Viene de parte 10
- ¿ De qué quieres hablar? -
Pregunto Divia a un Tom un tanto inquieto . Y al mismo tiempo despedía un aura ...que ella no había percibido antes. Su mirada estaba distinta. Mas oscura.El chico se paseó un poco por su habitacion, todo un logro porque era mas bien pequeña . Al final quedó frente a ella, mirándola. Despedía un aroma que ella no había olido antes en él, algo...embriagador que le saturó los sentidos . El ángel tenía razón al haber dicho que ella no se había dado cuenta de muchas cosas de Tom.
- De lo que ha pasado antes, Divia. No quiero que pienses que...-
- Tom, yo no quiero pensar nada. Prefiero no hacerlo- Ella se encogió de hombros- Cuando lo hago, la cago y no quiero volver a equivocarme contigo-
El chico la miraba con los ojos abiertos frunciendo el ceño, como si no estuviera oyendo bien. Se pasó la mano por los mechones de pelo que le caían fuera de la cola de caballo, y preguntó con curiosidad.- ¿ crees que te equivocaste? ¿ porqué? -
Divia respiró profundamente y no creyó que estando de pie, la conversación fuese a mejor.
- Siéntate Tom, creo que es mejor que estemos cómodos y no de pie mirándonos el uno al otro.Me inquietas -
Tom asintió y echó un vistazo para buscar un lugar en el que sentarse. La silla de Divia estaba llena de ropa amontonada y ella hizo una mueca disculpándose por el desorden. Le señaló con la mano la cama, invitándolo a sentarse allí . Se sentaron el uno frente al otro, con las piernas cruzadas , después de descalzarse. Inconscientemente, ella había colocado sus piernas entre ellos para mantener una distancia de seguridad . Y él se dió cuenta.
- No voy a lanzarme sobre ti Divia, no te preocupes-
Ella tragó saliva antes de hablar y se armó de valor. Eso era justamente lo que ella quería y no quería que sucediera. No quiso pensar mas, si tenían que hablar, hablarían.- ¿ Que dirías si te dijera que no me importaría si lo hicieras?-
Tom creyó que de repente se le habían cruzado los cables o que el vino que había tomado en la cena le había sentado mal o que estaba alucinando porque no podía ser que la misma chica que la semana pasada le había evitado ahora le estuviera dando luz verde. ¿ Qué era lo que había cambiado?
- ¿ Es por lo que viste en el establo? Déjame explicarte por favor...yo....-
Sus miradas se cruzaron. Todo quedó en silencio. Ella esperaba y él buscaba las mejores palabras para explicarle algo que no tenía sentido. Maldita fuese, ni él mismo sabía porqué lo había hecho. Ninguno abrió la boca ni hizo ademán de hacerlo hasta que Divia hizo algo que hacía raras veces, apartar su mirada . Tom era demasiado intenso para ella en ese momento, la hacía sentirse dubitativa, insegura . ¿ como podía ser aquello posible?. Al bajar los ojos, no vio el brillo en los ojos del chico ni su sonrisa. Él tomó aire antes de alargar su mano para acariciar la mejilla de la doggen, a lo que ella respondió estremeciéndose al sentir su contacto .Le devolvió otra vez la mirada, intentando darse valor a sí misma para continuar con aquella conversación sin parecer patética.
- Tom, no quiero explicaciones. Solo quiero saber qué quieres conmigo ahora que tienes a Roberta y como va a afectar eso a...- se señaló a ella y después a él con el dedo índice- ...nosotros.- La vergüenza y la inseguridad la estaba matando y minando el valor que había cogido unos segundos antes, pero tenía que hacer la pregunta.- ¿ Te gusta Roberta?-
Tom hizo una mueca y sonrió de lado.- Sí, me gusta Roberta. Es atenta conmigo, es divertida, graciosa...y está dispuesta a todo lo que le pido . No voy a negarlo Divia, no suelo mentir. Me gusta Roberta.- Afirmó él con contundencia. Ella soltó el aire que incoscientemente había estado reteniendo y asintió con la cabeza intentando controlar el temblor de sus labios. Algo en ese momento se le estaba empezando a quebrar por dentro.
- entiendo... -Inconscientemente su mirada se perdió pero unos fuertes dedos la obligaron a devolverla a unos oscuros ojos azules que ahora la estaban sondeando.
- No, no entiendes. Por eso quise venir a hablar contigo- Cogió su mano y todo el cuerpo de ella se estremeció. Un chisporroteo nació de ese simple contacto y la recorrió asentándose en su vientre, provocándole un calor inesperado.
- Me gusta Roberta, sí, porque con ella puedo ser yo mismo. Ella es...mierda Divia, no sé como decirte esto sin que cambie tu actitud hacia mi. Hay cosas de las que aun no hemos hablado y ...-
Divia entrecerró los ojos sin entender, interrumpiéndole. - ¿ Cambiar mi actitud ? ¿porqué debería?- Algo saltó en su cerebro- ¿Con ella sí has hablado de ello y sólo la conoces desde esta mañana? - No quería enfadarse, quería tener muy buena onda con él pero hablar de Roberta la exasperaba, mas después de su encontronazo con ella.
- Basta con decir que ella me complace en todo lo que le pido-Tom no estaba a gusto con aquella parte de la conversación pero tampoco quería negarse a sí mismo.
- Estás hablando de sexo - No espero a que Tom lo confirmara, ella lo daba por sentado- Pero si solo la conoces hace unas horas ¿ como puedes tener algo así de claro?-
- Porque ya lo ha hecho.No sólo es una chica fácil...es la chica que necesito. - Tom no dijo mas y a Divia se le removió el estómago de mala manera con aquella afirmación. Incluso se molestó un poco.
- Mira Tom, no me seas cafre, ¿vale? Dime simplemente que te gusta y que folla contigo cuando tu quieres. - Oh yeah, ya había perdido los nervios y dejado salir la Divia de siempre. Tom solo se encogió de hombros y no se molestó en negarlo.
- Es una forma de decirlo. Pero esa no es la cuestión, la cuestión es que me gustáis las dos.Y tu me gustas mucho Divia, mucho mas que ella. Contigo conecto a muchos niveles. Con ella es sólo sexo -
Aunque solo fuera un segundo, a ella le pareció ver las mejillas de Tom rojas, pero no, debían ser sus ganas de que él estuviera pasando tan mal rato como ella en ese preciso momento. Se le prendió algo en el pecho y juraría que eso fue un atisbo de esperanza.Esperanza para ella.
- Tu no sabes como es conmigo a ...ese nivel.- No sabía hacia donde iba a derivar esa conversación pero sí sabía que no iba a rendirse sin haber intentando al menos algo. Lo que fuese. - Lo único que has probado de mi ha sido...lo de antes, en la puerta.-
El macho se pasó la mano por el pelo y provocó que mas mechones se le soltaran de la cuerda de piel con la que llevaba recogido el cabello.
- Joder, lo sé...por eso he venido. Divia, no sé como actuar contigo, lo siento. Me desconciertas totalmente. Normalmente no suelo ser tan idiota con las chicas, sé lo que quiero y voy a por ello. Pero es que contigo...Divia, no quiero perderte como amiga, pero tampoco quiero que seas sólo eso. Lo de antes...mierda, eso fue intenso . Muy intenso-
Si, definitivamente el pequeño atisbo de esperanza creció en ella y casi se salió del pecho ¿o era su corazón que no cabía en él en aquel momento?. Sabía que tenía que decir algo, lo que fuese .No podía perder aquella pequeña oportunidad que el destino le brindaba en bandeja de plata.
- Creo que me pasa lo mismo que a tí...- respondió ella timidamente.- Cuando te vi hoy con ella, se me hizo un nudo aquí que no puedo explicar.- Se señaló el pecho- Me dolió horrores. Eres mi amigo, pero no se sintió como sólo amistad. Y el beso...el beso fue...-
Tom se quedó en silencio, y Divia se imaginó que el cerebro del chaval debía estar dándole vueltas al asunto sin dejar de mirarla como si le hubieran salido tres cabezas. De repente, su expresión cambió, el asombro dejó paso a una enigmática sonrisa y una seguridad arrolladora.
- Ven aquí Divia -
Invitó y ordenó al mismo tiempo. No le dió tiempo a ella a reaccionar ni a pensar como cumplir su demanda. Tom extendió sus brazos para alcanzarla, posó sus manos sobre sus rodillas , separó sus piernas cruzadas, la agarró por debajo y tiró del cuerpo femenino hasta colocarlo a horcajadas sobre el suyo. Las piernas de Divia, alrededor de las caderas masculinas, podían sentir el calor que emanaba del cuerpo del doggen. También podía sentir en su propio pecho el corazón masculino latiendo fuerte, casi tan rápido como el suyo. Sus pechos se endurecieron al notar la dureza de su torso, incluso encima de la camiseta que él llevaba. La sensación fue tan desconcertante que ella se sobresaltó y ahogó un grito. Tom irradiaba una seguridad contagiosa. Tom acunó su cara con las dos manos y deslizó sus pulgares por la piel de sus mejillas.
- No tienes ni idea de lo que me provocas-
¡ Por Dios! Una ola que nació del lugar donde Tom la estaba tocando , atravesó todo su cuerpo , asentándose en la ingle. Por no decir como sentía la mirada azul del macho en el alma, si es que era verdad que tenía una. Tom no la estaba mirando, la estaba marcando a fuego sólo con sus ojos.Toda la seguridad en sí misma se fue a paseo cuando él posó sus labios sobre los suyos y la besó dulcemente. No fue como el beso anterior robado en el porche, esta vez Tom no se dedicó a saquearla. Se dedicó a saborearla , recorriendo con su boca y su lengua, todo lo que encontraba a su paso.
Pero algo se disparó en el cerebro de la chica, incluso en medio de una oleada de hormonas, su cerebro siempre encontraba la manera de pedir paso. Se separó abruptamente de él , respirando como si hubiera corrido diez kilómetros y con el cuerpo temblándole.
- Tom... yo...yo no comparto. Si haces esto...solo soy yo. No pienso dejar que te acerques a Roberta ni a ninguna otra.-
A él se le iluminó el rostro.- Y yo perdiendo el tiempo durante una semana y lo único que tenía que hacer era ponerte sobre mi regazo y besarte. Si lo llego a saber me hubiera ido al establo con otra chica antes ...- él bromeó pero a ella la broma no le hizo mucha gracia.
-¡ No bromees con eso Tom ! - Le reprendió dándole un manotazo en el hombro. El respondió riendo y atrapando sus labios de nuevo y colocando sus manos en sus glúteos, apretándolos con ganas.
No supo como, pero en unos segundos ella ya estaba aferrada a su cuello, rodeándolo con sus brazos, como si no quisiera dejarlo escapar, frotando su dolorido cuerpo contra el del chico . Pero le pasaban tantas cosas por la cabeza que alguna tenía que decir, y para ello tenía que abandonar sus labios en algún que otro momento aunque no quisiera hacerlo.
- No sé que siento por ti Tom, la verdad...estoy tan confusa- Apenas podía hablar y respirar con esos labios avasalladores dejándola sin sentido. Alitas sabía besar, pero Tom también.Ahora entendía aporque la rubita había caido en los brazos del chico en sólo unas horas.
Su mente hizo un pequeño impas mientras era besada.
Roberta.
Alitas.
Desechó cualquier pensamiento hacia Roberta. No valía la pena. Pero Alitas era otra cosa. Alitas era su amor platónico, el macho por el que suspiraba en sus sueños. Pero Alitas no quería nada con ella, de hecho él la había lanzado a los brazos de Tom practicamente y era un ser tan alejado de ella románticamente hablando como la galaxia de Orión. Tom era él que estaba con ella en ese preciso momento y en su interior supo por fin que hacer. El chico también tenía cosas que decir.
-Joder Divia, yo no quiero ser sólo tu amigo...- Respondió él, casi con un gruñido. Ella sonrió.
- Lo sé.- La sonrisita esta vez se la dedicó ella a él - Creo que no dejo que mis amigos me toquen el culo de esa manera- El se separó para mirarla mejor a los ojos.
- ¿Crees? No quiero que creas, quiero que sepas. Quiero que tengas bien claro si quieres esto o no- La acercó mas a su cuerpo y susurró ronco en sus labios. - Quiero seducirte Divia...quiero que olvides lo de esta tarde y que cambies esos recuerdos por los que creemos juntos-
Ella sonrió divertida y enarcó una ceja al preguntar retándole- ¿Crees que puede seducirme así como así?
- Soy muy bueno en eso, si. - la sonrisa de suficiencia del chico la dejó desarmada.- Pero no lo sé...y me muero por intentarlo.- Una escueta respuesta para todo un listado de cosas que tenía en mente.
Tom se mordió el labio para no soltar ninguna burrada. La sangre le estaba hirviendo en sus venas y solo quería dejar su lado salvaje desatado. Controlarse le estaba costando toda su autodisciplina.
- Creo que nunca ninguna chica me ha respondido tan rápido como tu sin tener que desplegar mis....encantos especiales. Ni siquiera Roberta.-
Divia se mordió los labios y entrecerró los ojos molesta.- No hables de Roberta u otras mujeres si estás intentando seducirme, vas a mandar mi líbido a paseo. Y aun no me has respondido a lo de no compartir. Si estás conmigo no estás con nadie mas.- El apretó con mas fuerza sus glúteos y la hizo gemir de excitación.
- Si decides estar conmigo no habrá ninguna otra a menos que tu quieras . - Ella se quedo estupefacta. ¿ que quería decir con eso? Pero el continuó sin inmutarse apenas con lo que había dicho- Y ni se te ocurra mandar tu líbido a paseo, la necesito bien activa - Y ella abrió los ojos como platos jadeando cuando sintió los dedos de Tom en la pretina de sus pantalones.El se dió cuenta enseguida de la reacción femenina.
- ¿Voy demasiado deprisa?- Preguntó el chico deteniéndose.
Ella iba a decir que sí...pero entonces recordó que una semana antes ella se lo había intentando montar como una golfa en un reservado de un club con un tipo al que no había visto nunca y que su virginidad hacia muchos años que se había perdido en Londres. No es que ella fuera una ninfómana pero siempre había tenido algún novio o amigo especial con el que practicar sexo regularmente. Era desde que estaba en el nuevo mundo que parecía una monja de clausura humana. Y también recordó a Roberta en el pasillo diciéndole que Tom era suyo.
Respiró profundamente. No había nada que la incetivara mas que un reto , los desafíos y las posibles victorias sobre rivales pagados de sí mismos.
Algo hizo click en ella.
Oh si, Tom iba a ser suyo esa misma noche y Roberta solo sería un mal recuerdo para el chaval.
¿ Que todo esto era porque el ángel la había dejado hiperhormonada y excitada? Podía ser pero lo dudaba , pero esa noche iba a matar la maldita inquietud que burbujeaba entre sus piernas desde hacía meses.
Le respondió soltándole el pelo y levantándole la camiseta por los hombros .Tenía miedo de mostrarse demasiado fogosa y que él pensara que era tan fácil como Roberta. Oh Dios, claro que lo era. Estaba desnudando a Tom cuando le había visto por la mañana follándose a la rubia de bote. Pero le dio igual. En esos momentos quería a Tom y lo quería bien cerca.
Se quedó sin aliento cuando vio al doggen medio desnudo. La ropa no le hacía justicia porque lo de Tom era un cuerpo con mayúsculas. Ella sabía que era fuerte y ancho de hombros, eso se veía a la legua, pero no había tenido el placer de contemplarle como lo estaba haciendo ahora. La punta de los dedos le picaba por tocar aquel amplio pecho y ese abdomen esculpido en músculo.
Sintió chispas cuando sus dedos rozaron la piel del pecho de Tom y él gimió . Era suave, duro...sin pelo como los vampiros a los que servían y no supo si eso la excitaba o no. Estaba acostumbrada a los humanos y todos ellos tenían un vello de lo mas estimulante. Daba igual a lo que estuviera ella acostumbrada, Tom era hermoso y bello. Endemoniadamente hermoso porque su cuerpo emanaba algo que ella no podía explicar. Deseo y oscuridad. Y una luz extraña. Y no era un ángel así que no iba a sentirse rechazada, de hecho el enorme bulto debajo de su culo le estaba confirmando bien eso.
Cuando sintió que su propia camiseta era levantada para ser retirada, ella se mordió el labio y levantó los brazos dejándose llevar por unas manos que de lo mas ágiles y expertas.
Sentada a horcajadas , no había mucho lugar donde mostrarse recatada .Además, quería todo aquello que estaba pasando. No quiso perderse la imagen de un Tom contemplándola y comiéndosela con los ojos mientras la observaba incluso con el sujetador cubriendo aún ahora sus pesados pechos. Oh sí, el macho había conseguido que el cuerpo de Divia estuviera tan cargado de tensión sexual que todas sus zonas erógenas ya estaba doliéndole de necesidad.
Gimió cuando las manos del chico se deslizaron por su piel, desde su cuello por el valle de sus senos, acariciándola, preso de una tensión bien palpable. Ella echó la cabeza hacia atrás disfrutando de aquella caricia tan erótica. Soltó un chillido de protesta nada convincente cuando su sujetador fue apartado y su boca apresó su pezón derecho. Cuando miró casi estalló en llamas al verle y sentirle chupar y lamer su sonrosada protuberancia ahora al aire libre , con el resto de su pecho desbordándose por el borde del sujetador. Tom empujaba y manoseaba con su otra mano el otro pecho y lo hacía gloriosamente bien.
Estaba resultando todo un experto en conseguir excitarla , ¿ porque narices lo había mantenido alejada de él durante toda una semana? En esos momentos podía sentirlo, verlo, olerlo y eso la llenaba de una satisfacción femenina que nunca había experimentado. Ella quería sentirle completamente sobre su piel, sus manos sobre sus pechos, tocándola completamente.
Pareció que él le había leído el pensamiento, porque en un segundo sintió dos manos en su espalda, y su sujetador lanzado al suelo sin contemplaciones. Cuando el aire de la habitación dio de lleno sobre su piel desnuda, sus pezones se erizaron en respuesta ¿o fue por que estaba a punto de llegar al primer orgasmo de su vida medio vestida?. El macho gruñó ante su reacción.
- Dios Divia... quiero lamerte entera-
El cerebro de la hembra se cortocircuitó cuando su boca volvió a asaltar sus pezones. Su piel respondió enseguida mandando señales eléctricas hacia el centro de su vientre. El palpitar de sus venas resonaba como un cañón en sus oídos y estaba sintiendo como su cuerpo se estaba elevando hacia arriba...hacia arriba. ¿ era posible tener un orgasmo sólo con alguien sobando y manoseándole los pechos, mejor dicho, con Un Tom sorprendentemente experto haciéndolo? La respuesta llegó como un obús.
Estalló en un increíble oleada de placer que la dejó jadeando y dolorida como el infierno, con sus dedos clavados en los hombros del macho.Estaba segura que le había dejado marca de la presión que había ejercido. Su piel se había vuelto mas caliente y en su abdomen chisporroteaban aun pequeñas estrellitas nerviosas.
Por Dios bendito,ella quería algo mas de él , algo que sabía necesitaba. No era sólo sexo, era algo mas profundo. El tenía algo que le pertenecía y ella lo quería. Se sintió infinitamente posesiva hacia aquel chico que la miraba en ese momento como un halcón miraba a un ratón.
Tom sentía a punto de morir de dolor testicular. Debajo de sus pantalones estaba todo a punto de reventar, y su famoso autocontrol estaba a punto de sufrir el primer golpe de revés de su vida. La tensión tiraba de su entrepierna como una cabrona. El orgasmo prematuro de la chica lo había dejado a las puertas del suyo, con un sentimiento de satisfacción genuino difícil de explicar. Se había corrido con tan solo chuparle los pechos y no quería ni imaginar que podía suceder cuando pudiera llegar hasta su sexo. Él era muy bueno complaciendo a sus amantes, pero Divia respondía de forma instintiva a él.
Tragó saliva y se obligó a respirar un par de veces. Tenía que hacer algo, porque su cerbro iba a freírse de un momento a otro con toda sangre burbujeándole en las venas Pero no quería asustar a la chica, tenía que mantener su famoso control ferrero. Además, algo en su interior quería tener a Divia como las personas normales ...quería ser normal por una vez en su vida.
Sus manos cobraron vida propia y volvieron al botón de los pantalones de la chica. No sabía porqué pero estaba siendo de lo mas torpe al no conseguir ganarle la batalla al jodido botón de unos jodidos tejanos de lo mas normalitos.
- ¡ Santa mierda!¡ Odio los pantalones! - Ella soltó una risita y él se deleitó con la sensación de la chica medio desnuda, frotándose contra él . Una parte de él mismo salió a la superficie- A partir de ahora llevarás falda cuando estés conmigo- la voz salió ronca ,mientras luchaba con el botón de sus tejanos.
Ella respingó . A Divia, aquello podía haberla excitado, de hecho lo hizo, sintió como sus bragas se mojaban mas ...pero su carácter no iba a dejar pasar eso por alto.
- ¿ Como? - Lo separó de un empujón hacia atrás con sus manos para estudiar detenidamente su rostro .Estaba excitada, sintiendo otro maldito orgasmo crecer en ella, pero aun no esta idiotizada.
El ladeó su sonrisa ganándole por fin la batalla al dichoso botón- ¿ No te gustan las faldas?- Preguntó sin mas. ¡Oh Dios! La forma de decir aquella frase, teñida en deseo, con una seguridad que asustaba, la hizo temblar de cabeza a los pies . Pero la Divia racional , agazapada detrás de la golfa que disfrutaba de las atenciones de Tom, fue la que tomó la palabra.
- No, no me gusta llevar falda. No es cómoda- Respiraba con dificultad a pesar de estar intentando establecer un diálogo en medio de una asalto sexual de los mejores de su vida.
- Los pantalones no son prácticos.- Determinó él con una mueca plagada de lujuria- Me gusta disfrutar de lo que es mío cuando quiera. Si llevas pantalones tengo que contentarme solo con meterte mano debajo de la camiseta. Debajo de un vestido o una falda todo tu cuerpo está dispobible para mi donde a mi me plazca-
Era oficial, Tom había convertido su bajo vientre en un volcán en erupción con aquella frase sacada de una maldita película erótica .
- ¡Tom! - Ahí de nuevo la racional Divia dando por saco. ¿ Era ese el encantador chico con el que ella había estado compartiendo una maravillosa semana? ¿ De donde salía aquella especie de macho alfa adicto al sexo?.- ¿ No crees que vas demasiado deprisa ? Tu y yo aun no somos...-
- Pero lo seremos, querida.Pienso convencerte de ello esta noche. Esto sólo han sido los preliminares...-
Continuara...
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