aparcó la moto en lo que se suponía que era una especie de garaje aunque distaba un poco de serlo porque sólo tenía un techo sin paredes.

-Oye, creo que nos hemos alejado un poco de la zona urbana…¿me podrías devolver de nuevo? Porque verás el descanso en mi trabajo acabó hace un rato, me están esperando y yo…

-Será solo un momento, ven pasa- me tiende la mano y yo tomándosela accedo a entrar. Una alarma suena en mi cabeza pero decido hacerme la valiente y omitirla, por dios, el tío estaba buenísimo y ¿qué si solo me quiere para un revolcón?

El interior me sorprendió, bastante confortable, un sofá, una alfombra bastante mullida, una cocina americana...vaya mi mente empezó a imaginar a ambos totalmente desnudos haciéndolo en cada rincón de la casa.




De repente, me pasó el brazo por detrás y empezó a masajearme los pechos, un placer infinito me recorrió entera.

-Esto es lo que has venido a buscar y yo te lo voy a dar todo- me susurró al oído y se pegó a mi espalda dejándome sentir su enorme erección.

-Sí……..- le dije. Dios mío estaba loca…


Así comenzó, me tumbó en el suelo y empezó a desnudarme y a mordisquear mi blanca piel mientras gemidos de placer se escapaban de mis labios. Lo monté y cabalgué sin cesar, disfruté de cada gota de sudor derramada y cada orgasmo que me hacía temblar además de esos ojos casi amarillos que me miraban estudiándome con todo detalle recordándome a un gran depredador.

Cuando creí desfallecer me tumbó de espaldas en la alfombra y pobre de mí, ahí comenzó mi verdadera tortura, me penetró hasta el fondo y con cada fuerte embestida alcancé el cielo ¿o tal vez el infierno?

En un minuto toda la escena cambió, sus ojos se volvieron amarillos brillantes y en su boca sus dientes crecieron de forma descontrolada, quise quitármelo de encima pero me tenía bien sujeta y cuando quise coger algo para golpearle me agarró fuerte y me pegó un mordisco en el hombro y con sus garras me perforó la piel. Grité, tan solo pude gritar y sentir cómo la sangre goteaba rozando mi cuerpo…

El despertador sonó como cada miércoles para acudir al trabajo a las 7:00 am y me dejó atontada. Ahí estaba en la cama, en mi habitación, en mi casa de siempre.

- Vaya - pensé - sólo ha sido un sueño- tenía la camiseta empapada de sudor.

Me metí en el baño para ducharme e irme a trabajar, cuando estaba completamente desnuda me miré en el espejo y ahí la vi, la mordedura, los arañazos, las heridas…….la marca del lobo.

Un grito desgarrador salió de mi garganta.

A veces lo que parece irreal no lo es tanto.


domingo, 7 de octubre de 2012

Especial Halloween. Mary Blood.¿ Disfraces y zombies ?

¡Hola a todos! Os dejamos el relato corto  que nos ha enviado Mary Blood para nuestro especial de Halloween.
Esperamos que os guste.


¿Disfraces y zombies?




Judith acunaba a Cinthia en sus brazos mientras ella y su hermana ojeaban el catálogo de disfraces infantiles de la tienda.

- ¿De verdad quieres ponerle esto a los gemelos? – Miriam, su hermana, miraba escéptica las páginas de papel que iban pasando - Sé que celebraremos Halloween, pero disfrazarlos de calabaza con solo un año de edad....¡pobrecitos! ¿Qué pensarán de ellos mismos cuando crezcan y  se vean en las fotos que seguro les haréis?-

Judith se rió y  comprobó que Cinthia se había dormido. Minutos antes estaba berreando en la tienda, ahora, apoyada en el pecho de su madre, por fin dormía plácidamente.

- No seas exagerada Miriam. Marthyn quería disfrazarlos de zombies - Miriam abrió los ojos como platos. - Sí, de zombies...se han puesto de moda. Cualquiera diría que la raza no lleva luchando contra algo parecido ni que Marthyn lleva  más tiempo que yo llevo viva luchando contra ellos. Pero parece ser que tiene sentido del humor también...no pienso dejar que los disfrace de zombies.  Con este de calabaza estarán adorables.-

-Adorables y ridículos, Judith. Pero son tus hijos - dijo esto último levantando las manos en señal de rendición-  ¿Quieres de calabaza?  Pues de calabaza. – Miriam siguió ojeando el catálogo mientras Judith depositaba a su hija en el cochecito, junto a su gemelo, Oscar. Oscar llevaba ya un buen rato durmiendo y ni se inmutó al sentir el cuerpo de su hermana junto a él. Judith  dio un vistazo a sus retoños y volvió a la conversación de su hermana ojeando el catálogo, pero ahora por la sección de adultos.

Especial Halloween. Alessa Cevans. Una vieja leyenda local.



¡Hola a todos! Os dejamos el tercero de los relatos cortos que nos ha mandado Alessa Cevans.

Para que pensemos dos veces que algunas indicaciones son por algún motivo.



Una vieja leyenda local

Cuenta la leyenda que hace muchos años, en la isla de Ibiza, bajaba un salinero de las Salinas con un carro cargado de sacos de sal.



Era el dia 1 de Noviembre, día de todos los santos, y bajando, se le había hecho de noche. Al pasar por el cementerio de "Es Vive", una de las ruedas se soltó y cayeron todos los sacos de sal al suelo.





El hombre, apurado porque ya era tarde, empezó a pedir ayuda, y un encapuchado,vestido con una túnica, se le acercó para ayudarle.



Poco a poco pusieron entre los dos la rueda y cargaron de nuevo los sacos de sal en el carro y el hombre le dio las gracias al encapuchado.




- Moltes graçies, bon home..Que es bon Deu t'ho pagui..(muchas gracias, buen hombre, que el buen dios te lo pague).




El encapuchado con voy muy débil respondió que de nada... y le dijo cuando subió al carro.




-Que es bon deu t' companyi...ara ves a casa i descansa, i per lo que mes vulgues, no te giris a mirar cap enrerra.. No avui, per que si no tendré que endurten..( Que el buen dios te acompañe, ahora vete a tu casa y por lo que más quieras,no mires hacia atrás.No hoy,porque si no tendré que llevarte).




El hombre subió a su carro y después de ponerse en marcha, la curiosidad pudo más que él y se volvió a mirar al extraño que tanto le había ayudado. Lleno de espanto pudo comprobar cómo las piernas de este no eran más que huesos asomando bajo la túnica y que tras pasar la verja del cementerio desapareció.



Asustado, llegó a su casa y reunió a su mujer y a sus hijos a la luz de una vela y les contó lo ocurrido. Todos se quedaron muy impresionados ante el relato, pero que decir que ninguno se lo tomó demasiado enserio.



El hombre se fue a la cama acompañado de su mujer y cerca de la media noche, el ruido de unos pasos la despertó. Pudo comprobar entre sueños, medio dormida, como un extraño encapuchado agitaba el hombro de su marido. La mujer se dio media vuelta y siguió durmiendo.




Por la mañana,cuando el canto del gallo la despertó del todo, pudo comprobar que su marido había muerto mientras dormía.

FIN

Especial Halloween. Alessa Cevans. Una noche en el cementerio.


Y aquí os dejamos el segundo relato de Alessa Cevans de este especial Halloween. ¡Espeluznante!







Una noche en el Cementerio


Lo típico de todos los sábados era salir al Bronze y ponernos a beber hasta caer sin sentido,pero esa noche habíamos planeado algo distinto y excitante. Íbamos a ir al cementerio antiguo,del cual se decía que estaba encantado.Armados de valor y mochila al hombro empezamos la caminata hacia Figueretas y de ahí al cementerio de "Es vive" , el más antiguo de la isla.


Íbamos riendo y armando bulla. Ángel como siempre era el que más ruido armaba.Se había traído la cámara con infrarrojos para grabar,e iba haciendo bromas. A su lado iba Cris, su inseparable Cris,siguiéndole la broma,y más atrás íbamos Vicen,David,Tina, Lili y yo. Llegamos al cementerio y como la verja estaba cerrada nos colamos por la zona del muro,que daba a los desechos del cementerio.


Ángel,patoso como era,metió el pie en un ataúd podrido y enseguida se empezaron a escuchar maldiciones.




-Puaj...que asco....¡¡¡¡Joder!!!! -decía sacudiéndose la tierra de las botas.


Los demás empezamos a reírnos.Sin querer,David le dio una patada a algo que parecía una piedra roma y que resultó ser una calavera....y nos reímos aún más.


Entre risas fuimos adentrándonos hacia las criptas y las tumbas más antiguas.


- Pues yo no veo nada....-dijo Tina después de un rato de andar entre tumbas.

- Yo tampoco....vaya mierda....¿y se supone que está encantado? ¡¡¡¡Sí hombre!!!!!-respondió su gemela Cris.
-Podríamos dividirnos e ir en parejas o algo, a ver quien encuentra algo - dijo David.



Dicho y hecho. En vez de en parejas nos dividimos en dos grupos. En uno, las dos gemelas con Ángel y en el otro, Vicen, David, Lily y yo. Desde la reja del cementerio partimos en direcciones opuestas, ellos hacia la derecha y nosotras a la izquierda. Alumbrábamos las tumbas del suelo con las linternas y en una de esas iluminamos a un gato y el reflejo de sus ojos rojos nos hizo correr despavoridos en todas direcciones chillando como locos. En cuanto nos tranquilizamos volvimos a la inspección. Era extraño ver la cantidad de tumbas infantiles que había. Nunca nos habíamos dado cuenta de la alta tasa de mortalidad infantil de nuestra isla. Cosa extraña.



Empezábamos a aburrirnos, era tarde,casi las tres,y teníamos frío y hambre.Nos reunimos al lado de la tumba del Ángel, cerca de la capilla, y sacamos los bocadillos. Estábamos comiendo cuando algo hizo que giráramos la cabeza hasta casi desencajarla. Justo enfrente de nosotros, una niña de vestidito blanco, calcetines calados y lazo en el pelo jugaba con una muñeca que parecía ser una réplica de ella en miniatura.


- Dios...Ángel...graba...graba...¿estáis viendo eso? -dijo Lily casi en un susurro.

- Calla...Lily que la vas a asustar - dije yo dejando el bocadillo y levantándome despacio.

Tina me agarró por la chaqueta y con voz acometida dijo.

-¿Donde vas loca? -

Yo me zafé de su agarre y muy despacio me dirigí a aquella criatura fantasmal.

- Solo quiero saber si es real.....-dije susurrando.


La niña seguía jugando con su muñeca ajena a nuestra presencia.

Ya casi estaba a su lado, si alargaba la mano podía tocarla. Pero de repente una ráfaga de aire frío pasó a una velocidad vertiginosa por mi lado y me tiró al suelo. Delante de nuestros aterrorizados ojos se materializó un hombre. Era alto,delgado y vestido como de finales del siglo XIX o principios del XX. Agarró a la niña del brazo y empezó a sacudirla con violencia.


-¡¡¡Es todo culpa tuya!!!!¡¡¡¡Tú la mataste!!!!Por tu culpa me dejó... ¡¡¡¡¡Devuélvemela!!!!! -le gritaba a la niña zarandeándola cada vez con más violencia.

- ¡¡¡No papá por favor... suéltame!!! Me haces daño....-sollozaba la pequeña.

- ¡Debes pagar por lo que hiciste!-dijo el hombre agarrando a la niña de la nuca. Con violencia le estrelló la cabeza contra el suelo,una y otra vez.


Estábamos paralizados de terror. No podíamos movernos. Ese hombre estaba matando a su propia hija...y no podíamos hacer nada por impedirlo.


Era una pesadilla.  Me levanté como pude, pero ya era tarde. La pequeña estaba en el suelo con la cabeza destrozada y su precioso vestido blanco lleno de manchas carmesí y salpicado de una extraña masa grisácea.


-¡¡¡Hijo de puta!!! -grité con rabia. Quería hacerle daño, ¡ maldito cabrón ! pero se me adelantó y antes de que pudiese golpearlo en la cabeza con la piedra que había recogido del suelo, sacó una navaja de afeitar y se rebanó el cuello, cayendo al lado de su hija con la yugular seccionada.


Sus cuerpos empezaron a desvanecerse y acto seguido otra aparición surgió de la capilla, flotando por encima de los escalones, para tropezar y caer, rompiéndose el cuello. Eso bastó para que recogiésemos nuestras mochilas y saliéramos en tropel hacia la verja.Vicen le pegó una patada y el candado saltó por los aires. Salimos y nos quedamos mirando el cementerio con los ojos como platos. Cuando oímos el frenazo ya era demasiado tarde. Estábamos parados en medio de la carretera y un autobús y un camión de la basura chocaron de frente aprisionándonos en medio. Creo que morimos al instante.



Todas las noches desde hace cinco años revivimos una y otra vez nuestra última noche como vivos.Y cada día morimos,  pero con el tiempo nos hemos acostumbrado. Ahora nosotros también somos parte del cementerio viejo de "es Vive", y si te gustan las historias de fantasmas tanto como nos gustaban a nosotros ven a vernos. Te esperamos...y si no puedes venir, no te preocupes. Claudia,la niña del vestido blanco se aburre y todas las noches sale de paseo..

Puede que cuando gires la cabeza la veas allí, a los pies de tu cama mirándote, pero no grites...Shhhhhhhhhhh... puede enfadarse.




-FIN-

ALESSA CEVANS

Especial Halloween. Alessa Cevans.El antiguo Hospital Militar.

¡Hola a todos!

Os dejamos el primero de los relatos que nos ha hecho llegar Alessa Cevans. ¡Disfrutad y aterrorizaos!



El antiguo hospital militar


Víspera de todos los Santos y como cada año planeamos una aventurilla que nos pusiera los pelos como escarpias y de la cual poder reírnos a gusto una vez hubiese amanecido.Nuestra osadía nos había llevado a pasar estas vísperas colándonos en los sitios supuestamente encantados y llevarnos la cámara para grabar cualquier cosa paranormal que pudiera sucedernos,pero claro....nunca nos pasaba nada.Y los sustos que nos llevábamos solían estar provocados por la histeria colectiva.

Hasta la fecha nos habíamos metido en un cine abandonado,en un antiguo cementerio,en una necrópolis punica, pero nada interesante nos había sucedido.

Aquella víspera iba a ser especial, habíamos planeado colarnos en el antiguo hospital militar.Un sitio que ponía los pelos de punta hasta a los más viejos del lugar.Decían que nadie se atrevía a adentrarse en ese oscuro callejón una vez hubiese anochecido....pues las voces de los heridos en la guerra todavía se escuchaban.





Así pues ,aquella noche,cámara en ristre y mochila al hombro,nos dirigimos hacia aquella inhóspita callejuela a la cual ,según rumores populares, no se acercaban ni los numerosos gatos que por aquellas calles deambulaban.



El camino se nos hizo largo, la cuesta arriba eterna y los adoquines empedrados hacían que nuestras botas resbalaran.Las pocas farolas que había en aquella zona se habían estropeado y avanzábamos entre carcajadas a la luz de nuestras linternas.



Llegamos por fin la la puerta del antiguo hospital...y un escalofrío que nada tenía que ver con esa húmeda y fría noche de octubre recorrió nuestras espinas dorsales.



La madera de la puerta estaba carcomida y no nos fue difícil penetrar en el interior.Ante nosotros una estancia oscura y fría nos daba la bienvenida, con inmensas salas a ambos lados y una escalera de caracol que subía varios pisos.



Raúl fue el primero en empezar a investigar, y David,Hugo,Vane,Cris,Emi y yo le seguimos a una distancia prudencial. Había algo en ese sitio que lo hacía distinto a los demás, como una especie de niebla invisible que nos oprimía el pecho y hacía que nuestros corazones brincaran como los de unos conejillos asustados.

Primero investigamos la planta baja y sus oscuras estancias.Montones de papeles podridos se amontonaban en archivos de madera igual de podrida. Debían de ser los informes médicos de los pobres desdichados que allí habían ido a parar.No se oía ni una sola de nuestras respiraciones...conteníamos el aliento como si la simple ingesta de aire fuera algo dañino.



Raúl subió por la escalera hasta la primera planta y allí fue cuando empezó a maldecir.Juraba y perjuraba que a través de la lente de la cámara había visto a alguien agapazado entre los hierros de una desvencijada cama. Intentamos tranquilizarlo y decirle que era la sugestión...como ya nos había pasado anteriormente en otros lados, pero tal era el ataque de nervios que sufría,  que Emi decidió que mejor seguíamos nosotros y que ellos volverían a la planta baja.



Agarré la cámara y como chica valiente que soy me encaminé entre los laberínticos pasillos.Había palomas muertas y el olor a descomposición se iba haciendo más agudo a medida que subíamos pisos. Más de una vez me pareció captar movimientos por el rabillo del ojo....pero cuando rebobinaba y volvía mirar allí no había nada.Encontramos una habitación repleta de extraños artilugios y botes de cristal que contenían restos humanos suspendidos en formol.Aquello sí que era sin duda alguna lo más terrorífico que habíamos visto hasta la fecha.Vane se sintió indispuesta y ella y Hugo se quedaron rezagados.

Bien...Quedábamos Cris, David y yo.



Con cada paso que dábamos el olor dulzón de la descomposición se hacía más agudo.Son las palomas...pensé asqueada.



Seguimos subiendo y una extraña corriente de aire levantó nuestros cabellos a la vez que aquel extraño olor se intensificaba. Ocurrió en unos segundos. Yo miraba por el objetivo de la cámara mientras Cris y David enfocaban con sus linternas.

Estaba allí...plantada en medio del largo pasillo. Era una monja,vestida con un hábito antiguo. El frío se hizo más intenso y Cris empezó a chillar cuando enfocamos su rostro.



No había rostro. Era una masa putrefacta e infesta de carne en descomposición. Y con horror me di cuenta de que no podía moverme.  Me había quedado clavada al suelo mientras aquella criatura de pesadilla que no tenía pies avanzaba hacia mí con los brazos extendidos.



Grité con todas mis fuerzas y eso fue lo que consiguió arrancarme de mi parálisis.

Gritando, ¡corred.! ¡corred! empezamos a bajar los escalones de caracol a toda velocidad. Aquello no era la histeria, aquello era real.

Más apariciones de pesadilla iban apareciendo ante nosotros, hombres sin piernas que se arrastraban por el suelo e intentaban agarrarnos los tobillos con sus manos cadavéricas, bebés espectrales sin ojos que alargaban sus bracitos hacia nosotros.



Corríamos como alma que lleva el diablo.Y por fin alcanzamos la planta baja, pero no había ni rasto de nuestros amigos. Los llamamos a gritos,pero no obtuvimos contestación, salimos a la calle y gritamos sus nombres con todas nuestras fuerzas,pero fue en vano.



No sé cuanto tiempo trasncurrió, pero vinieron ambulancias y patrullas policiales. Al final encontraron los cadáveres de Raúl y Emi; a Hugo y a Vane los encontraron vivos pero por alguna extraña razón se encontraban en coma.



Nadie nos creyó.Ahora desde donde os escribo mis recuerdos se vuelven borrosos...y algunas noches recibo la visita de Raúl y Emi. Me preguntan que porqué los abandonamos.Yo no tengo la respuesta.Y no les puedo ver lo pies, flotan a los pies de mi cama como si yo hubiese tenido la culpa.



Hablo poco con Cris y David.Apenas nos dejan comunicarnos....pero sé que ellos piensan lo mismo que yo.



Jugamos con el diablo y perdimos....y aquí, en mi oscura celda del Sanatorio mental para maniacos peligrosos, a veces pienso si fue una ilusion. Si fuimos nosotros los culpables realmente.

Pero cuando les pregunto a Emi y a Raúl...ellos no me contestan. Se ríen y acarician mis tobillos desnudos Y me dicen:Pronto, pronto estarás con nosotros.


Fin.


ALESSA CEVANS




miércoles, 3 de octubre de 2012

FanFic La Furia y el dolor. Capitulo 2. Parte 1.




Capítulo 2. Revelaciones y decepciones.


Parte 1.



Payne

No creía que lo consiguiéramos. Creía que algo nos retendría y no podríamos cruzar al otro lado, pero nada nos detuvo. Cogida de su mano me dejé llevar como si de una muñeca me tratara... Mi cerebro estaba aún procesando sus palabras, pero la idea de irme del santuario era lo que más me urgía así que no hice nada por detenerle. Ya me preocuparía después de los detalles.


Tomamos forma en una habitación pequeña, en la cual las persianas estaban bajadas. Algo me dijo que el sol estaba en lo alto del cielo. El instinto de la raza. El escozor que entró por la base de la columna y se implantó en mi cerebro no era nuevo para mí. Miré alrededor al mismo tiempo que tomábamos forma y por el aroma que había en la habitación deduje que era la del macho. Olía como olía él... Él se giró hacia mí y me observó con esos ojos amarillos brillantes.

- ¿Estás bien? –



Me preguntó y asentí con la cabeza. No estaba bien, estaba lejos de estar bien. Mi corazón iba a mil por hora y la furia interna hacía que toda la piel me picara...pero no iba a parecer una hembra frágil y desvalida. No lo era. Se me atoraron en la garganta las palabras pero intenté recobrar la compostura. Me recoloqué la tela blanca sobre mi cuerpo y vi que él se sentaba en el borde de la cama que había en el centro de la habitación. Colocó sus codos sobre sus rodillas y peinándose hacia atrás con las manos ese maravilloso pelo tricolor que no había visto nunca antes, respiró profundamente. Estaba visiblemente preocupado.

Di un paso hacia él aún nerviosa, porque quería saber más de lo que me había contado...pero algo se enredó con mi pie. La dichosa tela blanca con la que intentaba taparme. Era demasiado larga de un extremo y mi pie había tropezado con ella. El tirón que di yo misma me hizo tropezar y tonta de mí, en vez de soltar la tela para mantener el equilibrio, la mantuve sujeta con mis manos en su lugar...el resultado fue que mi cuerpo cayó sobre el del macho. Él solo tuvo tiempo de separar sus brazos para cogerme y amortiguar el golpe contra él.

– ¡Virgen! -

martes, 18 de septiembre de 2012

La furia y el dolor. Capitulo 1. Parte 2.



Capítulo I. Juego del destino.


Parte 2.


Phury


Miraba fijamente su expresión, al parecer decirle que íbamos a hablar la había convencido de que no la dañaría aunque seguía mirándome cautelosamente como si fuera a atacarla en cualquier momento. No me había fijado en su físico, no me había dado oportunidad en el momento en que intentó saltar sobre mí para atacarme. Pero ahora que la miraba, podía decir que era simplemente hermosa, ese carácter y esa mirada penetrante...Me obligué a devolver mis pensamientos a su lugar. ¿Que estás diciendo Phury? Me dije a mí mismo,  no podía darme esa oportunidad de admirarla.

Aún en algún rincón de mi cabeza me preguntaba cuándo jodidamente había aceptado eso, ser el primale de la raza. ¿Había sido lo mejor que se me pudo ocurrir?  El hechicero se reía sarcásticamente burlándose de mí, me lo merecía, lo sabía, por lo idiota que era.



Analicé toda la habitación y divisé un banco cerca de la enorme cama con el dosel, me acerqué y lo arrastré acercándolo a la cama para tomar asiento. Esto sería largo, pensaba. De reojo la buscaba para confirmar su mirada sobre mí, y en cierta forma eso me gustaba. Tomé asiento intentado organizar todas las ideas para ver por dónde iba a empezar. La invité a hacer lo mismo y ella se sentó a mi lado.

-No tengo idea de cómo empezar esta conversación, pero si vamos a realizar esta tarea para la cual fuimos elegidos, lo primero que quiero que sepas es que tienes mi palabra de guerrero, como Phury, hijo de Ahgony que no tengo intención alguna de dañarte, ni hacerte ningún mal - su mirada hacia mí se había vuelto... más tranquila.

Tenía un punto a mi favor.

-Por lo que veo y por tu reacción hacia mí, no creo que estés aquí por tu voluntad- continúe hablando con ella aunque no tenía ni puta idea que decir, su mirada hacía que se me perdieran las ideas y no sabía porque, me obligué a mi mismo a levantarme de ese asiento y alejarme un poco de ella. Me afinqué a la pared de la blanca habitación y esperé a que ella dijera algo, solo había hablado yo.


Payne.

Le observé hablar sin decir nada, en silencio, cubriéndome...más sorprendida que otra cosa. En mi vida habían sucedido muchas desgracias por la impetuosidad de mi carácter, y en ese momento decidí que primero le dejaría hablar antes de actuar. Cuando se levantó y se alejó de mí como si le incomodara mi cercanía, me sentí por un lado aliviada, no buscaba copular conmigo...Por otro lado extrañamente desanimada por eso mismo. Su voz era algo que no había oído nunca y sus palabras, cálidas y afectuosas, toda una sorpresa en un guerrero. Era un guerrero. Sin lugar a dudas, su fuerza y tamaño no daban lugar a otra cosa, pero sus modales eran exquisitos. Y tranquilizadores. Me sentí al oírle extrañamente tranquila, protegida.

–Intuye bien, Su Gracia,  Phury hijo de Ahgony, no estoy aquí por mi propia voluntad. Fui golpeada para luego ser atada a esa cama y ser ofrecida a vos. No estoy aquí porque quiera estar. Y sin ánimo de ser irrespetuosa y ofenderle Sire, no pienso realizar voluntariamente esa tarea para la que fui elegida. Por eso fui atada, para que pudierais culminar la ceremonia sin resistencia por mi parte.-

Dije eso ultimo mirándole directamente a los ojos, encarándole pero con tranquilidad. Esas palabras habían surgido de mi boca fruto de la furia interna que tenía desde que había sido atada a la cama ceremonial. Mirándole detenidamente...ya no me parecían palabras tan acertadas. Los machos no habían sido de mi interés nunca, ni siquiera cuando huí a la Tierra para acabar con mi padre. No entendía aquello de lo que hablaban mis hermanas, pero con el macho que tenía frente a mí, era distinto. El poderío del Primale era innato y maldita fuese si no me parecía un macho agradable a mis ojos. No solo por su aspecto... lo que me parecía agradable era su forma de tratarme, de hablarme. Ningún macho antes me había tratado así. Pero yo era testaruda por naturaleza, y ser obligada a hacer algo era garantía segura de que no lo haría, aunque me muriera de ganas de hacerlo interiormente. Era por orgullo y por principios. Su cara de desconcierto al escucharme me hizo arrepentirme momentáneamente de mis palabras... y proseguí para intentar que entendiera la situación. Parecía que sería alguien que podría entender.

– Si os preguntáis porqué fui elegida yo en vez de una de mis hermanas que gustosamente accederían a ser montadas por vos - escuché un carraspeo por su parte al pronunciar la palabra- disculpad, Sire, tengo la lengua muy suelta... cubiertas por vos, os diré que lo ignoro. La directriz me comentó algo acerca de mi linaje y el vuestro. Que nuestra primera cría sería todo un orgullo para la raza. – sus ojos me miraban curiosos y entonces me di cuenta que no me había presentado ni él sabía de lo que le hablaba- disculpad mi falta de educación Su Gracia. Mi nombre es Payne y soy hija de sangre del Bloodletter.-


Phury 

Escuchaba atentaba cada una de las palabras que decía. No era necesario que me dijera que era distinta a sus hermanas, eso lo había notado cuando me había quedado mirando su cuerpo, su estatura y también pude notarlo por su forma de expresarse, y eso sí me gustaba.

"Pero que estás diciendo Phury- me dije a mí mismo en la cabeza...- no puede gustarte. -"

Me sorprendí a la vez que me enojé frunciendo el ceño cuando me  comentó que la habían atado en contra de su voluntad a esa cama. Tosí con un poco divertido cuando se refirió a que las demás elegidas con gusto querrían aparearse conmigo.

“Disculpad mi falta de educación Su Gracia. Mi nombre es Payne y soy hija de sangre del Bloodletter”.

La miré sin poder creer lo que me estaba diciendo…¿Hija Del Bloodletter? ¿Hermana de Vishous? Tampoco era extraño, el Bloodletter tuvo fama durante su vida de follar a diestro y siniestro con las hembras, y fue un hermano así que alguna elegida debió caer en sus manos. Pero era hermana de mi hermano. Ella notó que me había quedado sin aire por lo que me preguntó si me encontraba bien a lo que respondí rápidamente que sí.

-¿ Conoces a tu hermano de padre? Si tu linaje es el que dices, eres hermana de Vishous hijo del Bloodletter, el guerrero de la daga negra, mi hermano de orden. –Su cara era de total confusión. Habia acertado en su ignorancia. De repente se puso blanca, lívida y el aire circundante empezó a calentarse.

- ¿ Has dicho Vishous? ¿Vishous? ¿ Conoces a mi gemelo de sangre? Mi gemelo murió...mi mahmen...- de repente se quedó callada. El que parecía que no había oído bien era yo. Creí oír la palabra... ¿gemelo? Ratifiqué mis últimas palabras al ver como de sus labios salía un hilillo de sangre, se los estaba mordiendo de la rabia.

- ¿Gemelo? ¿Vishous es tu hermano gemelo? – La vi asentir lívida y con los ojos brillantes. Y con una creciente rabia en esos ojos diamantinos que ahora reconocía sin problemas.. Me acerqué más a ella para poder aclarar más las cosas. El que necesitaba ahora sujetarse era yo.

- Sí lo tienes...- me afirmé a mí mismo- y si eso te sorprendió, más lo hará saber que él iba a ser el primale. Yo tomé su lugar en el último momento.

El grito que ella dio rebotó en toda la estancia.

- ¿Él Iba a ser el Primale? ¿ Mi hermano iba a ...?  ¡Ella lo sabía! Por eso me trocaron por mi hermana. ¡La mataré, juro que la mataré! ¡Como pudo hacerme esto también! ¡Voy a matarla! -

Miré como se acomodaba la tela que rodeaba su cuerpo y caminaba a la puerta hecha una furia, sabía que si la dejaba marcharse, todo iba a acabar muy mal. Si no había oído mal, al ser ella la gemela de Vishous era por ende también hija de la Sagrada Virgen Escribana. No esperé mas y tomé su mano atrayéndola contra mi cuerpo aprisionándola en mis brazos para detenerla. Pero el que me detuve fui yo, o fue el tiempo, cuando miré de cerca esos ojos. Parecían hipnotizarme. Su mirada brillante a la vez que sentía su cuerpo caliente contra el mío. Mi brazo alrededor de sus bien formadas caderas parecía arder, una corriente recorrió mi cuerpo por completo, y al parecer ella también lo sintió porque intentó moverse para zafarse de mí, cosa que no lo permitiría.

— ¡No puedes hacer nada! ¡O quieres que te maten a ti! ¡Tienes un hermano ahora! Y una misión, ¡ambos la tenemos! Aunque no estemos de acuerdo con ello ¿sabes qué es lo mejor o no? —sin esperárselo ella ni yo tampoco, tomé su mano y simplemente caminé afuera con ella.

—Nos vamos de aquí - le dije seriamente cuando llegamos al portal que conducía al otro lado - ¿Lista? –asintió estupefacta aunque sentía toda la rabia que sentía. Cruzamos juntos al otro lado y me dije a mí mismo: "¡estoy jodido!"

martes, 4 de septiembre de 2012

La Furia y el dolor. Capitulo 1. Parte 1. Juego del destino.



Capítulo I. Juego del destino.


Parte 1.


Payne:


Iba a matar a alguien. Lo juré por todo en lo que creía, por los dioses de los humanos, por las parcas del destino. Intenté chillar  pero la mordaza en mi boca no me dejaba hacerlo. Eso y la constricción  mágica que había impuesto mi mahmen sobre mí. Sin ella no habrían podido atarme a la cama ceremonial. Yo era mucho más fuerte que ninguna de mis hermanas, más alta, más corpulenta...más poderosa. Y mi ascendencia divina me hacía incluso invencible comparándome con las frágiles hembras que ella se dedicaba a criar para que fueran las procreadoras perfectas de la raza. La raza que había creado la Virgen Escribana.


Intenté romper las ataduras de las muñecas una y otra vez pero no conseguía nada. La magia de mi mahmen era poderosa y estaba segura que solo conseguiría librarme de ellas cuando ella quisiera...que fuera el momento en el que el Gran Padre apareciera para aparearse conmigo y celebrar el ritual de unión del Gran Padre con las elegidas.


Porqué la que me engendró me había puesto a mí como primera compañera, no lo sabía. Hacía apenas unas semanas que ella se había dignado a sacarme de ese estado de suspensión en el que me había obligado a
estar durante cientos de años. Había creído que por fin me había perdonado por el crimen tan atroz que había cometido siglos atrás...pero me había equivocado.




Ella había tenido otros planes desde el principio, estaba segura. Había visto a mi hermana Cormia ser preparada para la ceremonia, untada en aceites, perfumada, instruida, con las debidas plegarias rezadas durante semanas antes. Había observado todo el proceso sin mucho interés, mi mahmen sabía de primera mano como odiaba el papel  para el cual había sido concebida...ser una especie de yegua de cría de la gran raza para engendrar futuros guerreros que lucharan por la supervivencia de todos. Yo había salido defectuosa, porque había  heredado la impetuosidad y la sed de sangre de mi padre, el  Bloodletter y así lo había demostrado matándolo siglos atrás. No me  arrepentía y por eso se me había encerrado en aquella cámara...hasta  hacia unas semanas.


Intenté forcejear con las piernas y tampoco logré nada, ni un pequeño  rasguño en las finas telas blancas que habían usado para atarme a la  cama. Estaba atada de pies y manos, expuesta como un trozo de  carne...desnuda debajo de una fina tela de seda blanca, esperando a  que el proclamado nuevo Prímale llegara. Mi cuerpo bullía de una rabia  enfermiza...y solo el aprisionamiento mágico lograba mantenerme atada  y bajo control. ¡Oh sí! Porque también había intentado usar mis   capacidades ígneas heredadas ...y nada había sucedido. Aunque eso ya   lo había sabido, en el santuario, yo era una elegida como las demás.

Mi ascendencia divina no podía ser usada si mi mahmen no me lo permitía. Y estaba claro que ahora no iba a permitírmelo.


Seguía sin entender porqué me había golpeado a traición la directrix con un objeto contundente.Estaba segura que apenas había perdido el  sentido unos segundos...los suficientes para ser arrastrada hasta la  cama, desnudada y preparada con urgencia para ser ofrecida al Gran Padre. Cuando cobré del todo la conciencia y vi como sus hermanas me  estaban limpiando por todas las partes del cuerpo dejándome impoluta  para el acto de unión, había gritado y montado en cólera como nunca  antes lo había hecho. La directrix, muy calmada, me había acariciado  la frente ahora sujeta por una fina tira de seda blanca y me había  intentado calmar con dulces palabras.

– Mi querida Payne...es un gran honor el que se te ofrece. Vas a ser la primera elegida que se ofrece al Gran Padre, vas a ser la primera  de nosotras que consagre su cuerpo y su vida a la creación de los  futuros nuevos guerreros que la raza necesita. ¿Imaginas el aspecto de  tu primera cría varón? Será imponente... tu fuerza, tu bravura, tu linaje unido al linaje del nuevo Gran Padre... el hijo de Ahgony, un gran guerrero al servicio de nuestra venerable madre hace años.-

La miré odiándola y queriendo gritarle que se metiera toda esa palabrería por donde le cupiera. Horrorizada por las intenciones de la Directrix intenté gritar...y no pude. Intenté moverme y tampoco pude. En ese momento me di cuenta que la fina seda que ataba mis  extremidades no era la que me imposibilitaba el moverme o proferir sonido alguno, era la voluntad de la que me engendró. Así que esa
zorra estaba detrás de todo esto...iba a matarla. Tan seguro como el sol salía en la tierra...iba a matar a mi mahmen por hacerme esto.

De repente escuché unos ruidos detrás de la fina cortina blanca que cubría mi rostro y me impedía ver quien se acercaba a mí. Era un macho. Las fuertes pisadas lo delataban como uno de gran envergadura...era el nuevo Prímale, que venía a celebrar la ceremonia  y culminarla con el apareamiento con la primera elegida. El aire circundante que olía a incienso se llenó de repente del aroma  inconfundible a esencias oscuras que todo macho excitado emitía. ¡Parcas! El macho venia preparado y dispuesto para culminar.
Intenté revolverme para liberarme sin éxito. Intenté gritar y no pude. Y en  ese momento quise llorar...llorar de rabia e impotencia porque mi mahmen me estaba obligando a cometer otro crimen, y esta vez de  alguien inocente. Porque aunque el nuevo Prímale fuera un guerrero  salvaje de bajos instintos que me usara como a un trozo de carne para   dejar su semilla en mi útero, antes de hacerlo con el resto de mis cuarenta  hermanas...era un macho que estaba cumpliendo con su deber, y era  inocente a mis ojos. Pero iba a morir si osaba tocarme. En el momento  en que pudiera tomar el control de alguna de mis extremidades...ese   macho estaría muerto. Y yo condenada de nuevo. ¿Cómo podía ser mi mahmen tan retorcida? ¿O tan estúpida? ¿Creía que forzándome a esta  situación aceptaría mi estatus de elegida y aceptaría criar a los  futuros miembros de la raza? ¡Nunca! Mi instinto de supervivencia estaba tan arraigado en mí que el suicidio estaba descartado, pero no  el asesinato. Era la hija del guerrero más cruel, sanguinario y  terrorífico que había engendrado la raza...el asesinato lo llevaba en la sangre.


Escuché los pasos del guerrero acercarse y respiré aire profundamente. Me preparé interiormente para soportar la mayor de las humillaciones que podía hacérsele a alguien como yo, con mi carácter, ser forzada. A través del velo que me cubría pude ver la sombra del guerrero que se me acercaba y contuve la respiración. Él apartó el velo de mi cara y por fin pude ver claramente el lugar que tenía a mi alrededor y el rostro de aquel que iba a morir en mis manos.



Phury





La verdad, no sabía cómo me sentía en este momento. Podía decirse que ansioso, pero con rabia dentro de mí por lo que iba a hacer. Estaba preparado y estaba jodido, todo por la maravillosa idea de suceder a  Vishous para ser el Primale de la raza, quien hace poco nos habíamos enterado era hijo de la Virgen Escribana. Eso por supuesto nos dejó  a todos impactados, sobre todo a él.


Ahora yo estaba literalmente hundido, debía ser el procreador de la nueva raza y acostarme con más de cuarenta elegidas; para ello iba a tener una compañera como primera elegida.


Lo había decidido ayer mismo. Fue probablemente la mayor estupidez que alguna vez hice. No lo hacía solo por V y que pudiera así estar con la Doc. Jane, sino como una forma de liberarme yo mismo. Ya no había vuelta atrás, haría lo tenía que hacer por mi raza y por mí mismo porque yo mismo lo creía . Z sabía perfectamente que algo pasaba, lo mismo que Bella….. ella era una razón mas por lo que aceptaba esta tarea, necesitaba huir de ella. Verla todos los días en la  mansión solo iba a hacer que terminara por enloquecer. Ya me había cansado, todo me agobiaba. Mi hermano era feliz y eso me hacía feliz a mí pero no podía vivir viéndolo siempre con Bella, eso me mataba.

Había ido anteriormente a conocer a la primera compañera, quien sería mi shellan pero por causas del maravilloso destino como lo vi yo en ese momento, no había podido ser.

Hoy al fin había llegado el día de la dichosa ceremonia. Wrath había ido como mi acompañante. Todo era tan blanco de aquel lado que enfermaba. Pero quería vivir aquí, era lo mejor para alejarme un tiempo. Al llegar al lugar de la ceremonia, las elegidas estaban reunidas en dos filas dejando un largo camino en el medio para mi paso. Estaba ansioso y por algo que no me gustaba. Luego de la  ceremonia cuando llegó el momento, fui guiado a la cámara donde estaba  la primera elegida con la que debía yacer para finalizar el pacto de  la misma, y dar así un nuevo comienzo para nuestra raza. Era de vital importancia hacerlo y debía hacerlo.

Sin más entré en la habitación cerrando la puerta tras de mí. Nuevamente todo era blanco, y también se escuchaba el cantar de los pájaros.

Miré a mi alrededor y vi todo arreglado. Sobre la cama había una hembra. No era como las demás elegidas y eso lo podía notar en su físico, era alta, fuerte y de una gran cabellera negra pero a la  vez hermosa. Me acerqué a ella y noté que estaba atada, desnuda bajo las finas telas que cubrían su cuerpo. Lo primero que hice sin esperar más fue desatar su frente, sus piernas y brazos a lo que ella reaccionó levantándose como una furia, decidida .Sin esperar su ataque, respondí como el guerrero que soy, la tomé de las muñecas y la
giré aprisionándolas en su espalda sin llegar a dañarla.

- Hey cálmate… no te haré daño - la hembra seguía removiéndose, luchando contra mí y pude sentir la fuerza que ejercía para liberarse. Pensé en que era lo mejor antes de que se enojara más, así que la solté.

- Escucha, hablemos, no voy a dañarte ¿sí? –


Sus ojos. Me quedé pausado un momento, eran definitivamente hermosos, y jodidamente iguales a los de V…

- Hablemos –me dijo con una voz decidida en sí misma mientras   sostenía la fina tela alrededor de su cuerpo que acababa de ofrecerle, y la seguí con la mirada esperando su siguiente reacción.


Payne

Lo que había pasado me había dejado perpleja y más lo que acababa de escuchar.


– Hablemos - había pronunciado el enorme macho con voz suave mientras Me tenía sujeta por las muñecas a mi espalda. Había sido más rápido y más fuerte que yo. Y me había sorprendido más soltándome. Me sacudí  con rabia. La sensación de desconcierto del macho no pasó inadvertida para mí. Definitivamente había sido un guerrero lo que había tenido detrás de mí, seguro que mirándome con cara de estupor.

Era enorme, su cuerpo cubría completamente el mío, un absoluto gigante, con hombros que parecían tan grandes como la cama en la que  había estado atada.  Su tamaño me aterrorizó al pensar en el tamaño de lo que tendría entre sus piernas… hasta que me acordé de sus manos, que había sido en lo que más había puesto atención mientras me desataba. Tenía manos elegantes. De dedos largos y anchos. Fuertes pero elegantes. Esas manos se habían dirigido directamente a liberar cada tira que me  aprisionaba. No había esperado que nada sucediese, pero, sorpresivamente, la tela pudo ser quitada sin problemas, sintiendo como
la opresión disminuía. Primero fue la tela de la frente, luego ocurrió lo mismo cuando me quitó la mordaza de la boca. Y lo había hecho sin mirar en ningún momento mi cuerpo de hembra, sólo se había estado  preocupando por soltarme...solo de soltarme.

Liberó mis manos y me facilitó ropa con una tela blanca que colgaba. Mis ojos le miraban sorprendidos mientras me cubría con aquella fina y  blanca tela. Mis ojos volvieron a esas manos Esas elegantes manos que  me habían liberado. Y no habían hecho nada más.

Aún así, esperé a que dijera algo. Finalmente, esperé que me mirara. Lo miré totalmente aturdida en silencio. Había esperado una reacción más salvaje por parte del macho y eso me habría valido a mí como
excusa perfecta para soltar toda mi rabia acumulada en esos momentos y  matarle...pero eso me había dejado perpleja y sin saber cómo reaccionar. El macho había preferido soltarme y hablar. En silencio le
observé y pensé que tenía un hermoso cabello. Largo hasta los hombros  y repleto de muchos colores, los mechones eran de un rubio dorado, de un rojo intenso y castaño oscuro. Continué mirándole , observándole
mientras me cubría mejor mis partes íntimas con la tela.

Continuará....