¡Está delicioso! - Esa fue Divia con un trozo de emparedado de jamón en adobo colgándole de la boca. Estalló en risas ante la dificultad que tenía para masticar y hablar al mismo tiempo . - Celia sabe como preparar un buen almuerzo ,eh? - Tragó el bocado y miró al ángel sorprendida. El ángel normalmente no comía, pero estaba compartiendo con ella aquellas delicias culinarias que su amiga les había preparado .
Le observó y le pareció tan familiar aquel momento: ellos dos solos, en la loma del bosque cercano a la mansión...con el sol de mediodía coronando el cielo y calentando el ambiente frío del invierno.
Esto lo he vivido antes.
Aquella estampa le era tan familiar, demasiado familiar. Entonces recordó sus libros de neurofisiología y se relajó.
Debe ser un deja- vu de esos, una anomalía de la memoria cuando la mente consciente tiene un ligero retraso en la recepción de las entradas perceptivas.
Sí, debía ser eso. ¡ Se sentía tan a gusto en compañía del ángel! Le había echado de menos. A él y lo que sentía en su compañía. Ya podía repetirle Alitas que las sensaciones se magnificaban cuando él estaba cerca...le daba igual, ella disfrutaba de las sensaciones como si fueran genuinas.
Le observaba y escuchaba en silencio , disfrutando de su alegría. Y percibió que algo había cambiado en él, algo muy sutil. Quizá fuera por el incidente con el vampiro que había sufrido hacía dos días...si, debía ser eso. Lassiter sonreía de una manera distinta. No era una sonrisa socarrona, llena de segundas intenciones como tenía antes...era una sonrisa auténtica, sincera que la llenaba de algo desconocido.