martes, 14 de enero de 2014

La cazadora y el dolophomos. Capítulo 13. Creencia , Planes y Una cita.






Los cultos a los dioses griegos eran casi inexistentes, como muchos otros, pero aún había.

En un mundo donde la fe ya no regía,  era complicado encontrar templos pero José sabía donde encontrar uno, el que más le importaba ahora.

El culto a Marte o Ares, dios de la guerra.

Sus sueños le habían revelado lo que pasaba con su cazadora.

Era un escogido y sería bien recompensado por eso.

Tendría la fama y riqueza que necesitaba para establecer su familia con la mujer que amaba e idolatraba.

Entrando en un salón vio la estatua representativa del dios junto con sus armas. Debajo había un relieve con escenas de lucha y muerte. A un costado el altar para ofrecer libaciones u ofrendas.

De las sombras apareció un hombre caminando hacia él. Era robusto y poseía una mirada de superioridad - ¿Señor Lopez? -

José se adelanto - El mismo -

La mirada del desconocido cambió, incluso sonrió.. Una sonrisa parecida a las hienas pero era una sonrisa - Por aquí - le hizo señas con la mano hacia una puerta - Es bueno tener a un elegido de nuestro señor -

El muchacho estaba en las nubes, por fin había encontrado su camino y no se alejaría de el hasta que muriese.


                   *******************************************************




Janice entró a su garaje con su auto. Suspiro al oír como el mecanismo se cerraba mientras hablaba con uno de los líderes de los escuderos.

- Si, te lo agradecería -: bajó del audi y comenzó a subir las escaleras- No, eso es todo. Nos veremos por ahí, cuídate - cerrando el teléfono, empujó la puerta que conectaba a la sala.

Deimos estaba allí.

Aunque habían aclarado el mal entendido,  ella no estaba con ánimos para verlo. Necesitaba aclarar su cabeza primero, entender porque la lastimó tanto lo que había pasado.

iba a explicarle eso cuando reparó que algo no era igual en él. Lo miró sorprendida ¿traje? ¿Deimos estaba usando un traje?



Deimos se adelanto y tomó la mano de Janice cambiando su ropa mentalmente.

Un vestido rojo y negro apareció en el cuerpo de la mujer. Su pelo quedó libre. Se veía preciosa.

Besando el dorso de su mano la miro a los ojos- Estás hermosa Jan - antes que ella pudiera hablar, posó sus dedos en sus tentadores labios - no digas nada todavía. Solo cierra los ojos, por favor - Ella lo miró con recelo pero con un suspiro, le hizo caso.

Tomándola entre sus brazos destelló directo a la playa donde había preparado todo.



Janice sintió el familiar mareó y abrió los ojos cuando Deimos se lo pidió.

Se quedó sin palabras.

La playa, la cabaña, la noche y el clima.

Deimos la había traído a Trinidad.



                                             **********************************



Levantando la vista,  Ares vió venir a un grupo de skotos que le servían.

El trato con ellos era sencillo: él les proporcionaba víctimas y ellos le ayudaban en la búsqueda de ganar el poder supremo.

El líder, Taranos, se quedó en los pies del trono y llevó su puño derecho al pectoral izquierdo en señal de saludo.

El dios hecho a sus servidores.

Una vez solos, se levantó y miró al grupo - ¿qué tienen? -

- El humano los vio juntos. Parece que su hijo hace más que divertirse con esa negra -

Ares apretó los puños.

Era su hijo ¿cómo pudo caer tan bajo? Era algo que había sacado de su madre - hay que ir con cuidado. Quiero que invadan los sueños de esa maldita puta. Quiero saber sus miedos y debilidades pero que no note que están ahí -

Con un movimiento de mano despidió al grupo. Sentándose de nuevo en su trono, quedó meditando.

Esta situación podría tener sus ventajas.

Si su hijo Deimos estaba muy prendado de esa maldita sin alma, entonces haría lo que fuese para mantenerla a salvo, incluso ponerse de su lado.

Una sonrisa lenta y triunfante asomó por sus labios.


                                      **************************************



Deimos había hecho todo perfecto.

Habían cenado comida francesa, el vino había sido excelente. Su actitud hacia ella fue muy atenta, incluso tierna a veces y ahora estaban paseando por la playa.

Tomados de la mano podían disfrutar de la luz de la luna.

Janice no sabía porque se sentía tan nerviosa e insegura. En realidad si sabía pero ¿cómo admitir que se estaba enamorando? eso en el pasado fue su perdición y ahora volvía a caer, aunque esta vez era peor. Sentía demasiado con su dios.

Levantando la vista vió la perfecta circunferencia del astro de la noche, era todo muy romántico y algo irreal.


Deimos estaba nervioso. Janice había sido muy atenta toda la noche. Además de callada. Se la notaba preocupada.

No pudiendo con el silencio se paró en medio del paseo y la tomó de la cintura, asegurándose que quedara enfrentada a él - Jan ¿qué pasa? -

Janice lo miró asombrada, no sabía que se le había notado. Respiró hondo y puso sus manos sobre ese pecho firme. Su vista subió hasta encontrar sus ojos - no entiendo esto Deimos ¿por qué hiciste esto por mi? Te perdoné por lo de ayer, no tenías que ...- los dedos del Dios la callaron.



Negando con la cabeza Deimos tomó el rostro de la mujer que poco a poco se le había metido debajo de la piel. Besó sus labios tiernamente- No es para que me perdones. Además de que fui un imbécil, lo de ayer me hizo darme cuenta que desde que estamos juntos no hice nada por ti - besó su cuello - me has permitido permanecer en tu casa, me has abierto parte de tu vida - sus labios subieron por su mandíbula - y yo solo quería mimarte un poco. Eres una guerrera pero también eres mujer Jan. Este tipo de detalles son los que les gustan a ustedes - la miró a los ojos sonriendo - mi ventaja es que te tengo para mi solo-


Janice escuchó cada palabra con una serie de sentimientos bullendo y combinándose en su interior. Deimos había conseguido hacer que su lado femenino despertara. Lo quería, lo quería demasiado y estaba aterrada por eso.

Pero nunca había huido ante nada y no empezaría ahora.

Subiendo sus manos,enredó sus dedos en el pelo multicolor mientras pensaba en cuanto tiempo tendrían juntos.

Buscó sus labios y lo besó pausadamente. Sin límites de tiempos. Pegó su cuerpo al de él.

El contacto de volvió suave, algo que hasta ahora no habían tenido.

Bajó sus manos despacio y comenzó a sacarle la ropa. Acarició su cuerpo fuerte y bronceado dejándolo tan desnudo como él lo estaba haciendo con ella.



Deimos separó sus labios y miró el cuerpo desnudo de Janice. Ella estaba en sus brazos disfrutando de su toque, de la forma en que la hacía enloquecer.

La levantó en sus brazos haciendo haciendo que rodease su  cintura con esas largas y sedosas piernas. Mientras seguían besándose entro en el mar con ella.

Entre risas y caricias hicieron el amor, nadaron y volvieron a entregarse uno al otro mientras duraba la noche.

Cuando empezó a amanecer destellaron dentro de la cama que estaba en la cabaña.



Janice se encontró boca arriba en una cama cómoda y mullida. Sus manos estaban enredadas en el pelo de su amante mientras se besaban lentamente. Saboreando cada movimiento de esos labios y lengua.

Respirando jadeantemente liberó sus labios y bajo por el cuello de Deimos - gracias - susurró antes de darse vuelta con un movimiento y quedar encima de él. Sonriendo,  vio la sorpresa y después el deseo que  pasó por su rostro. Sin vacilaciones lo introdujo en su interior y comenzó a moverse lentamente mientras lo besaba de la misma forma.

Muy despacio ambos escalaron a la cima del placer.

Janice miró a Deimos a los ojos y un te quiero escapo de sus labios sin darse cuenta.



Deimos se quedo congelado al escuchar esas palabras. Vio como la sorpresa y vergüenza aparecían en la cara de su cazadora. Cuando ella intentó huir , se dio vuelta rápidamente dejándola bajo él, apasionándola contra la cama.

La besó tiernamente empezando a moverse en su interior.

Cuando rompió el beso la miro a los ojos - También te quiero Jan - besó su mandíbula - te quiero solo para mi - susurró antes de volver a silenciarla con sus labios y terminar lo que había iniciado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario