jueves, 9 de enero de 2014

SOLITARY MAN, LOS DIARIOS DE STYXX. CAPITULO VI.




CAPITULO 6

Isla Desvanecida

12 de septiembre 9528 Antes de Cristo

Mavros se ha ido de nuevo.

Ya estoy acostumbrado a sus marchas cuando entra en celo, pero esta noche me siento más triste y solo que de costumbre.

Yazco desnudo sobre la piel blanca que me mando Artemisa y vierto vino sin diluir con algunas de las hierbas que aún me quedan en medio coco que uso a modo de copa y remuevo el contenido con mi dedo, chupándolo y cerrando los ojos ante el conocido sabor, preguntándome si piensa mantenerme drogado por toda la eternidad.

En el fondo me da igual. El vino y las hierbas no me hacen olvidar mi dolor, pero al menos hacen que mi existencia sea más soportable y encogiéndome de hombros, me lo bebo en dos grandes sorbos y siento como mi cuerpo empieza sucumbir a los efectos de la mezcla.

Sigo bebiendo, vaso tras vaso, hasta que caigo en una especie de trance que me impide mantenerme alerta y cuando la figura se materializa en mi cabaña, simplemente dejo caer el cuenco rodando y sonrío.

-¿Has venido a atormentarme? Hace tiempo, muchos dioses me consideran su juguete favorito.-

Susurro a la mujer de piel oscura y gran belleza que se yergue ante mí.

Casi no me doy ni cuenta, pero de repente la tengo al lado, y aunque sé que debería luchar, no puedo, y simplemente me quedo allí, boca arriba, mirándola.

Es una mujer hermosa, con un cierto parecido con mi Beth, pero lejos de abalanzarse sobre mí, como durante años y años han hecho los otros dioses, ella, se arrodilla a mi lado y me habla en una lengua que no entiendo.
أمير الفقراء ... أتمنى أن تحصل على الخروج من هنا ...-



Abro los ojos con sorpresa al escuchar su voz hablarme en la lengua nativa de mi Beth e intento alargar el brazo.




-¿Quién eres tú?-




Pregunto intentando mantener los ojos abiertos, pero cada vez me cuesta más enfocar la mirada, y ella alarga su mano hacia mí, y me aparta el pelo empapado en sudor de la frente y con un exótico acento me habla de nuevo, esta vez en mi lengua para que yo la entienda.


-Soy la diosa Menyara, hermana del dios Set y diosa egipcia de la justicia. No tengas miedo, Styxx. No he venido a hacerte daño.-




Susurra, mientras sigue acariciándome el pelo.




-¿A qué has venido entonces? ¿A sacarme de aquí?




Pregunto con una sonrisa cínica y me empiezo a reír, tan drogado que cada vez me cuesta más saber si esto está ocurriendo de verdad.

La diosa de la justicia... Si ya... Y ahora por arte de magia me sacará de aquí y me llevará a los campos Elíseos con mi Bethany...




-No, cielo, no puedo llevarte con Beth... Aunque me encantaría patearle su bonito trasero a esa perra de Artemisa, no te puedo sacar de aquí, pero puedo concederte un deseo... Ahora duerme, mi querido príncipe...Duerme y sueño con lo que anhela tu corazón.


Su voz cálida, me va sumiendo en un placentero sueño y abro los ojos porque no me quiero dormir, y cuando lo hago, contengo la respiración.

A mi lado, tumbada, está mi Bethany, con su pierna sobre las mías, y su mano apoyada en mi pecho, y me mira con amor, con sus preciosos ojos dorados.




-¿Beth? ¿Eres tú de verdad?_




Ella sonríe y su mano baja por mi cuerpo, trazando círculos con su dedo en mi pecho y mi estómago y cuando llega a su objetivo, me muerdo los labios, ahogando un gemido de placer.

Su agarre se hace más intenso y empieza a acariciarme, mientras sus besos descienden por mi pecho.



-Pues claro que soy yo, mi querido príncipe. ¿Quién iba a ser, si no?



Cuando sus besos siguen bajando y llega por fin abajo, acaricio su pelo, sin dejar de mirarla.




-Te he echado de menos, akribos...-



Susurro echando la cabeza hacia atrás cuando ella me toma en su boca.




CONTINUARÁ.
















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