lunes, 17 de marzo de 2014

Despliega tus alas. Capítulo 26. El amor puede tener muchas caras.


Lassiter sintió exactamente el momento en el que el sol desaparecía del firmamento. Abrió los ojos, no es que durmiera pero había caído en el ensoñamiento, y  confirmó como los plateados rayos de la luna  entraban por la ventana. Su hembra  dormitaba a su lado,entre sus brazos , con su espalda apoyada en su pecho  moviéndose en  sueños. Incluso dormida, la  deseaba.

No, déjala descansar. Su cuerpo no es como el tuyo, necesita descansar.

No, no lo era, era incluso mejor, al menos por lo que él respectaba. Todo en ella era mejor que él. La adoraba, la amaba. A toda Ella. Le daba igual como estuviera con él, lo importante era que estaba e iba a luchar con todas sus fuerzas porque fuese durante mucho tiempo.

Apartó un mechón de pelo  que cubría parte de su rostro y lo depositó dulcemente detrás de una de sus orejas. Bajó su cabeza y besó el  sensible lóbulo   provocando que se estremeciera . En medio de aquel amor infinito, una leve punzada de ansiedad  no le dejaba disfrutar plenamente de todo, seguía presintiendo que algo iba a suceder , algo negativo.  No se le había permitido en mucho tiempo tener una pizca de felicidad para él mismo, así que seguía esperando el rayo que lo fulminara , pero no llegaba y eso lo desconcertaba.

- Por favor, no seas tan negativo...-

Había olvidado su conexión mental con ella. Divia remoloneó, abriendo los ojos medio dormida. Desde su perspectiva,  tenía el perfil mas bello del mundo. Sus pensamientos debían haberla despertado, tenía que haber deshecho su conexión para dejarla descansar.

- Y yo  habría dado de golpes en tu maldita cocorota por ser tan protector . -



Lassiter rió en voz alta. No sabía si esa era Divia o Ella, porque esa frase habría sido dicha por cualquiera de las dos.

- ¿Quieres dejar de pensar en nosotras como “ nosotras” ? - Era un extraño juego de palabras, pero él entendía perfectamente a que se refería. – Me haces tener dolor de cabeza . Soy Divia, tengo los recuerdos de Ella, pero no soy "nosotras". ¿ vale?

Lassiter sonrió cariñosamente y la apretó contra él , abrazándola  por la cintura. Aspiró el aroma de su pelo y su miembro  se hinchó duro.  Divia soltó una risita

- Creo que no voy a poder sentarme en una semana, Alitas. - ¿Seguía llamándole con aquel apelativo ridículo? Tendrían que hablar de ello. - Si, "Alitas"  -  Otra risita burlándose cariñosamente de él. - ¿Que les voy a explicar al resto de doggens?  – Lassiter se refregó contra sus nalgas en respuesta y ella jadeó. - Maldito seas...me estás haciendo desearte  de nuevo .-

- Soy un chico malo...- su risa burbujeó en su vientre preparándola otra vez para él . Ya estaba moviendo sus caderas para provocarla y poder disfrutar de ella, cuando sintió que alguien se acercaba a la puerta sigilosamente.

Divia también lo sintió, sin duda gracias a su conexión mental . Lassiter frunció el ceño.

- ¿ Qué es lo que quiere esta ahora? - Habían detectado a Roberta al otro lado , y la energía que desprendía no era nada buena.  Oscura,  fría, como mil agujas clavándose en la piel . Ellos guardaron silencio, esperando, pero nada sucedió. Igual que había llegado, se marchó. Divia le volvió a mirar a los ojos por encima de su hombro.

- No me había dado cuenta de lo que ella desprendía.- Se refería a la energía que era capaz de detectar ahora que estaba conectada a él mentalmente .

- Es peligrosa, lo supe desde el primer momento que la vi, pero no sé hasta que punto. Sus pensamientos  a veces no son tan claros cómo los de los humanos.-

- Sabía que era extraña, pero...- Fue interrumpida de repente por el sonido de su teléfono móvil. Ella miró al ángel preguntándole mentalmente si lo cogía.

- Cógelo ¿  porque no tendrías que hacerlo ? -

Ella asintió y se sentó en la cama para buscar donde demonios estaban sus vaqueros. Los localizó en el suelo, no muy lejos. Sacó el teléfono móvil y se quedó  mirando la pantalla. La repentina preocupación de Divia se clavó en el pecho del ángel como una daga.

- Es Tom.- Divia miraba el aparato sin saber que hacer  y su corazón se disparó.

- Responde. No pasa nada. No has hecho nada malo.-

El móvil dejó de vibrar y timbrar justo en ese momento, seguramente  porque hubiera saltado el buzón de voz.  Divia miró al ángel buscando consejo y entonces se oyó el timbre característico de  la recepción de un mensaje. Divia lo abrió  y Lassiter sintió el desconcierto de la hembra; le faltó tiempo para quitarle el objeto de las manos y comprobar él mismo lo que decía .

Dulces sueños mi princesa . Mañana por la mañana vuelvo y  no veo el momento de volver a tocarte  y  verte. Te buscaré  al llegar.

Una tormenta de emociones barrió a Divia de arriba a abajo  dejándola sin fuerzas y Lassiter sintió cada una de ellas. Abrazó a su hembra y odió a Tom sabiendo que estaba mal , pero era superior a él,  Ella era su hembra  y cómo tal sólo pensaba en protegerla y alejarlo de él.

Calma, Piensa.

La acunó entre sus brazos para calmarla   en lo que fueron unos  minutos que  parecieron horas , en la mente de Divia reinaba el caos pero al final, pareció que algo lograba calmarse dentro de ella.

- Soy la persona mas mezquina del mundo.- Lassiter apenas  oyó  su voz en medio de un susurro, su conexión mental hacía el resto.

- No lo eres, simplemente nos amas a los dos. - No quería que así fuera pero era la verdad, por mucho que a Lassiter le repateara el hígado.

Divia levantó su rostro hacia él negando. - No os amo a los dos, Lassiter. Te amo a ti, a él le quiero ...pero no le amo como a tí. -

Bueno, diría una mentira si no dijera que se sintió el macho mas feliz  del planeta al oírla.

- Se lo diré yo. Puedo hacer frente a él sin problema. - Y de paso patearle alguna costilla que otra.

Te he oído. 


- No, no vas a hacerlo. Mis batallas las libro yo, y ni siquiera tú con tu personalidad  de caballero de brillante armadura vas a negarme ese derecho. Además, no le deseo ningún daño, no se lo merece -

¿Como rebatirle sin parecer abrumadoramente dominante que era como se sentía? Ella se refugió contra suya.

- Abrázame y quédate conmigo esta noche. Ahora no quiero pensar,  sólo quiero estar contigo -

Se acurrucó contra él y ese simple gesto insufló vida de nuevo en él.   Hacía tanto que no sentía ese sentimiento...pero qué malditamente bueno era.

- Haré lo que tu quieras y no te preocupes por la comida - Chasqueó los dedos y sobre la mesa del rincón apareció una bandeja. Sonrió a su hembra. - Tengo un par de trucos en la manga y quiero mostrártelos todos.-

Ella le calló con un beso hambriento , acunando su mejilla y forzándolo a ponerse  sobre ella.- ¿Todos? Eso es mucho...me contento con uno cada noche -

Lassiter fingió sentirse  ofendido  - ¿ Uno? Esos malditos colmilludos complacen a sus hembras  varias veces de una sola vez , y estoy harto de oírles...yo no voy a ser menos-

Ella metió su mano entre sus cuerpos y  acunó su dura y henchida carne riendo divertida - Entonces cállate y ámame. Hoy es hoy ... y mañana ya veremos.-



                                               ******************************

Le sudaban las manos,  y temía que las cosas le cayeran al suelo,  su trabajo era reordenar el  huracán llamado Rhage que había destrozado el centro médico, no organizar otro. Pero la ansiedad la estaba matando esperando a Tom.

Otras dos doggens se  habían unido  a ella en la limpieza , había demasiado trabajo para una sola. Y el centro médico tenía que quedar listo para su uso lo antes posible según las órdenes de Dr Manello, Como jefe era implacable.

¿ Qué había ocurrido con Rhage? No lo sabía, ni le importaba, la verdad. Estaba sumida en sus propios problemas y  ni se le ocurrió preguntar.  Se puso a limpiar, recolocar y devolver todo lo útil a su lugar sin decir nada.  El trabajo monótono  le permitía pensar al mismo tiempo que trabajar , pensar en lo sucedido el día anterior y en  lo que pasaría  a partir de ese momento.

Por una parte pensaba en  como se sentía siendo una nueva y vieja Divia al mismo tiempo. Era extraño,  distinto , se sentía  llena de una fuerza desconocida , pero al mismo tiempo  era  la misma mujer que ayer, pero mejor. Mas completa, mas equilibrada, mas sabia.

Con un monton de dudas también.

Entendía muchas cosas  que antes   habían sido  incomprensibles, era consciente de otras de las que ni siquiera se había percatado...había tanto por redescubrir.  Tendría tiempo de hacerlo después, porque lo que le apremiaba a ella en ese momento, era como enfocar el tema a  Tom .

 Lassiter era su alma gemela, su  pareja de vida o lo que fuera que quisieran llamarlo, de eso no tenía duda.  Su nexo de unión lo probaba, pero no era cuestión tampoco de restregárselo a Tom en sus narices.Ni siquiera sabía como iba a decírselo.

Gracias al cielo  había conseguido que Lassiter cediera y no tomará la delantera para hablar con Tom antes que ella ; quería ser ella  la que afrontara una desagradable situación  que ella misma había provocado. Cierto era que lo había provocado todo  sin saber,  pero sin ninguna duda era la responsable  y tenía que ser ella la que  cargara con las consecuencias. Lo mas difícil había sido hacer jurar a Lassiter que se mantendría al margen, y sólo había sido posible amenazándolo con romper su conexión mental. A regañadientes, el ángel aceptó pero sólo con la condición de mantener el vínculo abierto por si la necesitaba.

¿No era encantador su ángel? Protector, paternal , masculino,  respetando  sus decisiones si ella se empeñaba en ello...

Volviendo a Tom, el macho  no se merecía una mentira ni que ella falseara su cambio de actitud con él. Mejor un corte quirúrgico a tiempo. Tampoco  pensaba entrar en detalles, sería muy cruel hacerlo , ni le contaría lo que había pasado la  noche anterior ni tampoco se regodearía en lo que sentía por el ángel.

Amaba a Lassiter con locura,  no podía negarlo. Si verle antes era sentir mariposas en el estómago, ahora era como si un ciclón  arrasara  con todo su cuerpo.Pero  quería a Tom, él había conseguido acceder a su corazón de forma espontánea y por eso estaba desolada, desolada porque iba a dañar a alguien a quien quería.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la familiar voz que  estaba esperando.

- ¿Divia?

Tom entró  en el box médico al mismo tiempo que la llamaba y a ella le dió un vuelco el corazón. Tom estaba como siempre, impresionante, con su pelo oscuro recogido en una sencilla  cola de caballo, y su ropa negra  ceñida al cuerpo  dándole un aspecto mas  atractivo y sexy  de lo habitual  si podía ser eso posible.

Él  fue  rápido  sin darle tiempo a reaccionar. Atravesó el espacio que les  separaba  en dos zancadas , la envolvió en sus  brazos  y la  beso de tal manera que a cualquier hembra se le hubieran aflojado las piernas. Su beso era posesivo,demandante, hambriento .

Divia no respondió, no podía hacerlo . Ante su falta de reacción , Tom  reaccionó dando un paso atrás, extrañado. Había olvidado lo intuitivo que era .

- ¿ Qué ocurre Divia? Estás...tensa. - Divia miró a su alrededor y confirmó aliviada  que sus compañeras la habían dejado sola en la sala.

Mejor, cuanto menos espectadores, mejor para los dos.

No iba a darle muchas vueltas, porque sería peor para ambos - Tenemos que hablar Tom. Ha sucedido algo mientras no estabas.-

El muchacho la miró sin entender , pero asintió enseguida. Sus ojos empezaron brillar de una manera extraña y ella estuvo a punto de cerrar la boca  pensando en alternativas que no implicaran dañar al muchacho.

Cobarde. Afronta esto con valentía.

Era mas fácil pensarlo que hacerlo.- ¿No quieres sentarte? - Preguntó ella tratando de ganar tiempo.

Tom frunció el ceño.  - ¿ Es tan Grave que voy a tener que necesitar una silla?-

Mierda,  Tom era listo y se estaba poniendo a la defensiva y eso no iba a ser nada bueno. Estaba demorando demasiado el tema y Tom estaba imaginándose lo peor. Bueno, es que lo era.

- No...si, no lo sé. Está bien, me siento yo -

Divia se sentó   sobre la camilla que tenía al lado, dejando las piernas colgadas en el borde y respiró profundamente, no podía mirarle a los ojos. Prefería dejar la silla libre por si las moscas.

- Tom,  tenemos que dejar de vernos -

Silencio. Un incómodo silencio se instaló entre ellos. Lo siguiente que sintió Divia fue una mano en su barbilla obligándola a levantar la cabeza y mirar a unos profundos ojos azules .  La expresión de Tom era dura, intensa.

- Repite eso mirándome a la cara, Divia. Los ojos sobre mi. -

La boca se le secó de repente y sintió el pánico caer sobre ella. Una simple orden que no pudo evitar obedecer aunque la aterrara.

Se valiente. Puedes hacerlo, y él está demostrando ser fuerte. Sólo es una frase, una maldita frase.

- Tenemos...que dejar de vernos, Tom - Tragó saliva después de sentirse la cosa mas pequeña y sin valor posible.

- ¿ Por qué? ¿ que ha sucedido en mi ausencia que te hace decirme esto? Dime la verdad Divia -

Su tono autoritario la molestaba, pero iba a concedérselo porque sabía que Tom era así. Si le había costado decir lo anterior ¿como se la s iba a arreglar para decirlo lo mas gordo?  ¿Y si no le decía nada y se enteraba con el tiempo? No había pensado en su futuro aun con Lassiter, pero estaba segura que Tom se enteraría de una manera u otra. Además, estaba que él era un mestizo y odiaba las mentiras.

Sintió el poder de los ojos de Tom sobre ella y eso   la hizo sentir  acorralada. No estaba usando sus poderes, pero él sabía como intimidar a alguien solo con mirarlo.

- He...he encontrado a alguien Tom, alguien de quien  me he enamorado -

Tom la soltó sin dejar de mirarla, estaba segura que el muchachoestaba intentando procesar sus palabras por cómo la miraba.

- ¿ De que me estás hablando Divia? ¿ Cómo puedes...? - De repente el  calló como si entendiera . - ¿Qué sentías por mi Divia?  ¿ Fue todo mentira ?

Ahí estaba el meollo de la cuestión.

- Tom, nunca hablamos de amor...-

- Lo sé, pero ¡joder Divia! Creí que sentías algo por mi como yo por tí. Creí que las palabras sobraban, que...- Ella le interrumpió desesperada por hacerle entender.

- Y es así ¡lo sentía! Pero lo que siento por él...es mas grande, mas profundo. -

Ella se sintió despreciable diciéndole  esas palabras en alto, pero eran la maldita verdad y cuanto antes la supiera, mejor.

Tom respiró profundamente y se dio la vuelta,  dándole la espalda. Ella no podía ver su rostro, pero todo su cuerpo irradiaba emociones, emociones contra  las que Tom luchaba. No supo cuanto tiempo estuvieron en silencio, sin nada mas que el ruido del aire acondicionado llenando  el vacío entre ellos.  Eso era peor, porque al menos las palabras podían llenar espacios .

 Tom rompió el silencio pronunciando las palabras de forma mortal. -Es Lassiter  ¿verdad?

- ¿ Cómo? - Necesitaba de repente beber litro y litro de agua, la garganta le quemaba .

- No te hagas la estúpida. Te dejé a su cargo, no hablas con  casi nadie en la mansión...sólo puedes haberte enamorado de él. Siempre he sido consciente de cómo le mirabas. Pero asumí que sabías que él no te correspondería.-

Ella suspiró. Esa era una gran verdad, y no le habría correspondido si ella no fuera quien era. Pero eso era algo que Tom no tenía ni  debía saber.

- Si, es él.-

Por fin lo había dicho y sintió un gran peso desaparecer de sus hombros.También sintió la furia del chico hacia ella.

Tom se dio la vuelta bastante furioso, con los puños apretados a los lados de su cuerpo. Si ella hubiera sido la antigua Divia, se habría asustado un poco porque la furia implicaba a veces violencia ...pero ya no lo era. Tenía los recuerdos de Ella en su alma, al igual que su personalidad. Pero decidió darle espacio a Tom, tenía ese derecho.

- ¿ Como puedes ser tan estúpida Divia?  - Tom estaba luchando consigo mismo y las emociones que estaba sintiendo - Él no te amará,  ni siquiera puede quererte, puede follarte por supuesto, pero solo como si fueses un  agujero en el que descargarse . Estas apartándome a mi de tu vida para no tener nada con él.-

Sintió al ángel revolverse en su mente pero lo paró con una orden fulminante.

Es mi lucha y te mantendrás fuera.

Aunque Tom estaba furioso, estaba también  llevando aquello de forma muy lógica y  eso era digno de elogiar en el doggen, ella no creía estar en peligro alguno.

-Ese  es mi problema Tom. Sé que no he sido justa contigo ...-

- No, no lo  has sido. Has jugado conmigo cuando yo he sido siempre honesto -

- Lo sé, yo...-

- ¿ Yo qué Divia? ¿Qué me dirás ? ¿Crees que cualquier cosa que me digas hará que deje de sentirme como un auténtico imbécil? Porque eso mismo es lo que estoy ahora mismo sintiendo, que me has tratado como a un idiota . Has traicionado la confianza que deposité en tí Divia, y eso no puedo olvidarlo.  -

Tom alargó un brazo pero se detuvo de repente. La mano le temblaba y cuando se dio cuenta, bajó el brazo y dió un paso atrás.

- No sabes lo que has hecho Divia, cuando Lassiter te dé la patada, que lo hará, no vengas buscando consuelo en mí.  Lassiter no te amará  nunca porque su corazón pertenece a otra así que ves buscándote el hombro de otro imbécil  en el que llorar  cuando llores porque lo harás .No lo dudes.-

Tom se dio la vuelta . Divia estaba muriendose por hablar  mordiéndose  la lengua , quería decirle quien era ella, porque estaba haciendo aquello...para que comprendiera y no la odiara , pero algo en ella le decía que si abría la boca y se exponía , todo se rompería.

-Tom , por favor, perdóname...yo..-





Tom  la escuchó pero no quiso responder, no podía. dentro de él se estaban rompiendo muchas barreras de contención que hacía largo tiempo había erigido en torno a él y estaba muy cabreado...no tanto con Divia como consigo mismo por haber vuelto a caer  en la miseria que eran los sentimientos. Siguió  su camino pasillo abajo, sin querer  mirar atrás. No quería levantar la vista y que ella le viera, porque sus ojos estaban brillantes ...Por Dios que no vertería ni una lágrima por ella. Su orgullo y dignidad eran lo único que quedaban, porque lo humano que quedaba de él  se había quebrado  en ese maldito box médico al oírla.

Aquella maldita doggen con su frescura, bondad y alegría había conseguido que él decidiera abrirse de nuevo al mundo.

Y le había dado la patada .


¿ En que había estado pensando ? La semana que había pasado alejado de ella le había valido para darse cuenta de lo mucho que la había extrañado y de que quería algo serio  con ella.  Si, él había pensado que había sido demasiado rápido pero se había decidido...como le dijo su abuelo " las oportunidades hay que cogerlas una  vez, cuando  pasan."  . Se había enamorado como un colegial  de ella y había venido dispuesto a proponerle  una relación formal, alejada de las licenciosidades a las que él estaba acostumbrado.

Había decidido sentar la cabeza  y empezar de cero algo bueno.

Imbécil.

Ahora todo estaba jodido.E iba atener unas serias palabras con su Tutor, Lassiter. Oh sí que las tendría, y le enseñaría algunos trucos aprendidos en su ausencia .

Salió como alma que llevase  el diablo de aquel maldito corredor sin dar se cuenta de la presencia que había estado escondida entre las sombras,  una presencia que había escuchado toda la conversación y que había tomado una decisión mientras escuchaba.



Roberta lo tenía claro.

Divia era peligrosa.

Estaba haciendo daño a todo el mundo , y sobre todo a ella y a su lindo Amo. Divia  se lo había robado , y lo que era peor, había acabado enamorándolo para echarlo de su lado después como si de un perro se tratara.

Solo alguien perverso y malvado  podría tratar así a alguien. Y Tom no se merecía eso, era el  mejor doggen del mundo, un amo fabuloso y por supuesto era Suyo.

Y ya era hora de acabar con la maldad en esa casa, desde lo mas profundo de su interior siempre había sabido que estaba llamada a hacer cosas importantes, no sólo a limpiar y servir en la mansión.Ahora veía claro cual era su misión, librar al mundo de lacra como Divia.

Nadie tocaba a su amo, ni le hacía daño sin pagarlo.

Oh si, Divia iba a pagarlo. La voz en su interior se lo decía...y esa voz nunca mentía.


Continuará....

















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