jueves, 5 de septiembre de 2013

DOS LOBOS, DOS ALMAS, UNA LUNA. MANADA DE LOBOS FURTIVOS. Capitulo 4.La vida deberia ser más sencilla.





-¡Es duro el invierno 
y es horrible el hambre! En el bosque helado
 
no halle qué comer; y busqué el ganado,
 
y a veces comí ganado y pastor.-
                                                                                Ruben Dario



CAPÍTULO  4.

La mañana/tarde después.

Lex se estiró en toda su largura cuando salió de un salto de la cama.  El olor a café y pan tostado invadió todos sus sentidos,  su estómago gruñó tan fuerte como su pecho. Uno por hambre, el otro porque sabía que le dolerían los oídos de escuchar todo lo que Samby le dejaría caer.

¿Lo peor? Él debería decirle lo que había pasado en el bar.

Después de dejar el claro y toda la manada de lobos apestosos, que ya a las ultimas lo miraban con amor, Samby no había hablado, no había pronunciado palabra. Lex sabía que estaba nervioso, se había lavado las manos toda la noche una y otra vez .Lo hacía desde cachorro, lavarse las manos y las uñas.  Lex nunca entendió bien el por qué, pero era irritante el desperdicio de agua.

Se preguntó asi mismo  por todas las cosas que no sabía de su hermano . ¿Se había enamorado alguna vez ? ¿Tenía otras mañas? ¿Qué color le gustaba más? . Tal vez las sabía y nunca le había prestado atención a esos detalles menores.



Samby se movía por la cocina terminando de dar los últimos detalles para el tardío Brouch.  Eran las 3 pm y esto era lo primero que metía en su estomago después de la cerveza a medias de  la pasada noche.

Había preparado unos huevos con pimienta, frutas cortadas y pan tostado con manteca, pero lo primero fue el café, un día no era día sin la primera taza de café.

Vio a Lexy entrar a la sala , a través del humo que salía de su taza con el néctar negro en ella. Le tendió una a su hermano que él tomó con cuidado mirando a otro lado. Sabía que Lexy ahora estaba arrepentido de lo que había pasado anoche. Y ahora  era cuando tendrían que lidiar con ello, pero…tendrían que “hablarlo” y eso era lo peor.

-Buenas tardes Lexy.- Lex miró por la ventana y trató de ver el sol.  Se dió cuenta que había dormido mucho. Dio una caída de cabeza sin mirarlo todavía.

-¿Quieres tomar jugo?- Inquirió Samby cuando Lex se sentaba frente a todo lo que había preparado. Con movimientos fluidos servía su plato con un poco de todo. Lex levantó la cabeza y lo miró a los ojos.

-Samby ¿Cuál es tu color favorito?- Lo dejó  en el aire mientras volvía a su plato y llevaba la comida a su boca donde estallaba de gozo por la dulzura.

Esperó, esperó y su hermano no contestó.

-¿No vas a decirme?- Ya no tenía fuerza de volver a mirarlo. Él sabía que su hermano lo estaba ignorando. Se movió hasta una silla y se sacudió un poco la mesa cuando Samby se sentó frente a su hermano gemelo.

-No sé Lexy, ¿Por qué me preguntas eso?- Lex suspiró y siguió masticando hasta que trago.

-Solo quería saber.- Se metió más comida en la boca para no tener que hablar.

- ¿ Porque mejor no hablamos de lo que paso anoche ?.- Lex se señaló la boca diciéndole a Samby que no volvería a decir palabra.

-Te lo voy a explicar yo ¿Quieres?- Lex entrecerró los ojos hasta que parecían solo dos líneas negras con pestañas.

–Bueno, mataste al alfa, con tanta buena suerte que ahora eres el alfa. Irónico que lo único vivo que soportas cerca de ti sea yo. ¿Cómo, por el amor de la Luna, manejarás una manada?-

Samby soltó una carcajada poco alegre y apoyó los codos en la mesa acercando su rostro al de su hermano. –Estas evolucionando. Eras un destructor de manadas, antes los matabas ¿Ahora? Los dejas sin alfa para que se maten entre ellos. Muy ingenioso.-

Auch, auch. Eso dolió, pensó Lex.

-Vete a la mierda, esto es culpa de los dos. Si no fueras un imán para todo el mundo no tendría que matar a todo y todos los que intentan tener un pedazo de ti.- Sambana se sentó derecho en la mesa.

-¿Qué paso anoche en el bar?- Su tono de voz subió dos décimas y no dejaban de mirarse. La batalla de miradas era mortal.

-Estaban organizando una partida de cartas donde él ganador podría violarte. Ellos no podían decidir cuál debía hacerlo. Así que eso fue lo que me hizo reaccionar Sambana.- Lex dejó de comer y se levantó arrastrando la silla.

-Quédate dentro los próximos días o hasta que pase la luna, no quiero tener que ser el asesino de otra manada.- Se giró y salió del comedor y entró a su cuarto azotando la puerta.

La cabeza de Samby cayó a su pecho y comenzó a temblar.

-Azul.- Le dijo al espacio vacío donde su hermano había estado. –Mi color favorito es el azul.-




***********




Odiaba volar.

Odiaba estar aquí con todos los humanos enojados porque su vuelo se había cancelado.

Odiaba el café de las cafeterías atendidas por humanos que detestaban servir café.

Simplemente odiaba todo esto que estaba pasando. Lo único que quería era llegar a casa y ver a su hermana. Abrazarla y por más cruel que pareciera…festejar.

Lo había soñado por más tiempo del que podía recordar, lo había deseado, anhelado y hasta había rogado por ello.

Le haría un buen regalo al lobo que había hecho su sueño realidad.Seguro el macho nunca lo sabría, pero Apeles hoy era muy feliz ya que su padre no caminaba sobre la tierra.

Una voz robótica le dijo que su vuelo ya estaba listo para ser abordado y volvió a mirar a todos aquellos que los rodeaban. Los humanos eran patéticos.

Estaba más que feliz de estar solamente rodeado por los suyos, en su tierra, corriendo en cuatro patas por el bosque. Como una necesidad ahora quería bañarse en su forma de lobo en el arroyo.

Estiro el cabo de su valija y emprendió el viaje hasta la puerta, en algunas horas estaría en casa y enfrentaría a la manada.

Él y su hermana saldrían pitando de Villa Sierra Chica y dejarían atrás los años de la Manada de los Furtivos para que quedara solo como un mal recuerdo perdido en su mente. No se irían muy lejos, pero se apartarían lo suficiente para que nadie los molestara jamás.

Su celular timbró y miró el nombre de quien lo llamaba en la pantalla. El profesor de Ética III y mentor de Apeles.

-Hola profesor Enty Zui, estoy subiendo al vuelo que me llevara a casa.- Acomodó  su teléfono en la oreja y esquivó a un grupo de asiáticos que le sacaron fotos. Sabía que era alto y siempre llamaba la atención de los humanos.  El color humo de sus ojos enmarcados por dos cejas rubias siempre lo habían hecho irresistible a las miradas tanto femeninas como masculinas.

-Apeles tengo una gran noticia ¡¡El Instituto de Ciencias veterinarias te dio la beca!! Puedes comenzar cuando regreses de tus vacaciones.- La voz del anciano profesor Zui desbordaban de alegría por su discípulo.

-¡Eso no es todo! La fundación Cooper también te está ofreciendo un estudio de campo por 3 años con beca total!- Se hizo una pequeña pausa, como si estuviera tomando aire y continuó.- ¡¡Y es sobre la densa parte de araucarias que está cerca de tu pueblo natal!!- Apeles se tambaleó y tuvo que sostenerse de la gran ventana de vidrio que daba a las pistas. Trato de que algo de aire le llegue a los pulmones y lo logro con mucho esfuerzo. Pobre, él boqueaba como pez fuera del agua, mientras su mente gritaba ¡LO LOGRASTE! ¡LOGRASTE REALIZAR TU SUEÑO!

Apeles con sólo 28 años había logrado su titulo en veterinaria y su Licenciatura en Geoecología y Medio Ambiente y ahora el trabajo de sus sueños.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y su voz se cortó.

-Simplemente es magnífico profesor Zui, no lo puedo creer…- Dejó de hablar cuando las grandes gotas desbordaron sus ojos y corrieron por sus mejillas.-¡Simplemente no lo puedo creer!- Se ahogó con un gemido y trato de llegar a las puertas de abordaje. El profesor le decía palabras de aliento y cortó, al escuchar al agente aeroportuario que decía nada de celulares en el vuelo.




Continuará...

1. Lobos Warg, del ingles antiguo, bestias enormes y feroces que también están dotados con la transmutación por la vista a otros animales.

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