miércoles, 4 de diciembre de 2013

SOLITARY MAN: DIARIO DE STYXX . Capítulo 2. ISLA DESVANECIDA





SOLITARY MAN: LOS DIARIOS DE STYXX
CAPITULO II
ISLA DESVANECIDA

26 de Junio 9527 antes de Cristo.

Todo se vuelve negro a mi alrededor y de repente me doy de morros contra el suelo, y me levanto escupiendo arena.

Cabreado a más no poder, me doy la vuelta y ahí está mi eterna pesadilla: La pelirroja de los rizos exuberantes que no tiene ni puta idea de hablar bien.

-¿Pero se puede saber a dónde narices me has traído ahora?-

Empiezo a sacudirme la túnica y la pelirroja deja caer el baúl de mi habitación a mis pies y lo miro alucinado sin poder creérmelo
.
-Estas en Isla Desvanecida, en los Campos Elíseos. No puedo permitir que nadie sepa de ti o de Aqueron. De vez en cuando vendrá algún sirviente a traerte comida, y junto con eso, debería bastarte.-


La diosa señala el baúl y pienso en lo bonito y divertido que sería cogerla de los pelos y pasearla por la jodida playa, oyéndola chillar mientras patalea, pero me contengo y aprieto los puños, dispuesto a protestar y cuando abro la boca para hacerlo, ella se desvanece en el aire.



-¡¡¡¡ ARTEMISA!!! ¡¡¡ VUELVE AQUÍ AHORA MISMO!!!!-



Grito con todas mis fuerzas, y sin darme cuenta, caigo de rodillas mientras las lágrimas caen por mi rostro y grito maldiciendo a los dioses por los que pelee y que a cambio me torturaron y violaron a su antojo.

Pero también grito maldiciendo el día en que mi hermano y yo nacimos.

-¡¡¡¡Juro por todos los dioses que te encontraré, Aqueron!!!!Te encontraré y te mataré. ¡¡¡¡A ti y a la zorra de tu madre, maldito hijo de puta!!!!!

¡¡¡ OS MATARÉ A TI Y A LA PUTA DE TU MADRE POR QUITARME A MI BETH Y A MI HIJO!!!!-


Lloro desconsoladamente, arrodillado en la arena, pensando en que jamás volveré a acariciar el pelo negro de mi Bethany, ni voy a oír el llanto de mi hijo en plena noche, y tampoco lo veré crecer y me tapo la cara, completamente desolado, maldiciendo y jurándome a mí mismo que nunca encuentre a Aqueron porque si no lucharé con el hasta que ambos muramos.

Cuando al fin me calmo, miro a mi alrededor.

Aquí no hay absolutamente nada. Árboles, agua y arena y algún que otro animal y cabreado le pego una patada a una palmera.

Mala idea, Styxx... muy mala idea.

Se me cae un coco en la cabeza y tras frotarme el chichón, me agacho a recogerlo del suelo, lanzándolo con todas mis fuerzas contra las rocas, pensando que son la cabeza de Artemisa.



- ¡¡¡¡PUTA!!!! ¡¡¡¡¡ VUELVE Y SÁCAME DE AQUÍ, ASQUEROSA RASTRERA!!!!!!-



Grito a la nada y al final, vencido por el cansancio y por todo lo ocurrido durante el día, veo una cueva en las rocas. Arrastro mi baúl hasta allí, me protejo del frío que provoca la brisa marina con unas hojas de un platanero, y miro al cielo, que empieza a oscurecer .Me tumbo boca arriba, mirando las estrellas.

Seguro que alguna de ellas, es mi Beth con nuestro bebé y suspiro, pensando en cuanto la echo de menos.



- Te amo Bethany. Te amo, ahora y siempre y te juro que jamás nadie tendrá mi corazón, porque lo he dejado contigo, amor mío.-



Trago el nudo que se me instala en la garganta y al final, con el susurrar de las olas  rompiendo contra las rocas, me quedo dormido.

No se cuánto rato ha pasado, pero algo enorme se acerca sigilosamente a mí, y abro un ojo, encontrándome con un gran felino negro, que me mira curioso.

Paralizado como una estatua, observo al animal, hasta que agacha su morro a mí y me huele.

 No te muevas... Styxx quédate quieto y no te muevas o serás su cena.Pienso para mí mismo, y el felino me olisquea y luego me golpea con una pata, pero sin sacar las zarpas.

Muerto de miedo, porque no tengo nada con que defenderme, me quedo quieto, observándolo con un solo ojo, y veo como tras golpearme varias veces con la pata, desiste de mí y va directamente al agua a beber. Lo miro alucinado.

El pelaje negro brilla con el resplandor de la luna y me incorporo sobre mis codos, para observar al bello animal.

Bueno, estoy en un sitio de mierda, pero al menos he encontrado algo de compañía.

Cuando el animal deja de beber, se acerca de nuevo a mí, y vuelvo a quedarme como una estatua y tras olisquearme, aparta con sus patas las hojas de platanero y cierro los ojos.

Bueno, al menos sé que si me mata, volveré, aunque sea sumamente doloroso. Ante mi asombro, el animal se acurruca a mi lado, como si fuera un gato gigantesco y suelta un pequeño rugido, mirándome con sus ojos dorados y sonrío.

-Hola, soy Styxx y no voy a hacerte daño, amiga.

El puma me ruge y me golpea con su pata y me río rascándole la cabeza.



-Está bien.No eres amiga, eres amigo. Perdón por la equivocación.-



El bello felino, apoya su cabeza en mi regazo y sigo acariciando su gran cabeza, perdido en mis pensamientos.El calor de su cuerpo contra el mío, me reconforta hasta que al final, me voy quedando dormido, pensando en mi Beth, en mi bebé y en mi nuevo amigo.

Qué pena que no hable.

Antes de quedarme dormido pienso en su pelaje...negro...oscuro, como el pelo de mi Bethany y sonrío.



- Te llamaré Amávrono, y para abreviar Mávros. ¿Sabías que significa negro u oscuro en griego?



El puma ruge como señal de asentimiento y acomoda su gran cabeza sobre mi regazo de nuevo y sonrío. Esta vez, acurrucado contra el gran felino, sintiendo el calor que su gran cuerpo me proporciona, sí que me quedo dormido.


CONTINUARÁ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario