sábado, 28 de septiembre de 2013

DOS LOBOS, DOS ALMAS, UNA LUNA. MANADA DE LOBOS FURTIVOS. Capitulo 7. Luna Menguante.





El lobo se arrodilló y bajó la cabeza,
manifestando con gestos mansos del cuerpo,
de la cola y de las orejas, en la forma que podía,
su voluntad de cumplir todas las condiciones del acuerdo.


CAPÍTULO 7. LUNA MENGUANTE
La luna menguante se posaba alta sobre el cielo nocturno.

HacÍa del claro en el medio del bosque un lugar de penumbras, un lugar aterrador.

Lex se paró solo en el medio y espero.

Sambana se había quedado en la cabaña, Lex había pensado que era lo mejor.

Estaba solo…pero si alguien lo olía o hacia el menor movimiento para tocarlo, él simplemente mataría al que cometiera tal error.

Lex había dejado la cabaña en su forma de lobo y corrido por el pueblito. ¿Villa?, pensó Lex era apenas cuatro cuadras por tres, ni asentamiento llegaba a ser para las estadísticas.  En el camino había visto una panadería, una farmacia y un banco. Un consultorio dental y uno mÉdico emplazados en el mismo lugar. eso aterro a Lex.

¿Quien quería ir al dentista o al médico?
Eran were´s, cambiaformas, ellos eran shifters, jamás se enfermaban y a menos que se metieran en una pelea casi nunca se herían.

Se sentó sobre sus talones y siguió esperando, el sentimiento de vacío lo lleno casi por completo.
Había dejado a Sambana atrás y no tenía a nadie más. Necesitaba a su hermano.

De las sombras,  Ben fue el primero en llegar sonriente. No reconoció el olor que el macho emanaba Lex no sabía qué era, o simplemente el beta estaba confundido a tal punto que todas las emociones hacían un olor indescifrable.Cuando llego frente a Lex descubrió el cuello y se arrodillo a un costado.

De a uno fueron pasando todos, hombres, mujeres y niños.Uno pequeño como de unos 5 años preguntó desde dentro los protectores bazos de su padre.

-¿Cómo se llama Alfa?- Lex se dio cuenta que llevaba más de media hora sin hablar.
Se movió de un salto y todos jadearon, así que les dijo a todos en el tono más calmado que supo.

-Mi nombre es Lex y pueden dejar lo de alfa de lado, no me gusta.-


Desde el fondo una cabeza se movió y preguntó.

-¿Cómo Luthor?- Lex abrió grande los ojos y se giro a mirarlo, con un casi gruñido le hablo. -Mi nombre es Alexias Vladys, pero todos pueden llamarme Lex.- Se escuchó un murmullo y la misma voz se alzó desde el fondo.

-¿Alexias no es nombre de mujer?- ¿Quién era este tipo? Lex camino hasta pararse frente al preguntón lobo.

-No, no lo es.- Dijo sin más explicaciones. Lex lo miro de lado y se dio cuenta que él lobo tenía un aura totalmente blanca, pero…brillaba.

-¿Cómo te llamas?- Dijo pensando en que él tipo tenía una buena voz y era un lobo poderoso. Cuando se paró era solo unos centímetros más bajo que Lex, calculo que 190 o menos, rubio, con una buena masa de músculos ondeando bajo la remera apretada que llevaba. Sólo se movía para respirar con los ojos en el piso. Dos hombros anchos se tensaron cuando Lex le volvió a hablar esta vez más cerca.

-Te hice una pregunta, respóndeme.- El rubio levanto la cabeza y dos ojos grises como el cielo en una tormenta de verano lo miraron serio.

-Apeles Drokys, a sus órdenes alfa.- Los ojos grises se encontraron con los azul profundos de Lex. -Ejecutor de la Manada de Furtivos, hijo del ex alfa.- ¡Mierda, un ejecutor! Lex le había prometido a Sambana que no pelearía, pero si el macho se movía para vengar la muerte de su padre, no dudaría.

La sorpresa desconcertó a Lex cuando el tipo le sonrió.
¿Sería sarcasmo?
¿Lo desafiaría?
Estaba totalmente desconcertado.
No quería más sangre sobre su ropa, era difícil de sacar.

Otra cabeza rubia se movió cerca del lobo casi cubriendo el cuerpo del macho y también sonrío, eran parecidos el mismo color de ojos, color de pelo y su olor era similar.
¿Qué demonios le pasaba a esta gente?.
La hembra desnudó el cuello y dijo con la voz más dulce del mundo.

- Athena Drokys, hermana del ejecutor, hija del ex alfa y beta de la manada de Furtivos.-

La voz de Ben se alzó por detrás y dijo rompiendo la tensión entre Lex y el resto del mundo.

-Y haces las galletas de coco más ricas del planeta.- Ben sería un buen Beta, había intervenido en el momento indicado, a la hembra se le mancharon las mejillas de un rojo escarlata y eso le gustó mucho.

-Ben, tu eres adicto a ellas, no cuenta tu opinión.- Ben se les acerco y sonrió.

-No seas modesta Athena. Mañana tráele al alfa para que él opine y diga que son las mejores.-
ella sonrió con la cara manchada de vergüenza.

-¿Le gustan las galletas de coco, alfa?-

Lex asintió.A Lex le gustaban las galletas de coco, levanto la comisura de los labios intentando una sonrisa.

Tal vez esto no sería tan malo como él pensaba.


**************





-No es tan difícil Gaspar, vas allí y lo matas.-

John se miraba la manicura de 200 $ sobre sus uñas, valía cada centavo que pagaba, sus manos eran espectaculares.Nunca había trabajado con las manos, su piel era inmaculada, su pelo prolijo y su traje a medida. Todo en él gritaba dinero.

-¿Quieres más dinero? Podemos charlarlo.- John seguía sin mirarlo Gaspar negó con la cabeza.

-Jefe está bien no dudaba, solo déme una foto y haré el trabajo.- John lo miro por primera vez desde que había entrado a la oficina, con una sonrisa rebusco en el cajón y saco una caja de balas. Las señalo.

–Debes usar estas esta vez, son especiales.- John sabía que las balas de plata eran casi veneno para los shifters, ellos solo eran heridos con el plomo, pero la plata invadía su sangre ya no la podían sacar. Parecía que Gaspar jamás preguntaba para qué eran las balas, era por eso que lo seguía llamando para hacer este tipo de trabajos.

Salió en silencio casi como había entrado a la amplia oficina y cerró la puerta doble, John se paró y camino hasta la maqueta de su hotel spa.
¿Qué era una vida comparado con el sueño de su vida?

Se volvió hacia la ventana y se paró con las manos atrás.

Ahora tenía que mandar a un explorador a seguir al nuevo alfa, su informante le dijo que era joven, que hacía solo unos días se había presentado reclamando la manada y que no era simpático.

“Los monos por la plata bailan” Uno de ellos era el que le decía todo. Sonrió pensando en los lobos, no quería aniquilarlos, pero todo y cada uno que se interpusiera entre su sueño y él, debería morir.

Cuando el informe llegara vería como actuar, él alfa tenia los días contados y si la manada se rebelaba, también.




************



La panadería tenía gente dentro y fuera haciendo cola, eran uno de esos días en que todo era poco. Athena saludaba con una sonrisa y atendía con la mayor gana, este era su medio de vida.

Mientras sacaba del horno, metía en bolsas que entregaba con los bollos calientes. No había ni llegado a acomodar el mostrador. Una voz profunda la sacó de sus pensamientos.

-¿Qué?- Le dijo a la voz sin darse vuelta a mirarlo. Para darse cuenta y disculparse, el alfa la miraba inquieto.

-¿Tienes algo con crema y canela? Eso le gusta a mi hermano y no quiero compartir las de coco con él.-

Athena sonrió. El alfa, era todo un caso. Desde que había probado las galletas venia todos los días a la panadería, se notaba que tenía un gran apetito y un buen metabolismo. Ella ya lo había mirado varias veces, era lindo. Tenía un pelo negro que le caía tras las orejas y un cuerpo cincelado en  músculos por donde lo mirara, pero lo que más llamaba la atención del físico del alfa eran los ojos.
Profundos pozos azules, donde uno podía caer y ahogarse, la mirada de alguien que sufre.
Si él no tuviera el aura que gritara ¡Peligro, peligro! Seria agradable ver hasta donde la llevaba su relación con el alfa.

Le dio dos rollos de canela con crema y medio kilo de galletas de coco. Él alfa intento formar una sonrisa, eso había notado, nunca reía o sonreía.

Eso era extraño.

-Alfa, esta noche nos reuniremos a cenar con la manada, algo simple, para festejar su llegada.-

El gran lobo la miró unos segundos y luego habló tranquilo mientras le daba el cambio de su vuelto.

-No deberían festejar, menos tú, fue a tu padre al que mate.- Directo y sin filtro, era así como le gustaban sus machos a Athena. Casi groseros.

-Por eso festejamos también alfa…- sabia que en algún momento alguien debería contarle toda la historia al alfa, pero no era ni el momento ni el lugar.

Más gente se junto en la puerta y no había tiempo para perder.
                                                              *********************

No hay comentarios:

Publicar un comentario