domingo, 16 de febrero de 2014

La cazadora y el dolophomos. Capítulo 18 .Reencuentro .





Mirando a la cabeza desplazada del cuerpo,  Deimos apenas notó la maldición de Phobos. Sonrió fríamente al mirar su obra,los intestinos andaban colgando en la rama de un árbol, el estómago arrancado y dividido en dos cerca del cuerpo y la cabeza estaba en su espada como trofeo. 

Miró los ojos muertos de su víctima queriendo que fuesen  otros los que murieran.

Una semana....una maldita semana . 

Su sangre hervía de solo recordar lo inútil y desesperado que se sintió el día que no pudo siquiera avanzar más allá de las puertas de Azmodea.

No podía creer que con Jericho, Delphine, Zarek, Madoc e incluso Acheron de su lado, no pudieron hacer nada para regresar o saber que pasó exactamente. 

Un poder que ellos no habían enfrentado nunca y ,que por razones obvias, dejaba en rídiculo incluso el poder "todopoderoso" del abuelo Zeus,  los había expulsado del infierno de Noir y Azura.

Exasperado tiro la cabeza contra el tronco de un árbol y comenzó a caminar hacía donde iban a encontrarse con sus hermanos.

"No tengo idea que paso Deimos" Acheron se veía afectado cuando admitió eso "Hay poderes que ninguno puede manejar" Solo había dicho eso,¡ maldita sea! Nadie sabía que había sucedido y , no es que no lo hubieran intentado. De hecho sabía que había sido medio brusco cuándo estrelló una silla contra una pared pero , para defensa de los que estaban alrededor, nadie se inmutó ni dijo nada. Lo entendían.

En pocos minutos estaban todos reunidos en el punto de encuentro: Phobos, Larissa, Simón, Drakon, Eleni y Alecko.

- Eso fue todo por ahora, tienen su tiempo para hacer lo que quieran -


Phobos tenía ganas de golpear a su gemelo, estaba comportándose como un verdadero idiota.

Él estaba cabreado y confundido también, nadie entendía lo que había pasado pero estaba arriesgándose a exponer lo que estaba pasando entre él y la cazadora. Iba a golpearlo mucho cuándo estuvieran solos.

- Estas muy sangriento hermano-

Phobos se fijó en su media hermana y frunció el ceño ¿por qué se lamía los labios así?  Se estremeció al siquiera pensar en lo que podía ser por lo que descartó toda mala idea y , sobretodo, ni siquiera quiso entrar en su mente.

Todos fueron desapareciendo, hasta que solo quedaron ellos tres .

- Puedes irte Larissa -
Los ojos de la mujer se fijaron en él, como si recién notara que estaba ahí. Ella sonrío y le mandó un beso con la mano a su gemelo antes de irse.

 Ascooooo

Deimos frunció el ceño ante la actitud de Larissa ¿qué le pasaba? Nunca fue cariñosa. Descartó enseguida eso y miró alrededor buscando algo más que matar sólo que sintió un golpe en su cabeza, uno fuerte que lo hizo ponerse de rodillas.

- ¿qué mierda haces?-
Phobos estaba cruzado de brazos mirando a su gemelo.

- ¿qué hago? Tratando de que entres en razón. ¿no ves lo qué haces ? -
 Señaló la cacería que dejó detrás de él.

- Somos sanguinarios, despiadados y fríos a la hora de matar pero lo tuyo ya raya la locura. Van a empezar a hacer preguntas tarado y ¿qué vas a decirles? ¿qué va a pasar si nuestra madre se le ocurre echarle la culpa a Ares y vaya a enfrentarlo? ¿Crees que él mantendrá la boca cerrada?-
Deimos miró a Phobos sorprendido, pocas veces gritaba y el muy condenado volvía a tener razón.

Mirando el panorama,  se maldijo y utilizó sus poderes para limpiar el desastre. No iba a admitir que se equivocó delante de su gemelo, aunque el limpiar creía que ya era una admisión.

- Necesito saber algo Phobos, me estoy volviendo loco -
Phobos suspiró y pateó una piedra del piso.

- Eso puedo verlo pero actuando sin pensar no es la solución, debemos ser más astutos Deimos y averiguar todo lo que podamos. Despeja tu cabeza hermano, úsala para salvar lo que queda de tu alma. -



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Jaden jadeó al sentir sus extremidades doloridas. Noir y Azura estaban cabreados, todo se  había echado a perder y se encargaron de hacer que él lo sintiera en su piel. Hijos de re mil putas. Pero como lo disfrutó, se dio el lujo de reírse, burlarse y hasta sentir la frustración de esos dos. Incluso habían peleado entre ellos. 

Sonriendo con un poco de sangre en los labios,  agradeció que por fin alguien  hubiera optado por la solución más sensata, la mejor.  


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Larissa miraba a la mujer desde lejos.

Cuándo se había enterado de que Deimos estaba con alguien,  se imaginó a una mujer blanca, una mortal pero lo que estaba mirando ahora era totalmente distinto a sus imaginaciones. Era hermosa pero su piel era oscura, de alguna forma tenía su encanto aunque no podía entender como había atrapado a uno de los dioses griegos más codiciados.

Cuándo Zeus había convocado a Alecko, Tisífoné y Megair a ninguno le llamó la atención. 

Hasta que las furias que  los habían reunido,  les exigieron saber si Deimos salía con una Dark Hunters, por supuesto que los gemelos no estaban presentes por lo que todos se quedaron con la duda...menos ella, quería conocer a la dama en cuestión.

No le llevó mucho tiempo contactarla, ella estaba buscando a Deimos pero no lo obtendría. Antes la sacaba del medio.

Hacía años que estaba planeando esto y no iba a perder todos sus planes solo porque una maldita negra se atravesó en el camino de uno de los líderes de los dolophonis y lo calentó.

- Deja en paz a Deimos -

Janice se dió la  vuelta despacio ante una voz femenina desconocida. Delante de ella había una mujer alta, muy blanca...su piel parecía de porcelana. Aunque su actitud era de guerrera, lo que la hizo tensarse. Tenía el aspecto de un ángel pero apostaba a que sabía como inflingirte mucho dolor.

- No tengo idea de lo que estás hablando -
Larissa odiaba la seguridad y tranquilidad de la mujer pero antes de poder decir algo aparecieron las Furias.

La madre y  tías  de Larissa miraron a la tal Janice de arriba a abajo. 

- Debo admitir que eres una mujer hermosa - la voz de Alecko sonó demasiado suave y admirada.

- Tu hijo no se acostaría con un monstruo Alecko - la voz de Megair sonó algo burlona -  Aunque es un problema también - Su vista se desvió hacía su hija Larissa -  Vas a tener que soportar algunas amantes querida, es parte de los que los dioses griegos somos. -

Su hija la miró enojada .

- Claro que no, menos ella -
  hizo un signo despectivo hacía Janice -  Deimos va a ser mi esposo y solo mío ¿ acaso crees que quiere compartir semejante dios? -

Janice hizo una mueca al escuchar la conversación.

No sólo estaban tomando desiciones por ella sino que además estaban en favor del incesto, en caso de que ella hubiera supuesto bien y las tres mujeres que habían aparecido de la nada fueran las furias. Y la pretendiente de Deimos fuese una de sus hermanas o media hermana, o lo que fuera.

Aunque lo que más le preocupaba era que su Dios lo aceptara. Se había repetido hasta el cansancio que no era culpa de él que ella se hubiera enamorado.
Eso era algo que la dejaba en clara desventaja, ella no había querido hacerlo pero no tenía oportunidad con él.

Deimos era perfecto como era y era imposible no sentir cosas.

Saliendo de sus pensamientos deprimentes,  carraspeó llamando la atención de las cuatro mujeres 

- No tengo idea que es lo que desean pero deberán disculparme, tengo trabajo que hacer.-

Cuándo iba a dar un paso vió como la que llamaban Larissa hizo aparecer  algo y levantó una espada para poder golpearla con ella. Janice estiró su mano y su propia espada apareció en ella, su nuevo trabajo tenía cualidades muy buenas.  

- Yo que ustedes no molesto a Janice -

Jan se sorprendió escuchar a Acheron. Girándo la cabeza , lo vio venir caminando tranquilamente y pararse a su lado

- Ella ya no es una cazadora oscura y , su nuevo jefe, no estará muy contento con ustedes

Miró sorprendida a Acheron ¿cómo sabía?

- Es cierto, ella tiene alma - La voz de la única mujer que estuvo callada se escucho e hizo que Jan la mirara.

- No puede ser Zeus y Ares dijeron....-

- No importa lo que dijeron Larissa...la tiene y hay algo más en ella, sólo que no puedo verlo- Alecko entrecerró los ojos como si eso la ayudara a averiguar que era ella ahora.

Janice reprimió una sonrisa, les iba a resultar algo difícil verlo. 

- No importa lo que ella sea o deje de ser,  Deimos va a casarse con Larissa y tener hijos con ella, así como Phobos deberá elegir una esposa entre nuestras hijas para engendrar guerreros fuertes y valientes como ellos por lo que tú -  Megair señaló a Jan con el dedo -  Retírate de su camino si no quieres que tus sueños se llenen de pesadillas y tu vida sea atormentada por las Furias eternamente-

- Vaya, nos vamos una semana y ya nos tienen prometidos y con hijos,  hermano-

Acheron sonrió mientras Deimos y Phobos se sumaban al grupo.

Todavía estaba evaluando la posibilidad de poner varias cámaras de videos para venderle la idea a algún empresario de novelas latinas.


Continuará....

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