lunes, 23 de diciembre de 2013

La cazadora y el dolophomos. Capitulo 12. Sorpresas



Janice se despertó con el sonido de la alarma que había en la habitación.

Alguien había entrado y aún era de día.

Se levantó despacio de la cama. Se puso la bata y agarró la pistola. Se aseguró que el sistema de cierre de las ventanas funcionara y que todo estuviese a oscuras.

- ¿qué diablos es eso?- Deimos se tapó la cabeza con la almohada.

La cazadora giró a verlo, su cuerpo desnudo se veía impesionantemente bien con las sabanas de seda rojas.Janice se mordió le labio - Nada un escudero debe haber venido por alguna razón -  se adelantó y apago el ruido infernal.

Deimos hizo amago de levantarse pero Janice lo detuvo posando su mano sobre su pecho - quédate en la cama, iré a ver que quiere -

El dolophonos la tomó de la nuca y la inclinó suavemente para tomar su boca en un beso lento y suave - vuelve a la cama pronto -

Con una sonrisa y cerrando bien su bata,  la cazadora salió de la habitación en completo silencio. No estaba segura quién era pero no iba a preocupar en vano a Deimos.

Bajó las escaleras, cruzó la sala y se dirigió hacia el resplandor que salía de la cocina. Entrando con cautela,  lo primero que vió fue la mesa rodeada de velas, había dos platos puestos, flores, música  tenue.

Se quedó sin palabras.

José apareció con una fuente y se frenó al verla. Janice estaba con el pelo suelto algo desordenado, cubierta nada más que por una bata roja y una pistola en su mano.

Infartante.

Sin abandonar su sonrisa dejó la comida en el centro de la mesa. Estaba decidido a tener a esta mujer, liberarla y vivir sus vidas juntos.

Ella sabría ver que era su hombre - llegaste justo a tiempo preciosa -

Vió como ella iba a decir algo pero levanto la mano para silenciarla - Sé lo que vas a decir. Siempre sales con el mismo cuento. Pero estamos hechos el uno para el otro -   se acercó a ella y tomo una de sus manos  - solo dame una oportunidad -

Cuando iba a intentar besarla un movimiento detrás de ella captó su atención.

José intento moverse rápido pero el hombre ya lo tenía agarrado del cuello. Era grande, sus ojos fríos y su expresión le daba indicaciones que no le esperaba nada bueno.

El hombre era el  mismo de sus sueños, la extraña voz le había advertido de él. Tenía engañada a su Janice.



Deimos quería matar al humano y podía hacerlo tan fácilmente, iba a disfrutarlo. Se había atrevido a querer conquistar a su Janice bajo sus narices , le había dado cosas que a él no y en este momento ella le estaba pidiendo que lo soltara.

La miró por encima del hombro, su rabia bullía sin control, como sus celos

- ¿Te buscaste un reemplazo Janice ? - Vió como en los ojos de Janice pasaron varias emociones: Sorpresa, dolor y por ultimo orgullo. Debería sentirse avergonzado pero estaba demasiado enojado.



Janice no podía creer lo que estaba pasando.  Primero se había encontrado en una situación inesperada e incómoda en su propia casa y ahora Deimos dudaba de ella.

Hizo a un lado el dolor que sintió en el pecho y lo miro fríamente - Bájalo -

Despacio, Deimos lo bajó y se alejó de José. Janice le dio la espalda a su amante. Cuando el humano intento acercarse ella levanto la mano deteniéndolo

- Sólo vete -

José intento hablarle pero Janice no lo escuchó ni bien intentaba acercarse a ella,  se retiraba.

Enojado y con el orgullo magullado se fue prometiéndose que libraría a su cazadora del maldito demonio y su maldición.



Janice vió como José se iba con gran alivio. Aunque estaba segura que no iba a parar, por lo que tendría que tomar medidas. Se dió vuelta y miró al dolophonos quien la miraba con ojos fríos y acusadores.

Miró su hombro, su pierna estaba cubierta por el pantalón que se había puesto. Estaba segura que estaba curado

- Ahora vete tu -  dándose vuelta comenzó a caminar hacia las escaleras pero se vio interceptada por un cuerpo grande que apareció frente a ella. Se detuvo ,  la ira , la frustración y decepción que intentaba controlar amenazaron con desbordarse. Apretó los puños para no darle vuelta de un golpe esa apuesta cara

- Déjame tranquila Deimos,quiero estar sola -

Deimos estaba sorprendido porque todavía le pedía las cosas con calma. Tarde se había dado cuenta de la estupidez que había dicho.Ella lo había curado, lo había hecho reír y disfrutar y como un idiota ni siquiera le dio el derecho de la duda. Solo la acuso. Era un flor de tarada.

Ahora no sabía como arreglar esto.

Intento agarrarla pero ella rehuyó su toque. Trató de ignorar el malestar que esto le causó.



Janice se retiró y volvió a la cocina donde las velas todavía ardían. Quería tirar todo. Se había dado cuenta que tan poco se conocían con Deimos. Dolía mucho pero era algo que tenía que aceptar.

Cansada se sirvió un poco de vino y se lo tomó de un trago.

-Janice-  Deimos intentó acercarse de nuevo pero ella se dio vuelta de golpe y lo miro enojada  - Ni si quiera te atrevas a decir lo siento o algo por el estilo. Quisiste decir lo que salió de tu boca. Tuviste el valor de decírmelo , ahora asume las consecuencias -

Levantando las manos, el dios se quedó sin palabras ¿qué le decía? ¿qué fue un error? Janice lo conocía mucho y sabría que le estaría mintiendo.

- Mira Jan -   por poco escapan palabras para endulzarla pero se dio cuenta que Janice no era de esas. Ella se merecía y siempre quería honestidad  - Me puse celoso -  El asombro en la cara de su cazadora hizo que se animara a seguir  - vi cosas que no eran. Me volví loco cuando te tocó y cuando lo defendiste ...- negó con la cabeza recordando el momento ,queriendo olvidarlo.

- No lo estaba defendiendo a él-  levantó la vista ante su voz - estaba planeando como hacerlo sufrir más por lo que hizo. Además no quería que te ensuciaras las manos por nada -  Eso lo hizo sentirse un maldito tonto.

Destelló a su lado. Janice podía entender su punto de vista pero su desconfianza seguía doliendo. Cuando se encontró entre sus brazos comenzó a forcejear por liberarse aún cuando él la beso por lo que empezó a pegarle en el pecho

- Eso muñeca,pégame. Haz que reciba todo el dolor que te cause -  sus palabras la llenaron de indignación y lo mordió. Sintió su gruñido pero no la liberó. Janice luchó hasta donde pudo, sus lágrimas comenzaron a salir solas.

Deimos sintió la humedad y separó sus labios de los de ella. Se lamió donde lo había mordido todavía molestaba y le gustaba. Pero la ver sus lágrimas la abrazó y besó su pelo - No llores. Pégame, úsame pero no llores. Por favor Janice, perdóname -

Janice escondió su rostro en el pecho de Deimos. Negó cuando lo escuchó - No vuelvas a dudar de mi y jamás dejes que te use nadie. Ni siquiera yo -  su voz salía entrecortada pero firme.


Deimos sólo la abrazó dejando que el dolor saliera. Miró la mesa y tuvo una idea  - ¿qué vas a hacer con eso muñeca? -  Ella le pidió que desapareciera todo, lo que le llevó un segundo.

Tomó a su cazadora en brazos y la llevó a la cama. Se recostó a su lado y volvió a abrazarla. Janice estaba relajada y no tardó en dormirse profundamente.

Beso su mejilla  - Voy a hacer las cosas bien Jan. -

Te prometo que vas a sentir mi arrepentimiento y como te quiero -  y con ideas en la mente se fué quedando dormido.


Continuará....

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