En el mayor trono del Olimpo, Zeus holgazaneaba mirando algunos hechos que sus hijos bastardos hicieron.Ares entró en medio de la sala del templo observando ausentemente los terminados en oro y diamantes . Glorioso, ostentoso y aburrido.
- ¿problemas ?- Zeus habló sin mirar a su hijo.
Ares hizo una mueca - No por mucho tiempo-
Zeus meció la mano y las imágenes desaparecieron. Miró a su hijo con severidad .
- Te dije que esos hijos tuyos eran indomables, y los necesitamos . El plan no va a dar resultado de otra forma -
- Dije que lo resolvería padre - Ares estaba cansado de sus órdenes y desprecios pero contaba con un as bajo la manga, si el plan funcionaba, el gran dios sería historia.
- Como todo lo que involucra a tus "desordenados" hijos -
Artemisa apareció a sus espaldas. Hermosa, egoísta y terriblemente arrogante. Ares la miró.
-los padres tenemos formas de controlar a los hijos y que hagan lo que queremos -
Su media hermana clavó sus ojos verdes helados en él. Sabía que algo ocultaba y algún día lo sabría. Esa sonrisa arrogante se iría para siempre.
Zeus hizo señas de que se callaran mientras Apolo aparecía en la escena
- Hoy tenemos una celabración en el templo de mi esposa. No quiero discusiones ni escenas estúpidas.-levantándose , coronó la marcha hacia el templo blanco.
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Janice cortó la garganta del último Daimon antes de atravesar su marca. Guardó sus armas, arregló un poco su ropa y salió caminando tranquilamente hacia la concurrida calle de Nueva Orleans. Aunque había venido en moto, siguió caminando hacia el café más próximo. Hacia frío y tenía hambre.
Minutos después, con su café y pedazo de torta servido en una mesa alejada, se dispuso a relajarse unos minutos. La melodía de 30 Seconds To Mars comenzó a sonar. Sonriendo atendió el celular
-¿This is War? Deimos debes elegir temas menos fatalistas -La risa ronca sonó con claridad desde el otro lado de la línea
-Muñeca, vivo para la guerra dentro y fuera de la cama -
Tomó un sorbo de café aunque ahora necesitaba algo frío. Se habían visto por última vez hacía dos semanas. Sus trabajos los mantenían ocupados por lo que solo podían hablar, por ahora.
-Eso me lo vas a tener que demostrar Dolophonos -El gruñido que escuchó la hizo sonreír.
- No me provoques cazadora porque te voy a dejar dolorida una semana -
Janice se rió mientras levantaba la vista.La figura alta, oscura y gótica era demasiado familiar para confundirla.
-Debo irme guerrero, hablamos después-
-De acuerdo muñeca, espero verte pronto- Janice guardó el celular mientras su invitado sorpresa se sentaba en la misma mesa.
-Acheron-
El aludido hizo una inclinación de cabeza. Era muy guapo y tenía algo en él que hacía que cualquier mujer lo deseara, pero indudablemente algo había cambiado. Ya no lo miraba como algo apetecible. Su mirada había sufrido una evolución o lo que fuera. A lo mejor era porque se había casado y era padre, o porque ella estaba enredada con alguién más. Bajó su vista al café sabiendo el sermón que se le vendría si se sabía. Estaba rompiendo reglas pero también estaba demasiado cansada de estar sola.
Acherón pidió un café, lo que sorprendió a Janice. El nunca tomaba ni comía nada, o era lo que ella recordaba.
-¿Pasa algo Ash? ¿La familia esta bien? -
El ya no estaba a cargo de ellos pero sin embargo seguía ayudándolos y apareciendo cuando estaban en problemas.
El gótico sonrío y negó con la cabeza mientras bebía un sorbo de café. La miró directamente a través de sus anteojos. Solo veía su reflejo pero sabía que la estaba mirando, analizando.
-La familia está bien- bebió otro sorbo -¿qué te dicen tus instintos Janice?-
Janice lo miró con cuidado y atención, la mínima palabra de Ash significaba algo.-Que algo está por desatarse. Todo esta muy confuso Acheron pero se que algo malo va a pasar y no se si podamos con ello-- de nada valía mentir.
Acheron asintió dándole otro sorbo largo al café; dejó plata debajo del platito y se levantó apoyando la mano sobre la mesa
- cuídate Janice -
- Saludos a la familia - Mirándola un segundo, asintió y se fué dejando un papel olvidado en la mesa.
Extrañada levantó disimuladamente y lo leyó "Te están siguiendo. Lo que decidas será el resultado de tu felicidad o tu muerte"
¿qué diablos era aquello? El primer mensaje era claro, el segundo no tanto. ¿decidir qué? Se levantó y dejó el dinero en la mesa. Se fué con sus cosas, tenía que perder de vista a unos humanos idiotas.
Subiendo a su moto, mientras dejaba atrás todo intento de rastrearla, pensaba en Acheron. Sus palabras y actos siempre significaban algo, vivía para protegerlos pero lo complicado era saber de que era esta vez.
Continuará...
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