viernes, 20 de septiembre de 2013

DOS LOBOS, DOS ALMAS, UNA LUNA. MANADA DE LOBOS FURTIVOS. Capítulo 6. Fuente de todo mal, el funeral.





- Escuchad, hermanos míos: el hermano lobo, que está aquí ante vosotros,
me ha prometido y dado su fe de hacer paces con vosotros
y de no dañaros en adelante en cosa alguna si vosotros os comprometéis
a darle cada día lo que necesita.
Yo salgo fiador por él de que cumplirá fielmente
por su parte el acuerdo de paz.




CAPÍTULO 6. FUENTE DE TODO MAL, EL FUNERAL.




La amplia oficina sólo tenía una mesa para 12 personas.

Eran ya  las 23 pasadas y estaba sólo dentro de ella y suponía también que estaba también sólo dentro del edificio .Seguro quedaban el guardia de la puerta y John Cooper.

John Cooper, arquitecto, dueño de Cooper internacional, heredero de todo lo que dijera Cooper.Era más que multimillonario y un buen hijo de puta con todas las letras. Él era el señor de los negocios inmobiliarios,un tipo  sin moral y soberbio.

Volvió la vista a los planos sobre la mesa y dejó salir un suspiro agónico.

Era una horrible definición de sí mismo, pero era la real y era lo que pensaba sobre sí. Se frotó la cara con las dos manos y las apoyó para ver de cerca el edificio del nuevo Spa que iba a construir en Sierra Chica.

Vendió el proyecto, alquiló las estancias y hasta subcontrató a los constructores de las empresas que absorbía. Sería un Hotel Spa de lujo. Sería también su último proyecto, después de esto trataría de tener una vida, buscar una mujer que le soporte el carácter cascarrabias y caprichos de un niño bien.

Sabía que ya con 36 años no debería seguir soltero y sin hijos.Todos lo  estaban comentando, pero le importaba poco, estaban hablando de él y ESO era lo importante. Esa era la mejor publicidad, las habladurías.


Su jefa de relaciones públicas había arreglado citas, su madre le presentaba a cuanta mujer de alcurnia pudiera. Su hermano hasta había intentado “cruzarlo “con la hermana de su mujer, su cuñada. Era una idiota y John no quería más idiotas con los que lidiar, veía las buenas intenciones, pero no las quería cerca.

Tuvo que pensar bastante para recordar la última vez que había tenido sexo o lo que él creía que era sexo.Había sido muy vainilla con una Cónsul Británica, detestable. Sí,  recordaba muy bien la paja que se había hecho con un anillo de metal puesto, eso sí lo había llevado al límite y lo recordaba con gusto.

Sintió un movimiento entre sus piernas era su pene tomando nota por el recuerdo, esta noche podría festejar en su mansión y hacerse lo mismo. Su Hotel Spa, ya estaba en camino, lo único que se lo impedía había muerto.

Releyó la nota que sobresalía por el color amarillo de todos los papeles, Mikalys Drokys estaba muerto y John ahora no tenía más impedimentos para tirar, matar y contaminar las 100 hectáreas donde se emplazaría el “NIPHEN Hotel y Spa cinco estrellas”.

El éxito era el mejor afrodisiaco.


                                                      ********************

Ben caminaba delante de todos los deudos.La manada entera estaba reunida para despedir al ex alfa. No había flores como era la costumbre y sería enterrado en una tumba sin marca como lo hacían sus ancestros.En 10 minutos el único legado que habría dejado atrás serían a sus mellizos, pensó Ben.

¿Cuánta mierda le llovería ahora que Mikalys estaba muerto?

Sólo él sabía de cómo llevaba la manada y si el nuevo alfa no entraba pronto en escena todos terminarían muertos. En especial él.Su cabeza tendría precio y seria poco el valor.

Se repitió una y otra vez que solo era un contador, el cajero/gerente del único banco que tenia Villa Sierra Chica, auto gestionado y subvencionado por ellos mismos.

¡Por la Luna, sonaba como una publicidad barata!

Miró a los mellizos vestidos de blanco Athena y Apeles, rubios y de ojos grises, y noto que el varón era unos centímetros más pequeño que la mujer, que hacia las mejores galletas de coco de todo el mundo.

Pero Ben sabía y bien, que Athena era de temer y Apeles era el ejecutor de la manada ¿Juntos? Eran una fuerza de la naturaleza, eran los lobos más grandes de la manada ahora que su padre había muerto.

Ese pensamiento lo llevo al Alfa nuevo, él tenía una tercera forma y si era como él creía por la Luna, mucha sangre correría. Lo seguía intrigando el extraño deseo que sintió al acercarse al hermano del alfa, era como si los hilos de ambos se quisieran unir, pero iba más allá de ser pareja, el tipo era lujuria pura.

Pensó en feromonas, pensó en la maldición de la Luna, la historia del lobo que podía enloquecer a toda una manada con solo mirarlos, haciendo que se perdieran en un frenesí de sangre y lujuria. La maldición hacía que olvidaras a tu pareja, de  los lazos de sangre y te apoderara un deseo irrefrenable de obtener un pedazo de lo que  irradiaba tan olor exquisito… adictivo.

Se rió por lo bajo…eso eran historias de viejos. Lo que sintió por el macho solo fueron ganas de follar, se había olvidado cuanto tiempo había pasado hasta que lo vio parado junto a el nuevo líder de la manada.


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  Solo una taza más, se dijo Samby. Y será la última, se dijo con placer cuando se la sirvió.

Llevaba en el búnker bajo la casa ya tres días y sus noches. Creía que la Luna ya había pasado.Todos los meses cuando la luna llena se posaba sobre el horizonte Sambana se convertía en el Lobo sin moral, lobo de sexo o simplemente el que hacía que todos se pusieran cachondos y quisieran follar hasta a su propia madre…sin contar que querían follar sin parar con Sambana sin importar el sexo, hombres y mujeres por igual tanto como jóvenes y viejos, pasando por la mediana edad.

¡Alégrate, son solo tres días al mes! Sambana sabía muy bien como se sentía una mujer cuando le llegaba el periodo, era entendible. Era lo mismo, pensó cansado, solo que sin calambres. El chiste ya no le hacia gracia. Los cambios de humor ahora eran peor, cada vez se ponía más agresivo con Lex, como si fuera su culpa. Él mismo tenía su propia maldición con la cual lidiar. Y jamás se quejaba con Samby.

Este mes llegó antes y le debía una gran disculpa a su hermano. Había supuesto que el destrozo del bar había sido solo un ataque de furia de Lex y no que su olor ya estaba presente una noche antes de la Luna. Había peleado por él más veces de las que podía recordar y Sambana sólo quería que esto terminara. Anhelaba una vida normal.

Había estudiado mientras pudo y lo logró, luego continuó con clases diferenciales o desde casa. Eso prendió una chispa de emoción en su pecho, tenía un titulo y un buen trabajo en casa como consultor informático. Como programador había hecho una pequeña fortuna que ayudaba a que vivieran los dos bastante cómodos.

Alexias…

Él había dejado todo, él podría haber tenido una vida más normal, pero los dos sabían que separados eran débiles ¿Juntos? Tenían una esperanza. Y Lex lo había elegido más de una vez.

Había comenzado su nuevo recorrido. Este bosque sería un desafío para Lex .Haría un relevamiento de suelo y fauna y lo que más le gustaba , podría estar fuera en la naturaleza todo el día observando los arboles.Menos los domingos ese era su día libre y lo compartía con Sambana.

Se quiso dar un golpe duro en la cabeza, su hermano dejaba todo por él y Samby lo había tratado como un tarado violento.

La urgencia de disculparse lo golpeó. Abrió la escotilla y asomo la cabeza para ver cómo salía el sobre el horizonte, era una mierda estar encerrado, extrañaba el sol.

Olor a café recién molido lo llamó.Aspiró violentamente y salió de un salto. Lex lo esperaba en el umbral de la cabaña, con una taza de humeante néctar y una media sonrisa en su rostro.

                                                          ******************




Todo había pasado rápido. Primero palabras de alabanza, luego algunos sollozos y hasta algún grito. El muerto en la tumba, que ya bien muerto está y a otra cosa, cada uno a su casa a seguir con su vida…o eso era lo que creía.

¿Cómo se lleva una manada sin alfa? El tipo tenía que llegar pronto o esto sería terrible.

Apeles se acomodó en la cama y se le cayó la almohada al piso.Se sentó gruñendo y se golpeó contra el tirante de la litera superior.

-Mierda. -Se froto la frente. -¿Porqué dormimos en las literas si tenemos habitaciones con camas King en la planta alta Athy?.-

Su hermana dejó caer una lluvia de cabellos dorados y asomó su rostro con una gran sonrisa.

-Porque es bueno recordar de dónde venimos Apeles y me gusta tortúrarte por abandonarme un año con ese maniático de padre que teníamos.-

Él también asomó la cabeza y le dio una sonrisa torcida.

-Lo sé, pero ahora puedes decir que tienes un hermano ¡¡Licenciado!!- Subía y bajaba las cejas con una sonrisa de gato.

Una almohada voló y dió de lleno en el rostro de Apeles.

-Eres un idiota y le sigues teniendo miedo a las ardillas, eso no cambiara jamás.-

Un ruid ode corridas se escuchó fuera. Eran garras pesadas contra la piedra de los caminos traseros al bosque, y un aullido que lo aquietó todo.Hasta el reloj enmudeció con el segundo aullido. Con el tercero, fue Athena la que saltó de la cama superior y se metió con su hermano abajo. Algo estaba fuera corriendo y llamando a todos al Claro de Luna menguante.


Continuará....

1 comentario:

  1. Me lanzo a hacer el primer comentario de este capítulo, porque soy la fan numero uno de esta historia.

    Tengo que decirlo: Me encanta el tema de las galletas. ¿Como un recurso tan pequeñito puede dar tanto de si? jijiji. Estoy esperando a ver que pasa con estos fans de las galletas de coco.

    Un capitulo que te deja con ganas de masssss.. ¡Me encanta!

    ¡Saludos!

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