domingo, 9 de marzo de 2014

La cazadora y el dolophomos. Capítulo 21. Revelaciones.


Deimos avanzó a través del panteón de las Furias, esto no iba a ser sencillo pero estaba decidido. Phobos caminaba a su lado,apenas habían podido hablar que habían sentido la llamada de las furias.

No fue una sorpresa ver a Alecko, Megair y Tisífone en sus tronos con sus típicos vestidos y sus hermanos a sus pies ,esperándolos.

Su madre los miró muy enojada, cuando era niño temblaba ante ese gesto pero ahora no le temía. No sólo porque haya crecido sino porque había perdido todo el respeto por ella cuando se puso de acuerdo en manipular su vida.

- ¿Qué explicación tienes para semejante ofensa Deimos, hijo de Ares?

Típico, Alecko no lo reconocía cuando estaba furiosa.- No has respondido a ninguna llamada que hemos hecho y no has cumplido tu deber con nosotras. Sabes que como líder debes poner el ejemplo...ambos deben hacerlo-  La mirada recayó sobre su hermano también, quién ni se inmutó ante la llamada de atención.

- Deimos ¿tan malo es ser mi esposo?-Larissa hizo una imitación de mujer dolida muy mala, era más fría que un témpano de hielo...ser víctima no le quedaba.

- Se te dio una orden-Megair estaba apunto de saltar contra él pero Tisifone la frenó.

- Aunque todo estaría perdonado si vienes a cumplir nuestros deseos.

Antes que siquiera Deimos pudiera hablar , un destello iluminó la estancia dando lugar a Jericho, Delphine, Zarek , Madoc y Solin.

Esto no se lo esperaba pero aparentemente Phobos sí ,visto que saludaba a los recién llegados como si nada. Entrecerró los ojos hacia su hermano. Esta era una venganza por no haberlo llamado...ya hablarían.

Phobos se adelantó antes que las Furias pegaran el grito en el cielo

- Ellos son nuestros aliados-Aunque no aclaró de quién.



Deimos miró a los recién llegados e hizo una inclinación de cabeza con un gracias bajo. Se volvió a los demás presentes. - Si mal no recuerdo se me había ordenado sentar cabeza, casarme y tener hijos ¿no es así?

Ante el asentimiento de las hermanas prosiguió

- Bien, pues eso hice. Debo informarles que estoy felizmente casado y , creo que dentro de poco tendremos niños. Pero será a nuestro ritmo.

Megair saltó de su trono y comenzó a cambiar de forma, furiosa.

- ¿cómo te atreviste a ofender a Larissa? Ella se entregó a tí por amor, lleva un hijo tuyo en su vientre...maldito

Antes que la Furia pudiera dar el golpe Deimos,  se corrió y se vistió con sus ropas de batalla. Esquivó las garras de su tía y ladeo su daga cortándole la muñeca

- No me busques querida tía...no estoy de humor.

Miró a Larissa

- Dile la verdad a tu madre….yo nunca te toqué

Larissa sabía que estaba en problemas. No debió haber hablado sin pensar pero debía asumir las consecuencias...miró a su medio hermano Simón y supo que se había descubierto todo. Él se veía furioso con ella.

- Madre...mi hijo no es de él -

Megair miró a su hija confusa.- Dijiste que el hijo era de tu hermano ¿mentiste?

Larissa negó

- No es de ese hermano -

Todos miraron hacia donde Larissa miró.

- ¿Simón? ¿ en serio?

Phobos cerró la boca cuando Delphine le pegó un codazo. Sabia mujer, pero tendría que emplear otros métodos. Tenía un codo filoso.

Deimos suspiró, los dioses griegos eran los reyes del drama.

Bajó sus armas cuando su tía lo miró como bicho y se alejó de él. Todavía le costaba trabajo entender el capricho de Larissa pero ese ya era problema de su querido hermanastro, ahora lo adoraba.

- Yo debo irme, solo vine a decirles eso. Estoy casado...feliz, no voy a vivir por aquí así que no me busquen. Si me necesitan contacten a Phobos

Se dio media vuelta para irse.

- Deimos

Alecko destelló delante de su hijo. Por primera vez en muchos siglos quería hacer algo más que ordenarle pero no estaba en su naturaleza.

- No hagas esto-

-¿Hacer qué,madre?- Deimos la miraba fríamente-- Admitiste que me usaran como moneda de cambio, ni siquiera me defendiste. Solo asumiste lo peor de mí y nunca hice nada para que las Furias dudaran de mi servicio. No estoy haciendo nada malo,  estoy yendo a casa con mi esposa. Quiero poder disfrutar de la semidiosa que amo. Mi guerrera ¿eso es malo?-

Alecko no sabía bien que le había pasado a su hijo pero su actitud era distinta y estaba furioso. No dijo más nada y dejó que se fuera, a lo mejor así no terminaba de perder a su hijo.Lamentaba mucho tener que darse cuenta ahora que tendría que haberlo puesto por encima de todos, al final era una perra egoísta igual que su padre.

- Deimos eso fue muy romántico

Zarek hizo un ruido de disgusto ante las palabras de Delphine, ganándose una mirada asesina por parte de Jericho

- ¿Romántico? le metió la mierda por el trasero.

Ahora fue el turno de la Oneroi fulminar a Zarek con la mirada.- Fué romántico…

El semi dios se plantó dispuesto a discutir pero Jerichó puso su cuerpo entre su esposa y él

- Si aprecias tu trasero más te vale ponerle filtro a ese boca Z, eres mi amigo pero ella es la razón de mi vida.

Z rodó los ojos

- Lamento entenderte tanto, me hubiera divertido haciéndola enojar pero debes estar de acuerdo conmigo...eso no fue romántico fue un gran Cierra el culo furia.

- ¿Así que tengo nuera? ¿Cuándo la voy a conocer?-

Deimos se tensó completamente. Enfrentando a su padre estaba dispuesto a herirlo en cualquier momento.

- Jamás vas a conocerla.

- ¿por qué no? soy tu padre Deimos, tengo derechos. Como por ejemplo, podría reclamar mi derecho de poder probar a la mujer para ver si es digna de mi hijo

Deimos se movió rápido, Phobos no pudo frenarlo.

Ares estaba de espaldas al piso con la daga de su hijo en su garganta. Los ojos feroces de Deimos brillaban con fría determinación

- Acércate a ella y voy a matarte lentamente, pero no antes que ella tenga un buen pedazo de tí.

-¿qué es lo que pasa aquí?-

La voz de Zeus sonó atronadora detrás el grupo. Ares apretó los labios sabiendo el sermón que se le venía

- ¿Cómo es que dejas que tu hijo te trate así?

El dios de la guerra taladró a su padre con la mirada, si el estúpido de su hijo no hubiera arruinado todo ya,  podría mandar a ese dios pomposo bien a la mierda.

Deimos miró a su abuelo con desprecio

- ¿Debo recordarte que soy hijo de una Furia y que tú y tus dioses no pueden mandarme?

Los ojos del gran Dios del olimpo destellaron con furia

- No me pongas a prueba..-

- O ¿qué?-

Ares aprovechó esa ínfima falta de atención de Deimos para deshacerse de su agarre y pegarle un puñetazo en el estómago alejándolo de su cuerpo. Conjuro su armadura de batalla listo para terminar con el bastardo que ayudó a su caída. Lo que no contaba es que los que estaban con él, incluído Cratus , se pusieran alerta para defenderlo.

- Te dije que tus hijos no servirían en nuestro plan -

Zeus miró con desprecio al grupo

- ¿Qué puedes esperar de un dios que se enamoró de un ser tan abominable como una Cazadora Oscura?

Deimos dejo de prestar atención al estúpido de Ares para enfrentar a Zeus

- Ten mucho cuidado con lo que dices Zeus...tú ya no ostentas el poder que tenías, casi no tienes adoradores y eso te resta fuerza-

El abuelo de casi todos los dioses miró con odio a Deimos y preparó un rayo para atacar, sólo que cuando lo tiró no solo no le hizo nada sino que pareció rebotar y volver al agresor.

Zeus se corrió por poco - ¿qué diablos hiciste?

Furioso el gran dios olímpico se tiró contra su nieto pero este lo esquivo fácilmente y suspiro aburrido. Zeus terminó en cuatro en el piso de mármol.

- Has pasado demasiado tiempo en ese trono y lleno de fiestas, ya no sabes cómo pelear-Sin decir nada más Deimos destello de ese asqueroso lugar.

Apareció en la sala de su casa,  no se sorprendió que los demás lo siguieran.Los enfrentó con el mejor humor, ya que ellos no tenían la culpa de lo que había pasado.

- Les agradezco que hayan ido a ayudarme.-

Delphine se recostó sobre el pecho de su marido, quien no perdía ningún momento del día o noche para poder tocarla.

- Para eso estamos, no seremos los mejores amigos pero nos ayudamos entre nosotros.

Jerichó solo asintió.Z se encogió de hombros

- Si, somos unos enfermos que nos gusta mucho poner nuestros culos en peligro lo más que podamos

Madoc suspiró con cansancio.- Existe dos palabras para eso

Se volvió hacia Deimos

- De nada.

- Estaremos para tí como tú estarás para nosotros...y ahora nos vamos, creo que tienes una reunión más importante a la que asistir-

En ese momento se escuchó el ruido del garage: Janice había llegado

- Esperen, yo quiero aunque sea verla -Delphine miro curiosamente la puerta de la entrada.

Janice salío de estacionar su moto hacia la escalera que daba al recibidor de la casa. Había varias presencias aparte de la de Deimos pero no creía que fueran enemigos o eso esperaba.

Desde que Deimos le había dado el alimento que usaban en el Olimpo,  había tenido algunos problemas para usar algunos poderes, o ella era la que no aceptaba que ahora era una semidiosa...algo que hubiera evitado pero no podía decirle que no a su dios, él había hecho demasiado cosas por la felicidad de ambos.

Con las armas cerca por las dudas abrió la puerta para encontrarse con un grupo bastante particular.

Deimos notó la tensión en Janice así que se acerco y le dio un beso breve en los labios

- Hola mi cazadora…

Con una sonrisa agarró su cintura con una mano para pegarla a su costado.

- Déjame presentarte a mis colegas en muchas luchas: Solin, Delphine, su esposo Jerichó, Madoc y creo que a ese amargado lo conoces

Z lo fulminó con la mirada

- Señor semidios amargado para tí, capullo -miró a Jan y dio un seco asentimiento con la cabeza

Janice no sabía bien que pasaba hasta que le explicaron mejor quienes eran. Pero lo que más le asombraba es la transformación de Zarek, seguía teniendo su humor huraño pero su aspecto era muy distinto, parecía feliz en cierta forma.

Luego le preguntaría a Deimos que paso con él, la historia completa.

- Realmente eres muy hermosa, tal como dijo Deimos -La mujer llamada Delphine la miraba con curiosidad y una sonrisa en el rostro. La hizo sentirse incómoda ,su comentario, por lo que solo sonrió un poco.

- Bueno gente a despejar, ellos quieren estar solos. Para sociales tenemos el grupito de lamentos de los miércoles

Phobos se ganó miradas fulminantes y algunos ojos rodados mientras intentaba salvar el silencio que se estableció el lugar.

- Aunque detesto estar de acuerdo contigo tiene razón, dejemoslos solos y…

Antes que Solin pudiera terminar la frase un fuerte destello iluminó la casa haciendo que todos cayeran al piso por la expansión. Pero no tardaron en ponerse de pie en guardia, o al menos hasta que vieron como Ares sostenía a Jan. Le había clavado una daga en su hombro y sostenía otra en su costado.

Continuará....



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