sábado, 19 de octubre de 2013

La cazadora y el dolophonos. Capitulo 2. Encuentro .2



Janice saludó al escudero que apareció minutos después. Como uno de los detectives del área.  David debía estar informado si se encontraba algún cuerpo que fuera Daimon transformado o humano.

- Estos daimons eran comunes pero dejaron tres cuerpos - sacando su celular él señaló las calles y la intersección del callejón.

- Pero si es la linda Janice - Suspirando la cazadora se dió vuelta para ver al aspirante de escudero, José. Era de herencia latino aunque hubiera nacido en New Orleans. Con pelo oscuro, piel trigueña, cuerpo de atleta y una sonrisa que podía conquistar cualquier chica , era una tremenda carga, y por alguna extraña razón,  creía que estaba enamorado de ella.

- Hola José…bien David sigo mi camino, si encuentro algo más te aviso -Dispuesta a escapar de ahí pero fue interceptada por el muchacho

- Enseguida te alcanzo David -

El nombrado sonrío divertido:- te gusta que te pateen muchacho -

- Pero si esta linda señorita no haría eso - su mirada volvió a la cazadora quien suspiraba cansadamente.

- Si no te apartas de mi camino sí. José, conoces las reglas, déjame pasar - Haciendo caso omiso el chico la miró atentamente



- Las conozco y sé que no puedes salir con escuderos y tampoco con humanos….soy humano pero conozco tu mundo, y no soy escudero todavía así que podríamos arreglar eso -

- Entiéndelo José no va a pasar nada entre ambos, estoy contenta como estoy y no tengo interés alguno en relaciones…suficiente problemas me dio la ultima así que hazme el favor y sal de mi camino - No iba a hacerle nada, de verdad que no, pero cuando el chico la agarró del brazo con claras intenciones de sobrepasar su espacio personal, no tuvo mas remedio que agarrar su brazo y tirárselo para atrás de forma que quedo arrodillado contra el piso . - No quiero herirte José así que mejor déjame en paz -

- Escuchaste a la dama chico, acepta un no por respuesta si eres un caballero - Deimos caminaba perezosamente hacia ellos. La escena de cómo ella se defendió,  lo había decidido más a conocerla. No todos los días podías conocer a una guerrera femenina de esta envergadura.

El chico era el típico niño bonito latino pero muy orgulloso también, se notaba que estaba decidido a ponerle las manos encima a la morena pero lamentablemente él tendría ese honor. La mujer  soltó al muchacho mirándolo de reojo.El chico se dio vuelta y le hizo un gesto, ella solo apretó los puños absteniéndose de hacerle algo, seguramente para verlo como se iba.

Deimos la miró de arriba abajo ahora que la tenía de frente y el abrigo de cuero se abría mostrándole parte de ese cuerpo. Además de ser una mujer afroamericana hermosa, tenía un cuerpo infartante y armas…oh si…eso era lo mejor, guerrera y buena ¿qué mas podía pedir? Subiendo su vista a su cara antes que lo mirara, le dió la  mejor sonrisa que tenía. Estaba decidido a tenerla aunque tuviera que utilizar el método de los Skotos y entrar en sus sueños.


No podía creer los obstinado y ciego que se podía volver un humano por un capricho, porque estaba segura que eso era lo único que sentía ese chico…capricho. Apretando los puños evito darle una buena trompada cuando le tiró un beso y le articuló “llámame” con los labios. Definitivamente necesitaba una buena paliza para que comprendiera lo que era la palabra "no".

Pero una vez que puso los ojos en el extraño olvido lo demás. Era alto y musculoso, tenía rasgos duros. Vestido de cuero negro estaba para comérselo, pero preferiría dejar esos pensamientos en privado. Había experimentado mucho sexo esporádico en su vida y no estaba segura que con este hombre las cosas fueran tan sencillas.

Sin ánimos de hablar y mucho menos que su libido se saliera completamente fuera de control,  se dió la vuelta para irse,  pero una mano en su brazo la detuvo.

- Espera -  Deimos estaba impresionado por como ella simplemente se estaba yendo. Estaba seguro que había visto deseo en sus ojos pero aún así,  estaba pasando de largo. No quiso inmiscuirse en su mente, sería demasiado fácil. Solo quería poder conquistarla, probar si era tan ardiente estando desnuda en sus brazos y poder sacarse la locura momentánea que le representaba.

Como acto reflejo Janice se dió vuelta y agarró la mano doblándosela, pero para su sorpresa se movió junto con ella haciendo que quedara de espaldas pegada a él y con su brazo en el cuello. Esto era humillante

- Tranquila no iba a hacerte nada - esa voz volvió a hacerla estremecer , cosa que era una locura porque en este momento estaba enojada, o lo intentaba

- entonces suéltame -

- prométeme que serás buena - tenía que alejarse de él ahora.

- lo prometo -Ni bien las palabras salieron de su boca,  fue libre .Frotándose la muñeca se dió vuelta para enfrentarlo nuevamente - lo siento pero cuando me agarran de atrás suelo reaccionar -

La sonrisa de él fue algo que la puso nerviosa. Ponía  caos sus emociones y eso no le gustaba, Siempre había sido controlada. Todo racional,  nada sentimental. Era su promesa desde que renació a esta vida pero este hombre parecía que tenía el poder de hacerle perder la cabeza y,a lo mejor, mucho más que eso.

La cercanía de ella lo había puesto más deseoso por su cuerpo, ese cuerpo suave y firme a la vez. La fuerza y naturalidad con la que se defendía, le decía que había nacido para una vida dura. Una vida que a la mayoría de las mujeres asustaba. Tenía curiosidad de saber porque a ella no. Sonriendo, le tendió la mano.

- Me llamo Deimos -

Miró su mano como si tuviera garrapatas por lo que tuvo que hacer un esfuerzo muy grande en no reírse, pero luego de un momento tomo su mano

- Janice y lamento si soy descortés pero debo irme -

Todavía quería irse. Solo había dos posibilidades para su indiferencia: que estuviera ocultando algo o que fuera lesbiana, lo cual seria una lástima,  porque de seguro él no tenia nada malo. No podía concebir que no le atrajera ni un poco.

Decidido a vercomo conseguía que se  quedara y sin soltar su mano,  comenzó a entrar en su mente, pero algo lo desconcentró. Un ruido y por la forma en que ella se acercó a él mientras sacaba una daga,  sabía que no era una pareja retozando en la oscuridad.

No podía creer que justamente ella estuviera haciendo esto.Se acercó a Deimos como si fueran íntimos y paso una de sus manos por su cintura

- Quédate quieto, cuando te diga,  debes irte de aquí - susurró en su oído, sintiendo como su mano agarraba su cintura y la pegaba a él. Se lamió los labios cerrando los ojos, durante  solo un minutos se imagióo poder estar con él piel con piel

- Me quedaré, no soy de los que huyen - sintió como unos dientes rozaban el lóbulo de su oreja

- no hagas eso - susurrando apoyo sus manos en su pecho firme y bien formado intentando moverlo pero solo consiguió que la tomara con ambas manos y la pegara más a él

- eres tu la que debe irse , o podemos irnos los dos de aquí -

Ese era el problema, no podía. Eran daimons y no cualquiera…eran los transformados y por lo que veía,  venían a divertirse al club donde Deimos había dejado a las humanas. Armándose de valentía lo miró a los ojos

- no puedo, no soy de las que huyen - la sonrisa de él fue malvada y eso la encendió, definitivamente estaba volviéndose loca.


Continuará....

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