lunes, 24 de marzo de 2014

Despliega tus alas capítulo 27. Todo por amor. Parte 1.


Divia sintió la  presencia de Lassiter tras ella  enseguida . Se dio la vuelta para ser abrazada,  necesitaba un abrazo en esos momentos como el sediento necesita el  agua. Se sentía tan culpable y mezquina, que necesitaba que alguien creyera en ella en esos momentos.  Había dolido mucho sentir tan de cerca el sufrimiento  de Tom, el disgusto en sus ojos y saber que ella era la que lo ocasionaba.  Había incluso crepitado en el aire la sensación tan desagradable .

Lassiter la recibió  entre sus brazos, besándole el pelo y acariciando su espalda , con unas ganas terribles de ir a partirle las piernas  a su pupilo e ahijado.

- No lo harás, no soy tan débil , sólo necesitaba  un abrazo .- La voz   de  Divia era apenas un susurro. Él ángel pareció decepcionado.

- ¿ Ni siquiera puedo romperle alguna costilla? ¿ Algún diente de un puñetazo?-

Divia rió en su pecho y  a Lassiter le supo a gloria  su risa y ese cosquilleo en su piel.

- No - Entrecerró los ojos mas bien divertida, levantando la mirada para observarle. Dios, como le amaba.  - ¿ Desde cuando  tienes esa vena  sádica ? -

Lassiter rió mostrándole unos dientes blanquísimos en una boca que ella se moría por besar en esos momentos. - La de cosas que se aprenden de ciertos colmilludos. Te sorprenderías -

Depositó un tierno beso en sus labios y ella se relajó en sus brazos.- Necesita tiempo Lassiter, déjale que asimile todo esto.-



- Sigo pensando que un par de huesos rotos aceleraría el tiempo de asimilamiento . O al menos le recordarían el tener la boca cerrada.-

Ella seguía sin estar de acuerdo.- Él no dijo nada que no fuera cierto- Divia acunó la mejilla del ángel acariciando su piel - Pensó lo mas lógico conociéndote. Tu mismo me avisaste de ello al conocerme -

- mmm, sí, pero eso no quita que quiera partirle las piernas. Hay cosas que sólo las digo yo, los demás que se metan en sus propios asuntos -  La mano femenina  vagó entre su pelo, peinando  las hebras blancas y negras mientras le atraía hacia sus labios. Hubiera ido mas allá de un simple beso si no hubiese sido por el repentino aviso en su cabeza  que sonó como un fogonazo sonoro. Lassiter  gruñó retirando la mano que estaba amasando su trasero.

- ¿ Ahora? ¿ Ahora me llaman ? Llevan sin hacerlo...demasiado poco tiempo.¡ Joder que mal llevan que los de aquí abajo peguemos polvos!  -

Divia le regañó mentalmente por la burrada que había soltado , ella también había sentido la llamada gracias a su conexión. Lassiter no era llamado muy habitualmente, básicamente porque su rango era  superior al de muchos aun habiendo caído en desgracia.

- Si te llaman es porque es necesario - Le dió un ultimo y fugaz  beso, dentro de ella  algo no quería separarse de él, no quería dejarlo marchar...pero el deber era el deber. Sus recuerdos como ejecutora afloraron y el deber era sagrado para los de su clase.Y si por una vez los de arriba  querían verle, ella no iba a retrasar el encuentro. El ángel respondió a regañadientes.

- Lo sé, pero esto seguro que es por nosotros. Como si lo viera.-

Ella le sonrió dulcemente - Acude a la llamada , cuanto antes sepas de que lo se trata,  mejor y luego vuelve a mí-

¿Porqué en ese momento el nexo que los unía se sintió incluso mas presente? Igual que había sucedido antes de su separación. Lassiter dio un paso hacia adelante y acunó su cara con las dos manos, ambos compartían la preocupación de esas sensaciones.

- No pienso dejar que me separen de ti otra vez, te lo juro, lucharé con lo que sea.-

Ella asintió incapaz de pronunciar palabra. Un nudo en la garganta apareció de repente ante la perspectiva de volver a perderlo. Pero no quería que él se preocupara en exceso por ella ¿ que podía sucederle? Si los de arriba aun no habían hecho nada para separarlos, no era lógico que lo hicieran ahora, a pesar de que Lassiter no era del todo bienvenido debido a su pasado salvaje...y a los sentimientos de su gemela con respecto a él.

- Lo sé. No creo que suceda nada malo, ves E Hy. Estaré bien. -

Lassiter odiaba dejarla en esos momentos, la mortalidad de su  nuevo cuerpo  era un handicap con el que tendrían que aprender a vivir cada día, ahora cobraba  demasiada importancia ante su ausencia . Quizá   su preocupación fuera  exagerada, pero no podía evitar tenerla. Una segunda llamada   directa a su cabeza casi lo noqueó. Esta vez los cabrones de los  de arriba  parecían estar cabreados.

Divia también lo sintió.

- Vete ya. Es mejor afrontar los problemas lo antes posible.-

El ángel asintió.- Olam Ahavtich , no lo olvides.-

Olam Ahavtich E Hy ...-

El ángel desapareció de entre sus brazos y sus manos se encontraron acariciando el aire.



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Tom puso las manos en sus rodillas,  tratando de llevar oxígeno a sus pulmones , respirando  dificultosamente. Una hora  golpeando el saco que tenía  en la cabaña , detrás del establo, no había sido suficiente. Aun quería romper algo...o a alguien. Si, mejor a alguien y a poder ser que tuviera el pelo bicolor y un montón de piercings en la cara.

Respiró profundamente para  continuar con el  festival de golpes; sentía la piel de los puños  en carne viva incluso por debajo de las vendas , los músculos quemándole del esfuerzo,   pero quería continuar, tenía que continuar. Cada onza de dolor le recordaba que estaba vivo. Además el dolor era un excelente purgante del espíritu.

 Deambular por ahí en su estado era bastante contraproducente , le había costado todo su autocontrol el no reaccionar para   no parecer un salvaje descerebrado  cuando lo que hubiera querido realmente hubiera sido poder romper las jodidas paredes, las puertas y arrasar la puta mansión.

Tranqulízate. Es solo una hembra.
Si, sólo era una hembra...pero era la hembra de su vida.

El dolor que sentía en el pecho, el vacío indescriptible que se abría paso, le estaba dando unas pistas increíbles de ello.  Había tenido relaciones que se habían roto pero ninguna dolía como aquella.

Quizá es porque siempre las has dejado tú antes.


Bufó interiormente riéndose de sí mismo. ¿ A quien quería engañar? No era una cuestión de orgullo, era simplemente  que se había enamorado de la hembra.  Como nunca antes.

¿ Cómo había dejado que eso sucediese? ¿ Cómo había estado tan ciego ? ¿ Como no había visto lo evidente?  Sabía que las relaciones  eran siempre complicadas, que los sentimientos no atendían a razones...pero algo tenía que haber notado  él cuando era tan intuitivo y su ascedencia paterna le hacía serlo incluso mas.

Maldita fuese él . No debería haberle pasado, no a él.

Se dio la vuelta al sentir a alguien  detrás. Sudoroso y cansado, descalzo y vestido  con tan solo unos pantalones de chándal negros  que apenas le llegaban a la cintura , sintió la mirada hambrienta de la doggen rubia  a su espalda.

- ¿ Qué quieres Roberta? - No estaba ahora para sexo de ningún tipo ni  con ella ni con nadie , no sería seguro  y no quería pagar con ella su  malhumor ni su frustración . La observó   parada frente a él, con una bandeja en la mano  colmada con una jarra de agua y una toalla.

- Me preguntaba si  tendrías sed .-

Tom  hizo una mueca. Roberta siempre tan servicial y oportuna. Se pasó el dorso de la mano  ensangrentada por la frente para retirar el sudor que le caía sobre los ojos, los vendajes  estaban totalmente empadados en  sudor y sangre.

- Gracias Roberta, deja la bandeja ahí mismo. Beberé cuando termine.-

La hembra depositó  la bandeja en el suelo y se lo quedó mirando en silencio. A él se le clavaron mil agujas en el cuerpo al sentir lo que desprendía Roberta.

- ¿ Qué  pasa Roberta? - ella le miró buscando su aprobación para responder. Cielos, olvidaba que a ella le  gustaba continuar sus jueguecitos en la vida real. A él no - Puedes hablar , Roberta -

La hembra suspiró . - No es justo que estés así por ella. No  te merece  -

Tom  bufó interiormente. En ese momento sus impertinencias no iban a caer en buen saco , pero decidió centrarse en lo que le sorprendía de ella en ese momento  ¿Sabía  la doggen lo que había sucedido?

- Yo lo arreglaré  Amo, tu serás feliz y podremos estar siempre juntos -

De repente  la hembra sonrió de forma extraña y se dio la vuelta, marchándose de la misma forma que había venido , dejándolo  desconcertado.

Tenía tanta adrenalina en el sistema que decidió seguir golpeando el saco e ignorar lo que no entendía.  A cada golpe, las palabras de Roberta resonaban en su cerebro.

"Yo lo arreglaré  Amo, tu serás feliz y podremos estar siempre juntos -"
El entendimiento le golpeó de  lleno en la cabeza . -¡ Joder Roberta! ¿ Qué  vas a hacer?-

Salió corriendo rumbo a la mansión sin importarle nada ni nadie, sólo la sensación amarga en las entrañas. No había tiempo, lo sentía.

Divia estaba en peligro.





                                            


Tom no sabía por donde empezar a buscar a Divia  y el martilleo de su sangre latiendo en sus sienes no  ayudaba a que se concentrara  para detectarla. Nunca lo había probado pero sabía que podía hacerlo si se empeñaba.

 Se detuvo en la cocina, delante de  una sorprendida Celia que lo miraba de arriba abajo. Obviamente no estaba vestido según el protocolo, caminando descalzo y  llevando sólo  unos pantalones .

- ¿ Qué te pasa muchacho? Parece que  te persiguiera el Omega -

- ¿ Sabes donde está Divia? - Preguntó aun con el corazón en la boca, respirando rápido.

- ¿ Porque todos estáis buscando a Divia? Fritz la mandó al centro médico de nuevo, llegaron los suministros que pidió el Sire  Manello. -

 - ¿ Quién mas ha pedido por Divia? - Celia frunció el ceño extrañada ante la urgencia en la voz de Tom  – Roberta. Hace unos....-

Celia se quedó con la palabra en la boca porque Tom ya había salido corriendo de la cocina.

Atravesó la mansión en mas tiempo del que el hubiera deseado, las puertas, los interminables corredores del servicio...todo era un impedimento para llegar a Divia a tiempo.Quizá todo fuese fruto de su paranoica imaginación  pero no quería arriesgarse. Daba igual si Divia le había dejado hecho una mierda hacía un rato...no le quería ningún daño y protegerla y mantenerla a salvo era en lo único en que pensaba.

Se cruzó con uno de los vampiros señores de la casa en uno de los pasillos, que le llamó la atención por correr de esa manera en el interior ...no lo mandó a la mierda porque no tenía tiempo.

Lo interceptó otro de los miembros de la hermandad en medio del último corredor  que separaba la mansión del centro médico.El rubio grandote de ojos azul verdoso que estaba vinculado a una humana muy simpática, le sujetó por un brazo deteniéndolo .

- ¿ Donde vas así, chaval?-

Porque el tipo era muy grande y él iba apurado, porque se habría liado a mamporrazos . Pero había otras cosas importantes.

- Divia...tengo que llegar a Divia. Es...importante -

- ¿ Quién?

No podía perder mas el tiempo, así que intentó algo que no había hecho antes, meterse en la cabeza del vampiro e intentar controlar su mente.  El rubio lo soltó enseguida.

- Corre!  -

¿ Qué cojones? ¿ Sus poderes llegaban a este punto? Cierto era que no los había probado con los vampiros, pero esto lo había dejado alucinado.

¡Corre! Mierda, estaba perdiendo el tiempo. Tecleó los códigos en la última puertas y atravesó el umbral.

- ¡ Divia! Divia!-

Cubrió gritando la longitud del pasillo hasta llegar al centro médico,  parecía un loco escapado de un psiquiátrico , y así se sentía  pues no oía  respuesta a sus gritos . Frenó en seco cuando Divia salió del fondo del pasillo, por la puerta de la última habitación,  totalmente sorprendida . Cuando le vió se quedó boquiabierta.

- ¿ Tom?  - Intentó recomponerse de la sorpresa - ¿ Qué sucede? ¿ Qué  pasa? -

Dios del cielo, estaba bien, ella estaba bien.

A pesar de la distancia de los separaba, unos buenos diez metros, Tom la oyó alto y claro y respiró aliviado. Todo había sido una burla de su imaginación y sin duda estaba haciendo el ridículo en ese momento.

Se detuvo para recuperar el aliento  y pensar qué excusa se inventaba para justificar su aparición de aquella manera.  Divia salió de la habitación cargando una pequeña caja , avanzando hacia él dubitativa. Lo miraba  preocupada .

Todo sucedió demasiado deprisa  para que él pudiera reaccionar. Cuando Divia terminó de pasar frente a la siguiente puerta ,  una oscura sombra se cernió tras ella.

Alguien golpeó a Divia en la cabeza por detrás con algo contundente, Tom creyó ver un bate de baseball en algún momento, pero eso no fue lo espeluznante.

Divia cayó de rodillas al suelo, dejando caer la caja en el suelo.  Entonces sucedió.

Roberta  se colocó  detrás de  Divia de pie. La agarró del pelo y la hizo levantar la cabeza. Los ojos de Divia estaban confundidos,  no del todo conscientes de lo que estaba sucediendo .Se abrieron de golpe cuando Roberta pasó el filo de un enorme cuchillo de cocina por su garganta, de lado a lado  cortando carne, tejidos y venas.

Tom gritó  con todas sus fuerzas, arrancando a correr para detener a Roberta, pero la distancia  fue insalvable. La sangre se le heló en las venas cuando Divia cayó desmadejada  al suelo con las manos en la garganta. Empezó a toser y boquear ,  retorciéndose en el suelo; detrás de ella ,  una Roberta triunfal observaba el resultado de su magnifica obra, sonriendo complacida.


-¡¡¡Noooooooooooooo!!! -


La voz de Tom atronó en el pasillo y su grito hizo temblar la paredes. La energía se concentró en sus manos y la soltó sobre Roberta furioso. La fuerza de la onda  mandó a a Roberta lejos, contra la pared donde el crujido de huesos se oyó silente. Le importó poco si había  lanzado algo mortal,  lo único que le importaba era Divia.

La combinación de velocidad  y pies descalzos  le hicieron resbalar con  el charco de sangre que se estaba formando debajo del cuerpo de su amada; cayó al suelo junto a ella  y sin perder tiempo, lucho hasta poder colocarla en su regazo. La  ropa de la hembra estaba empapada y pronto su cuerpo empezó a teñirse de rojo también. Las paredes, el suelo...todo era un maldito lienzo macabro.

Divia luchaba por respirar, pero el color de sus mejillas estaba desapareciendo ,  su mirada  vidriosa  lo miraba asustada, sujetándose la garganta.

- No,no,no,no...- Susurraba Tom acunándola , intentando detener la hemorragia de la arteria seccionada con  sus propias manos;  Roberta no debería haber  tenido tanta fuerza como para provocar una sección total de las venas pero el daño era considerable por la cantidad de sangre que estaba perdiendo Divia . Con los ojos inundados en lágrimas, Tom intentó concentrar sus poderes curativos sobre ella pero no funcionaban, desesperado intento invocar incluso la energía que nunca usaba...

Nada. No funcionaba nada.

Desesperado llamó a Lassiter, el desgraciado  podría salvarla, ¡joder!  Se lo debía, él podría salvarla.

Nadie apareció.

Algo en el aire era distinto, lo olía, lo sentía...algo que le estaba impidiendo usar sus capacidades.

Divia empezó a tener estertores y el brillo de sus ojos empezó a desaparecer,  sus pupilas se estaban dilatando... estaba muriéndose en sus brazos. Tom hizo lo que nunca pensó que hiciera nunca, llorar, rogar a quién nunca había rogado.

- Por favor, por favor , Dios, no...no te la lleves. No es justo...no lo hagas. No se lo merece...haré lo que quieras, pero no te la lleves . No pido por mi, jamás lo he hecho, te pido por ella – Oraba, rezaba  mientras la mecía en sus brazos  intentando convocar sus poderes, cualquiera,  sin conseguirlo.

De repente todo  cambió, el aire, la luz...todo se detuvo. El tiempo se congeló   justo en el momento que una luminosa presencia se hizo visible frente a él.  Tuvo que cerrar los ojos un segundo para que el brillo no lo dejara ciego, y cuando abrió los ojos, la hembra mas hermosa que hubiera visto  nunca  estaba ante él  mirándolo . Unos ojos sin color definido le observaban como si le atravesaran  desde toda su altura y su pelo rubio caía en forma de cascada sobre sus hombros, contrastando con el color oscuro su túnica.

Era un ángel, podía sentirlo  en los huesos. El mas bello, el mas aterrador. Su voz le acarició el alma y al mismo tiempo le hizo temblar de miedo  .

 - ¿ Darías tu vida por ella, Mestizo? -


Continuará....

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