jueves, 19 de diciembre de 2013

Locura angelical. Capitulo 8. Tocándote.




El golpe la dejó sin aire, la patada en su estómago no le dolió tanto como la fue caer sobre su espalda, sintió lo mismo que hace unos años, como si mil huesos se rompieran, sentía la piel como si tuviera cristales incrustados en ella.

-Any concéntrate tienes que aprender a manejar el dolor, sé que no es fácil, pero no puedes retorcerte cada vez que caes-  gritó Murdher un poco colocado

- Muérete idiota, ¿que quieres? es como si me astillaran la espalda -  gritó Any aún más furiosa  - ¿Sabes? esta mierda se acabó para mi, no lo soporto más, no me escuchas.Tte lo he dicho toda la maldita semana, mi espalda duele como un demonio cuando caigo sobre ella o cuando me golpeas, puedo soportar otros dolores pero ese NO.-

Any caminó completamente furiosa hacia la salida, se sentía indignada y mal herida, su espalda le dolía demasiado, pero nunca nadie le había creído. Ahora el salón que ella usaba para bailar, para leer, el que era su sitio, un recinto hecho para ella, tenia que verse contaminado con olor de él, con la fuerza de su entrenamiento, con los rugidos que le lanzaba, con su cuerpo abarcando su espacio.

- Any detente-  gritó él



No, no se detendría, odiaba esto, odiaba pelear, odiaba ver armas, le parecían veneno en sus manos, es como si su cuerpo se revelara ante esta violencia. Cada vez que tenía en sus manos un arma y aprendía como se manejaba, como se armaba, sentía que su instinto le gritaba que todo estaba mal

 - ANY - volvió a gritar él

- ¿Que? -  respondió en un susurro, deteniendo su paso  - No me grites más, no lo soporto, nunca nadie me ha gritado y tú simplemente ladras ordenes-  una lágrima se deslizó por su mejilla y sus hombros cayeron derrotados - Nadie lo entiende, no es que yo no quiera hacerlo, pero mi instinto me grita que esta mal, que es incorrecto atentar contra la vida de alguien y además duele mucho, mi espalda duele mucho -

Murdher nunca en su vida se había sentido tan miserable como en ese momento.Siempre había sido un déspota y en medio de sus locuras no sentía remordimiento al maltratar a los que lo rodeaban y lo toleraban, pero verla tan indefensa y vulnerable, rompió algo en su interior. Algo que nunca se permitió, ni siquiera con Xhex, no se lo permitió viéndola maltratada por los suyos, lo único de proceso en ese momento era el dolor de su engaño, el asco de su diferencia.

- Any...., yo...-  caminó hacia ella, no pudo evitarlo, ella lo halaba, sus lágrimas lo lastimaban - Any...lo siento, es que para ellos es tan importante -

En un segundo Any se giró frente a él y aún con furia contenida le dijo
 - ¿Que es importante? ¿ por que es importante? dímelo por favor, yo necesito saber  porqué tengo que soportar esto. Yo solo quiero estar en paz, buscar mi lugar en el mundo. Murdher,  no me siento humana, pero tampoco vampira, no se lo que soy y eso me mata.-

Sus ojos llenos de lágrimas lo conmovieron y no resistió la necesidad de tomarla en sus brazos y acunarla en su pecho como un bebé. Su olor se coló por su nariz, sus colmillos se extendieron, la necesidad de tomarla y llevarla a un lugar donde nunca fuera lastimada lo invadió, su mano derecha pico por una daga, una arma para protegerla y la palabra volvió a golpear su mente

"Mía"

Quería tomarla, marcarla con su olor, quería ser una macho sobre ella, quería su nombre en su piel

Un nuevo sollozo de Any lo trajo de vuelta, ella estaba herida así que conteniendo toda la explosión de su macho primitivo, intento ser más suave

- Solo es necesario Any, mira perdóname por ser como ¿como me llamaste una vez?

- ¿Troglodita?- dijo en Any en medio de una risa y un sollozo

- Si...troglodita, pero debo cumplir la promesa a tu padre, es necesario que lo intentes, que te esfuerces -

Any se separó de su abrazo, dando un paso hacia atrás

 - Lo siento, debes pensar que me comporto como una niña, no es necesario que me consueles, solo dame un minuto y volvemos a empezar-

Murdher sintió el vació de su cuerpo, el frío lo invadió, así que intento algo más, por que realmente quería volver a tocarla

 - ¿ Por que dices que te duele la espalda?

- No lo se, solo duele, es como si dentro de mi piel existiera una capa adicional a mis músculos...se sienten como cristales. Si  me lastimo o me golpeo, siento mucho dolor, por eso no volví a montar aunque Theodore me reta todo el tiempo. Hace un par de años me caí de un caballo, algo lo asusto y no sé por qué. Yo soy buena jinete, pero el caballo me tumbó y caí sobre mi espalda, fue la primera vez que sentí tanto dolor y aunque me llevaron donde médicos humanos, nadie vio nada, solo me mandaron reposo... te juro que no pude moverme bien en mucho tiempo-

Murdher escuchaba a Any, cuando algo invadió su mente, un recuerdo...el recuerdo de una voz, pero más que una voz era un gruñido de hace algunos años que le susurró que romperían las alas del ángel. Ese mensaje le llegaba constantemente, acompañado de una voz, una mucho más suave que le decía "sálvala", pero pronto desechó esa idea.

- Any ¿cuando fue eso, cuando te caíste del caballo?

- Cuando iba a cumplir 25 años, mi cumpleaños lo pasé en mi cama y aunque todos esperaban mi transición, esta nunca llegó y a las semanas me pude volver a levantar -

- Me dejarías ver tu espalda, solo para estar seguros que no te lastimé  - dijo Murdher con voz más controla de lo que realmente estaba

Any sintió que el calor invadió sus mejillas .Su cuerpo, Dios estar en sus brazos la dejó muy mal, por eso se separo de él, pero que la tocara iba ser aún peor. No lo podía permitir, ella tan cuidada por sus padres cediendo ante este hombre, este macho que la ...excitaba. La presión entre sus piernas se hizo más fuerte, querían que fuera una guerrera cuando era una pacifista sin darle ninguna explicación, pues ya era hora de dejar de ser tan controlada y volverse realmente una mujer y este macho sería ideal para probar

- Esta bien...tócame - dijo Any en un jadeo.

Any se giro rápidamente dándole la espalda antes que se acobardara y levantó la camiseta de tiras que la cubría, dejándole únicamente en un ajustado top que mantenía sus senos firmes en los momentos de lucha.

"Any solo va mirar si te lastimó, no te ilusiones" -  pensaba con tanta fuerza, mientras su respiración era errática por la anticipación, que no se preparó para el momento en que aquellas manos rodearon sus hombros y un gemido ahogado salió de sus labios.

- Any dime donde duele por favor -  la voz de Murdher era deseo reprimido, lentamente bajo sus manos por su columna y cuando llego entre sus omóplatos, Any gimió, pero no de dolor, él ya había escuchado ese tipo de gemidos, cuando estaba sobre una mujer

- ¿Te duele?-  mientras,  inhalaba el aroma de su excitación

-No, sigue por favor -  dijo Any en un susurro

Sus manos llegaron por su columna hasta su cadera, haciendo un ligero masaje en el la curva de su cadera . Extendió las manos en su espalda baja y comenzó el ascenso por la misma, cuando llego a la mitad de su espalda, Any jadeó de dolor, cortando su excitación

- Suave...Murdher, por favor ,ahí inicia el dolor-  dijo Any

Murdher estaba perdido,  su piel hormigueaba mientras continuaba su exploración; cuando desplazó sus manos nuevamente de arriba hacia abajo, solo pudo sentir suavidad, como si acariciara una pluma. Fue tan delicado en su caricia, que volvió a sentir el olor del deseo de Any y sin poder contenerse poso sus labios en la mitad de su espalda. Sintió como Any se estremecía en sus manos, pero fue lo que escucho tras él, lo que lo sacó de su felicidad

- En que parte de tu maldito entrenamiento, debes hacer eso con mi hermana, idiota -

No hay comentarios:

Publicar un comentario