lunes, 28 de octubre de 2013

Despliega tus alas 12. No llueve eternamente







Elevó la vista al cielo nocturno y pequeñas gotas empezaron a caer sobre su rostro. Sonrió a la noche. Que poético. Él en el tejado de una mansión gótica   y la noche brindándole  aquello que anhelaba. Lluvia redentora, o así la querían llamar muchos de  los que creían en él, su padre y sus infinitos hermanos. Redención, que hermosa palabra y tan manipulada al antojo de muchos. Se miró a sí mismo y tuvo una especie de Deja Vu. ¿ A que le recordaba a él esa escena? Ah si, a esa maravillosa película que los humanos no valoraban lo suficiente, " El cuervo". Un ángel vengador .

Volvió de nuevo su atención a lo que acunaba entre sus brazos y sonrió otra vez.

Su chica. ¿ que  mujer le pondría ese nombre a una guitarra? Muchos pensarían que una amante de las mujeres. Sonrío haciendo una mueca,eso sí que tenía  gracia. Divia era de todo menos una amante de las mujeres. Acarició las curvas del instrumento y de repente no supo muy bien porqué lo estaba haciendo .Suspiró en alto mirando de nuevo al cielo, ahora sí con el rostro bien mojado, la lluvia estaba empezando a cobrar fuerza.

Divia. Divia.Divia.



Intuía lo que podría estar sucediendo allá abajo, en la parte trasera de la mansión , en la habitación que él había dejado apresuradamente ante la llegada del chico, pero no quería saberlo. La ironía era patente. Él sin querer saber algo. Eso era inaudito y extraño. La pregunta era   ¿Porqué no quería saberlo ? Por supuesto que sabía la respuesta, no sería él si no la supiera. El problema era aceptarla.

La doggen le hacía despertar sentimientos largamente dormidos, cosas que creía enterradas en aquel cementerio donde descansaba Ella. De nada le servía el  dedirse  a sí mismo que nada de aquello era real y que todo era por culpa del exceso de entusiasmo de la chica hacia él, o que todo era por culpa de calzar un cuerpo mortal.Intentar  autoconvencerse no estaba funcionando.   Seguía pensando en ella y eso le jodía.Quería sacársela de la cabeza pero no lo conseguía. Y maldita fuese, la hembra le gustaba  y no se merecía todo aquello. No se merecía que alguien  como él le  rompiera el corazón...porque al final lo haría si decidia dejarse llevar por aquellos juegos de la carne. Él no podía darle lo que ella quería, pero tampoco podía dejarla marchar. La excusa de que él podía ser su guía...le estaba quedando pequeña y cada día era menos convincente .

Echó un vistazo a la mansión con su radar nuevamente abierto  y sondeó la casa en un vano intento de ocupar su mente en otra cosa.

Todo como siempre.

Los hermanos listos para salir por  la puerta y continuar con su guerra particular contra los hijos del Omega.  Sus hembras suspirando por sus partidas, pero  conservando la  fortaleza y la entereza  . El rey y la reina de nuevo en su dormitorio  practicando para la necesidad de Beth. Eso sí que le hizo sonreír con ganas. El pobre rey no tenía ni una maldita oportunidad ante su hembra. Ella era la que llevaba los reales pantalones y  por consiguiente, la corona.  El pobre  Wrath se autoconvencía cada  noche de que nunca dejaría embarazada a Beth pero el ángel  sabia a ciencia cierta que sí lo haría. La vampira nunca había perdido una batalla contra el rey, y esa no sería la primera.  Aunque no hubiese visto el futuro, cualquier idiota podía ver que era una guerra perdida de antemano  para el rey vampiro.

Dejó a la pareja real entre sábanas de seda  y su atención se dirigió  hacia su amigo, el malhablado y taciturno Tohr. Bueno, ahora no tan  taciturno, volvía a ser el vampiro noble que era.

Tohr estaba ultimando detalles con sus chicos y él prefería mantenerse alejado de él en esos momentos. No es que no le preocupara el estado de su colega, si que lo hacía, pero Tohr era mayorcito y sabía cuidarse gracias al cielo y porqué no reconocerlo, a él mismo. Tohr volvía a ser  el Tohr de siempre y eso era una medalla en su expediente angélico que valía su peso en oro y diamantes. Y resultaba que ambos tenían una conexión psíquica que le permitía el  lujo de estar lejos de su amigo. Cuando Tohr le necesitaba, él lo sabía. Y allí aparecía. En cualquier momento, en cualquier lugar. Ventajas de haber recuperado su estatus , sus alas. Como caído, tenia sus limitaciones, ahora...bueno, ahora también las tenia por que había preferido quedarse en ese plano que en el que realmente quería estar.

Y todo por los sentimientos, por los putos y malditos sentimientos. Eso que hacía que se te encogiera el corazón de vez en cuando y que tu cerebro se quedara  cortocircuitado...esos que te jodían por entero pero que  al mismo tiempo te hacían sentir vivo.Sentimientos por seres de carne y hueso que hacían  que tu vida tuviera algo de sentido y diversión.

Acarició de nuevo las cuerdas y se lamió los labios pensando en las posibilidades musicales del instrumento. ¿ Cuanto hacía que no tocaba? Ummm, mucho tiempo.  Y las arpas no contaban ¿ años? Mas. La guerra y la batalla no le habían dado mucho cuartel y muchísimo menos tiempo para disfrutar de las artes que no fueran marciales.

La primera cuerda ofreció un tono bajo cuando él la hizo vibrar. Se relajó y extendió su especie de mhis   a su alrededor. Una ilusión  que se tragaría su imagen y su sonido, cualquier tipo de vibración molecular . No quería   hacer  saltar las alarmas que el maldito y previsible Vishous había instalado en el tejado solo con el objetivo de joderle. Aun no había conseguido que el maldito vampiro le dijera donde estaban sus cadenas,  pero algún día lo conseguiría. Tampoco  quería que apareciera la caballería vampira armada cuando estuviera en medio de un magnifico éxtasis musical. Al que seguro llegaría , todo el mundo sabía que él era muy bueno en cualquier cosa que se propusiera hacer.

Éxtasis. Divia.

Dos palabras que se le unieron en la cabeza y que le hicieron apretar con fuerza la mandíbula . Ni de coña.

¿ en que estaba pensando ?   En Divia, como no. Se regañó por centésima vez a sí mismo. No podía permitirse el lujo  pensar mas en ella. Un nudo en su pecho se formaba cada vez que lo hacía...de una forma que no podía ser. El beso que le había dado hacia unos momentos lo había dejado K.O. Si, literalmente KO porque lo que había querido hacer él en aquel momento no había sido quedarse quieto ...había querido hacer otras cosas innombrables y todas negadas para alguien como él.  Los dedos se detuvieron ante aquel pensamiento.   ¿ que era él por Dios?  ¿Un salvaje, un animal? Mmm, quizá hacía años se permitió serlo y ceder ante los impulsos de la pasión, del amor...pero todo aquello había quedado atrás.

 Con Ella. 

Hacía ya tiempo que tampoco pensaba en ella. Y se sintió culpable.  Divia estaba ocupando sus pensamientos cuando Ella debería hacerlo. Se regodeó en el dolor de la pérdida, en el recuerdo de aquella a la que había amado y que nunca mas  tendría . De la única a la que consideró suya. Por eso lo de Divia no podía ser mas que un jodido espejismo y  el resultado de estar viviendo demasiado en este plano.

Abrió los ojos y sonrió burlándose de si mismo. Maldito destino.Ahora entendía perfectamente  lo que el pobre Tohrment había sentido al  tener a Autumm cerca. Jamás se lo diría por supuesto,tenía una reputación que mantener.  Jamás le diría a su mejor amigo  lo patético que  él mismo estaba resultando en esos momentos . Divia despertaba en el sentimientos que  le hacían sentirse vil y asqueado , traidor a su memoria.

Decidió dejar de lastimarse interiormente y  aplicarse a sí mismo   sus propios consejos, aquellos  que daba una y otra vez a sus pupilos, cuando los tenía. Respiró profundo y  se dejó llevar...podía exteriorizar de alguna manera toda la mierda que tenía dentro  ¿no.? La pena y todo eso. Y la música era un catártico tan bueno como cualquiera. Después podría seguir como si no hubiera sucedido nada y volver a ser el grano en el culo de todo el mundo de siempre.







Sus manos cobraron vida solas y continuaron acariciando las cuerdas, saliendo de ella sonidos que reconoció. Y pronto todo se convirtió  no  en sólo notas, si no una melodía.  Vale, él no era un  artista, solo imitaba y ese tema y la puñetera película eran de sus favoritas.  Y eran perfectos para el momento.

Aun dolía, aun dolía sentir su perdida. Daba igual el tiempo transcurrido, Dolía. Y no quería traicionar ese sentimiento ni a ella. Se había acostumbrado  al dolor  y ahora lo necesitaba como el respirar mismo. El dolor en cierta manera le hacía sentir vivo, que aun podía sentir  y no convertirse en lo que sus hermanos eran,   fríos y regios, distantes y petulantes.


No, no y mil veces No.


De repente el tiempo dejó de existir y sus dedos y sus manos vagaron arriba y abajo del mástil, hasta que perdió la noción y consciencia de lo que hacía.







Cuando se levantó  lleno de una rabia que no sabia que existiese dentro de él,  una voz sonó a su espalda e hizo que se  quedara helado.

- Ni se te ocurra  rompérsela o te azotaré. Ella no se lo merece -

Giró sobre sí mismo para enfrentar a la dueña de aquella  sugerente pero autoritaria voz.

-  ¿ Azotarme? Después de tanto tiempo es lo primero que se te ocurre decirme cuando apareces ante mi. -

La figura entonces se hizo visible y le sonrió , y él sabia perfectamente que se estaba burlando de él con aquella sonrisa.

- Solo quería llamar tu atención. Y lo he conseguido . Deja el instrumento,en el suelo. Ahora.-

- Demasiado autoritaria. Sigues dándome ordenes y sabes que disfruto desobedeciéndolas.-

La figura se encogió de hombros. Ahora era ya mas nítida. Y él apretó los dientes. Seguía siendo tan hermosa como siempre, una hermosura que le hacía daño.

- Si, lo sé...pero no estoy pensando en ti en este momento. Estoy pensando en ella, en la dueña y en lo mucho que la decepcionarías si lo hicieras. Le prometiste cuidarla -

Él se paso la mano por el pelo y respiro profundamente. Tenia razón, le había prometido algo a Divia y había estado a punto de romper su promesa, solo por haber perdido los putos nervios. Dejó el instrumento en el suelo, con suavidad.  Cuando levantó el rostro, encaró a la hembra.

-  No sabía que te preocupara el disgusto de una simple mortal   por su guitarra. Ah no,  debe ser  que te preocupas por mi. - Puso cara de horror luego se burló de nuevo - Ah no, eso  es aún mas imposible.  - No le dio tiempo a replicarle, ¿ para qué? Mejor un buen ataque- ¿ Y bien ? ¿ a que debo el placer? Es solo una pregunta retórica, lo sabes. Odio ver tu cara y tu rostro-

- Lo sé, te recuerda a ella. Pero es el que tengo .Podría aparecer en mi forma etérea pero prefiero hacerlo en  esta cuando accedo a este plano. -  En la respuesta estaba implícito el mensaje " y lo hago porque sé que te molesta" pero ella  en teoría estaba por encima de ese tipo de sentimientos ¿ verdad?. Si  por causalidad a la hembra  le afectaba algo de lo que decía el ángel, lo disimulaba muy bien porque su marmóreo rostro no parecía  alterarse. Incluso cuando hablaba sus labios no parecían moverse.

- No has respondido aun a la pregunta-

- Mmm...con esos modales, estoy tentada de no  hacerlo.-Avanzó un paso hacia él y  los bordes de la túnica blanca  que llevaba, se arremolinaron contra sus piernas . La lluvía seguía cayendo.

- Y volvemos al mismo juego de siempre. Déjame en paz de una vez. Nada en el universo te da  derecho a joderme la existencia cada vez que apareces-

Él dio un paso hacia atrás cuando ella avanzó acortando la distancia entre ellos. El parecido con su mujer le afectaba aunque se esforzara en negarlo, y no podía estar cerca de ella. Ella sonrió  otra vez burlándose de él.

- Créeme que si quisiera joderte estarías ya empalado en esa pararrayos que tienes en frente. Así que recuerda tus modales cuando te dirijas a mi. Estoy por encima de ti y lo sabes y aún así,  sigues siendo un maldito insolente-

El ángel ni se molestó en ocultar la mueca de satisfacción  que apareció en su cara. Luego  se rió bien fuerte. - Que lenguaje, por Dios. Pareces yo. Eso no le gustará al gran jefe.-

Ella apretó los dientes y pareció intentar  contenerse apretando los puños. Durante un milisegundo alguna emoción indefinida  parecía que se dibujaba en su gesto, pero no. Su pétrea apariencia volvió a instaurarse en el  rostro, volviendo de nuevo a la apariencia de los de su clase.

- Siempre consigues sacarme de mis casillas ángel.- deliberadamente no le llamaba nunca por su nombre, y él lo agradecía. No quería familiaridades con ella.

-Si, es un Don que tengo. Lo exploto cada vez que tengo oportunidad.-La figura cruzó sus manos por delante esbozando una atípica sonrisa.

- Me gustas tanto como yo a ti, así que hagamos esto fácil. No he venido por gusto, he sido enviada-

El  entrecerró los ojos, incrédulo y desconfiado. No daba un centavo por nada en el mundo, y por los envíos de sus superiores, menos.

- ¿ Enviada para que? Para...-

- Antes de que pronuncies palabras de las que  te vas a arrepentir después,  piensa antes de abrir  la boca.  He . sido . enviada.  Así que imagínate por quien. ¿ Por qué? No lo se, yo no hago preguntas.  Se me ha encomendado darte un mensaje y te lo daré. Fin de la historia. Puedes seguir insultándome, o hacer lo que te plazca...sabes que cumpliré mi tarea  te guste o no.-

- ¿ Porque te envían a ti? ¿ Que pasa con el canal habitual?  ¿Mi   móvil celestial  está   apagado o  fuera de cobertura y yo no me he enterado?  - La figura femenina sonrió de lado.

- ¿ Que parte de  "yo no hago preguntas"  no has entendido? Creía que como ángel hablabas todos los idiomas existentes-  ¿ Era aquello una pequeña sonrisa  burlona en su rostro? El ángel estuvo a punto de saltar de alegría y preguntarle despóticamente en voz alta si eso era un chiste, pero se abstuvo.  Quería terminar con todo aquello lo mas rápido posible.Darle cuerda no era una opción en ese momento para él.  Por mucho que le atrayera una batalla dialéctica con ella, quería aún mas perderla de vista. Ella prosiguió con su discurso.

 -Yo no pregunto ni dudo, sigo las ordenes y hago mi trabajo. Como tiene que ser. Solo los que son como tu se les ocurre no hacerlo, por eso caéis uno tras otro- Desprecio era poco lo que se desprendía de esa frase. El bufó exasperado. Esta maldita conversación la había tenido mil veces y no quería volver a tenerla.

- Habla ya, di lo que tengas que decir y márchate. Quiero bajar a  darme un baño caliente porque estoy como ves,  calado hasta los huesos...-

La lluvia torrencial estaba empapándolos a los dos pero ninguno hacia mención alguna de notarlo.De hecho, cuando él se fijó, se percató que ella seguía seca. Maldita tramposa. La lluvia de repente cesó. El hizo una mueca desagrado.

- Deja de controlar el clima, no es natural.-

- No controlo el clima, solo he puesto un pequeño " paraguas" sobre nosotros.- Se encogió de hombros y volvió de nuevo a llover. Ella seguía seca y sin una gota de lluvia que la manchara.

- ¡Habla ya!-  Ella respiró profundamente como si estuviera distraida. Y el se exasperó aun mas.Que distinta era de su hermana. Al final ella abrió la boca.

- ¿ Porque crees que te enviaron a Tohrment? ¿ Porque crees que nuestro amado padre te dio una oportunidad de ese tipo...con un vampiro como él? -

El no movió un solo músculo para responder. No, iba a tener que ser ella la que terminara de hablar de una maldita vez porque el si abría la boca,  empezaría  a soltar sapos y culebras. ¿ La habían mandado a ella para que lo controlara y vigilara? Eso era una broma cruel.  En ese momento entendió la reticencia de la doggen con el tema de su  intimididad. Ahora se sentía malditamente expuesto ante uno de los seres que mas aborrecía.

- Ilumíname, maestra Jedi-

Ella solo entrecerró los ojos intentando aparentar que la burla no le afectaba. Pero él sabia que sus comentarios siempre  conseguían sacarla de quicio.

- No tolero faltas de respeto  ángel , pero quiero terminar con esto ya. Se te envió a Tohrment para que aprendieras , para que aprendieras...no solo una lección. Tenías  que ver que puede superarse una perdida.-

El ángel se  mordió la lengua muy, muy fuerte. ¿ Cómo se atrevían allá arriba a meterse en sus asuntos privados?

- El padre te ama como a los demás , y siente amor por ti.  No lo entiendo , pero no lo discuto. Aprueba todo tipo  de amor como bien sabes. El amor es el motor del mundo , es la energía básica de la existencia misma y tu dejaste de sentirlo  por decisión propia  hace mucho tiempo.  De hecho estas cerrándote  a él y eso no es natural-

 El ángel apretó los puños. Ella vió su reacción y suspiró frustrada.

- No lo ves y eso es triste. Que no pudieras disfrutar  de ella  el tiempo  suficiente no quiere decir que debas cerrarte a la posibilidad de amar ya que has elegido una existencia de este tipo en este plano-

- ¡Que sabrás tu de amor! - Se corrigió enseguida. -  ¿ Que sabrás tu de ese tipo de amor.?  Te mantienes por encima de él. Solo amas al padre y  al deber...y a...-  ¿Estaba tartamudeando?La suerte hizo que ella decidiera interrumpirlo.

- Ella se fue. Fue doloroso, sí. Todos la recordamos. Pero...- bufó como si le costara decir aquellas palabras. Después de oírlas el ángel tuvo bien claro que sí, que le había costado pronunciarlas-...  tu mereces mas que una existencia solitaria en el mundo terrenal, una que te aleja del camino de la luz.  No estás preparado aun para ascender con el resto y lo entendemos, pero no puedes negarte a amar de esa manera. Te estas apartando del camino que te enseñaron y haciéndote mas daño del que crees. Sabes que ella no hubiera querido esto-

- ¿ que sabrás tu de lo que ella quería ? ¡No hiciste nada! ¡Nada por ella!-

La tristeza tiñó aquellos ojos claros que le observaban , pero fue tan solo un destello. La calma sólo salió de su boca.

- No te cierres a lo que  está pasando , a lo que está ocurriendo. La doggen...- ella se mordió el labio, como conteniendo algo. Algo que no podía decir. A él esas cosas nunca  le pasaban desapercibidas. Era muy bueno con la naturaleza  de las personas, y mas bueno con aquello que se esforzaban en esconder.

- ¿ Qué es lo que no dices?

La hembra miró a un lado como queriendo evitar la situación , luego al cielo y exhaló un largo suspiro.

- Voy a ser castigada por esto, pero no soporto verte de esta manera, aunque no lo creas. Y tampoco soporto que no le vayas a dar una segunda oportunidad. La amé tanto como la amaste tu y deseo que sea feliz de nuevo-

Al ángel los pelos se le pusieron como escarpias Y un frío le recorrió la columna.

- ¿ De que estas hablando?-

-  Hasta ahora ha estado velado para tí, a partir de ahora ya no lo estará. Mira bien en Divia. - Ella cerró los ojos y susurró unas simples palabras en su  propio lenguaje. Ignoraba la naturaleza de aquel cántico, había niveles a los cuales él no había llegado. - Mira bien a la doggen cuando vuelvas a verla y entonces me entenderás.Y no juzgues a nuestro padre, sabes que su sabiduría es infinita -

El viento de repente arreció   y  ella desapareció ante sus ojos sin  dejarle apenas pestañear. Un susurro femenino se oyó.

- No llueve eternamente ángel...- Y la lluvia se detuvo de repente a su alrededor.


Continuará....

1 comentario:

  1. La publicacion de este capítulo me llenó de dudas. Pero tambien de alegrías porque por fin la historia por fin tomo forma. Espero que lo disfruten.

    Saludos.

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