sábado, 15 de febrero de 2014

Despliega tus alas capítulo 23. Por Amor morimos y revivimos.



ADVERTENCIA: PARA MAYORES DE 18 AÑOS. LENGUAJE ADULTO Y CONTENIDO SEXUAL


Lassiter estaba a punto de estallar como una super nova pero de desesperación.

¿ Como podía  explicarle a Divia la verdad sin condenarse él mismo a un castigo que la apartaría de ella? No podía decirle sin mas quien era ella realmente  ni quien era él.

Estaba prohibido.

Él no podía ser el vector de la verdad porque contravenía leyes universales , la propia alma debía encontrar su camino a través de ella misma u otros medios, pero no a través de un emisario angélico.
Le habían dado una segunda oportunidad y estaba a punto de fastidiarla  otra vez, todo por amor, otra vez.

Se mordió la lengua y se obligó a mantener el control y pensar con claridad. Divia estaba asustada y tenía que alejar sus miedos . Se acercó a ella y la abrazó tratando de  reconfortarla;  deseaba hacerlo   desde el almuerzo  cuando ella había salido corriendo asustada. Todas aquellas sensacions la abrumaban y era comprensible; sí, para él eran antiguas pero   para ella  eran nuevas y no las entendía...y por desgracia   él  las había sentido todas y tan intensamente que aun le quemaba la piel donde ella le había tocado.

La abrazó   con fuerza y suavidad,  acariciandola  para calmarla y notando como ella dejaba  ir la tensión  -shhh, Divia, está todo bien.  No sé como puedo explicarte todo esto sin condenarme pero te juro...-

Ella se revolvió en sus brazos e hizo lo que no se esperaba, acunó su cara con las dos manos y lo miró fijamente, obligándolo a agachar la cabeza y respirar su aliento.

- No jures por favor, estoy cansada de juramentos, explicaciones...sólo Bésame -

- ¿Que...qué? - Acababan  de  sorprenderlo y dejarlo sin habla  por primera vez en mucho tiempo.


- Bésame de una maldita vez y que sea lo que la Virgen, tu Dios o el que sea quiera. Yo no puedo seguir con esto en la cabeza y en el corazón.  No puedo  seguir así con todo esto, necesito claridad -

Un segundo, tan solo tardó un segundo en decidir que  hacer, si ceder a la suplicante orden de la chica que  llevaba a la mujer que amaba en ella,  o alejarse  para darle algo de paz cómo se merecía .

Bueno, él nunca fue un buen chico de todas maneras.

No la abrazó... casi la asfixió cuando la levantó  en  sus brazos por la cintura  e invadió sus labios como si ella tuviera el aire que él necesitaba para respirar. No fue suave, ni lento ni nada parecido, tanto tiempo esperando algo así no le dejó tregua alguna...ella era lo que necesitaba para respirar como antaño.  Los labios de la chica  sabían igual que habían sabido por la mañana, pero esta vez mas dulces, mas embriagadores porque estaban siendo ofrecidos y no los había tomado, porque estaban dominando  al mismo tiempo que estaban siendo  tomados. Sentía sus manos por todo su cuerpo, sus brazos, su espalda, su pelo...¡ Oh dios, estaba a punto de caer muerto de placer con sus mechones de pelo entre sus dedos!

No quería respirar , solo quería saborear cada segundo , cada partícula de ella antes de que se arrepintiera, porque ella estaba devorándolo de la misma manera que él la devoraba.

La levantó  en volandas  y avanzó con  sus  piernas abrazando su cintura ; y un  gemido femenino quedó ahogado en el febril beso  cuando sus manos aterrizaron sobre su trasero para sujetarla mas fuerte. Tuvo que detenerse  al sentir el borde de la cama  y  ella aprovechó ese momento para respirar , dejando sus manos quietas sobre sus hombros.

Le miró a  los ojos  como si tuviera la capacidad de  atravesarle.

- ¿ Sigo? - Preguntó él jadeando y temiendo la respuesta .  Odiaba ser caballeroso  pero mas se odiaría a sí mismo  en el futuro si  no le diera a ella la capacidad de parar, porqué  mas adelante ya no podría hacerlo.  Su cuerpo estaba sufriendo los estragos de llevar  tiempo sin tocar a una mujer , para ser mas concretos , desde su muerte , y por  todos los cielos  esa abstinencia  estaba pasándole factura justo en ese momento .

Pero no podía seguir sin que ella quisiera lo mismo. ¿ Qué  sentido tendría?

Ella tragó saliva y  en su  mirada apareció la duda durante  una fracción de segundo, luego la decisión.

- Si paras te mato ángel...no puedes dejarme así ahora. No  sólo es mi cuerpo el que te reclama...-

-  ¿Eso es un si?-  No pudo evitar la sonrisa malévola que de forma inconsciente dibujaron sus labios.  Maldita fuese, su peculiar carácter no le abandonaba ni en esos momentos.

-¡ Eres un idiota!  - La reacción femenina  lo dejó sin habla y  mas duro que una piedra; de forma imperiosa , Divia  se abalanzó sobre sus labios , atrapando  lo que quedaba de la cola de caballo  con una mano e inmovilizándolo   mientras le besaba.

¡ Dios de los cielos! No la recordaba tan  dominante  ni tan salvaje.

No es Ella...es Divia...no lo olvides.

Su conciencia tenía razón, Divia era distinta pero al mismo tiempo tan similar . Iba a depositarla sobre la cama cuando ella le detuvo.

- No, por favor...déjame disfrutarte  .-

Sin entenderla, la dejó de rodillas sobre el lecho y la obedeció . De un empujón suave, ella se separó  de su cuerpo  y empezó a  pasar sus manos por la tela de cubría su pecho.

- Quiero verte... - Sonaba hambrienta y deseosa.

-  ¿No me viste bien en el salón? -  Una pregunta idiota.  A ella se le iluminó el rostro recordando el episodio en el que se conocieron.

- Oh si que te vi, pero no  de cerca ni fijándome en cada detalle. Estaba mas concentrada en disimular que me afectabas...- sonrió como una niña pequeña -  Déjame hacerlo  ahora -

Se quedó quieto  cuando sintió sus manos   retirar  su cazadora ;  no iba   a moverse ni un centímetro si ella no quería.  La chaqueta  cayó al suelo pero a él  no le importó ,  estaba mas concentrado  en sentir cada uno de sus  dedos  sobre su piel  que en el desorden  que pudieran provocar.  Sin perder tiempo, ella  después  le quitó la camiseta  sacándosela por la cabeza  sin apartar su mirada, bebiendo de cada segundo ,   dejándole bien claro que disfrutaba tanto o mas que él y eso era decir mucho;  tuvo que respirar  para no perderse  mientras ella se movía de forma perezosa desnudándolo. 

Cuando quedó con el torso desnudo, ella  empezó a besar los piercings que decoraban su piel uno a uno empezando por los de las cejas . Siseó  ante la calidez de la lengua y la boca  sobre su piel  mientras ella recorría cada una de las joyas brillantes. ¡ Jesus! Nada lo podría haber preparado para aquello,  Divia se deleitaba  recorriendo su anatomía perforada, dedicándole su tiempo, como si de un ritual se tratara.

- Deseé hacer esto nada mas los vi  ¿ te gusta? - Hacía ruiditos con su lengua y con su boca cuando se divertia degustando el sabor de la piel sensible y eso lo ponía cada vez peor, sus pantalones ya no podían contener lo que se fraguaba en su entrepierna y estaba  aplastándose contra la tela.

- Por Dios Divia, que pregunta mas...¡  Joder! -  se calló de repente  al sentir  la lengua  lamiendo su tetilla y chupando con   ganas. No podía mas, si no liberaba su  tremenda erección seguro que se le gangrenaba por muy ángel que fuera. Respiró para aguantar, él no era ninguna nenaza . -  No sé si voy a sobrevivir a esto...- Murmuró y se dio cuenta tarde que lo había dicho en voz alta.

Una sonrisa radiantemente femenina que prometía muchas cosas perversas apareció en el rostro de ella.

-  Pues imagínate cuando saboree el que corona  mi premio  ....-

 ¡Madre de Dios! ¿ esa era aquella tímida doggen que conoció semanas atrás?

Cómo si contestara a su pregunta con un enorme NO , ella le agarró por la cinturilla  del pantalón ,  le dió la vuelta de un empujón y lo lanzó sobre la cama. Ni idea de como una mujer tan pequeña había podido con su pesado cuerpo, pero su espalda se sintió rebotando contra  la superficie del colchón en  medio segundo.

-¿Prefieres el suelo? - Preguntó una mas que decidida Divia mientras desabrochaba sus pantalones y liberaba su erección;  después se los bajó dando fuertes tirones . Era una delicia verla en tan ardua tarea  completamente entregada y no podía dejar de observarla fascinado . Si hubiera respondido , seguro que hubiera emitido un gruñido, pero no pudo...se perdió cuando la mano femenina acunó su  carne , ahora dura y enhiesta y libre al fin de la prisión de sus jodidos pantalones. - mmm, no creo que lleguemos a tiempo  al suelo.  -

Dejó caer su cabeza sobre el colchón , rindiéndose ante la avalancha de sensaciones que estaban provocándole un cortocircuito cerebral,  porque en ese maldito instante a ella se le ocurrió acariciar  el piercing de la punta de su glande. Cómo lo hacía para abarcarle en toda su longitud y acariciar ese punto sensible , ni lo sabía ni le importaba,  pero estaba sintiendo las manos de la hembra por toda su henchida carne y lo estaba volviendo loco.

Joderrrrrrr, ahora agradecía mas que nunca  el haberse puesto  un piercing  justo ahí. Disfrutó  de cada una de las sensaciones que le provocaba aquella descarada mujer  hasta que sintió su  aliento cálido acercarse a la piel sensible de alrededor de la joya.

Abrió los ojos como platos.

Si ella  hacía lo mismo que había hecho en el resto de piercings, estaba perdido.

No, no iba a correrse en su boca a las primeras de cambio, su sentido del honor y su  orgullo no se lo permitían, pero  parecía que su cuerpo  estaba tomando decisiones propias sin tener en cuenta a su cerebro porque su vena estaba hinchada y sentía la tensión de sus testículos apremiándole .  Y estaba el tema de que él  era  perfecto,  y   correrse  en ese momento  sería  además desconsiderado por su parte. Por no decir patético.

Con una gran fuerza de voluntad, se sentó en la cama y apartó de su erección a una  Divia que se desconcertó y molestó;  le miró igual que  mira un niño cuando  se le quita su juguete favorito.  Con ganas de matarlo.

Tragó saliva . Seguro que  iba a recordar ese momento el resto de su vida como una de las mayores estupideces hechas.

- No voy a joder este momento corriéndome en tu  boca .- Suspiró, esperaba que ella lo entendiera pero las mujeres frustradas  eran impredecibles -  Mis amantes disfrutan tanto o mas que yo...-

A ella se le iluminaron los ojos y  el enojo pareció desvanecerse de ella.

- Eres todo un caballero, pero ¿ Y si yo quiero que lo hagas? -

Señor. Eso era lo mas erótico que una hembra le había dicho alguna vez. Y le habían dicho muchas guarradas, pero que lo dijera ella, era mil veces mas excitante que todas las perversiones alguna vez oídas.

La sonrisa lasciva del ángel iluminó su cara.

- Lo harás...deseo tu boca en cada parte de mi cuerpo. Pero eso será...- de un movimiento, la tuvo debajo de su cuerpo , atrapada con las manos sobre su cabeza y su aliento en su cuello - después de que yo me haya ocupado de tí - 


Continuará....






2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. buff! cierto! pues creo que va a incrementarse la temperatura ;)

      Gracias por coemntar Susana!

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