domingo, 24 de noviembre de 2013

La cazadora y el dolophomos. Capitulo 7. Reiniciando.



Janice se despertó sobresaltada, con los ojos abiertos y la respiración agitada.

Vió la cara de Deimos que estaba sentado en la cama tomando sus muñecas y mirándola fijamente¿qué había pasado?



Deimos se había despertado con el movimiento a su lado.

Janice estaba teniendo pesadillas y por como se movía no debía ser nada agradable.

- Janice - susurró poniendo una de sus manos en su brazo. Con una velocidad increíble ella había tomado su muñeca y la había doblado. Por reflejo se sentó en la cama y pudo dominarla - Janice despierta - estaba haciendo fuerza para retenerla pero tenia miedo de lastimarla. Las pesadillas podrían ser unas malditas y las reacciones eran impulsadas por la adrenalina, por lo que la cazadora podría reaccionar de muchas maneras.



Pero Janice comenzó a abrir los ojos, primero con confusión y luego con conocimiento - ¿estás bien Jan? - quería soltarla, sobretodo porque no sabía si sus heridas habían sanado bien.



Janice asintió y sintió como le soltaba las muñecas. Se las frotó sintiendo la presión que Deimos ejerció

- ¿qué paso? -



Mientras se sentaba en la cama, escuchó que había tenido una pesadilla. Lo miró enseguida preocupada

- ¿te lastimé? - él lo negó pero seguro que había recibido aunque fuese un golpe leve. Suspirando, se pasó la mano por la cara - Es por eso que no duermo con nadie yo…- se frenó de golpe cuando recordó todo lo que había pasado. Lo miro con mezcla de suplica y horror por su comportamiento
- Dime que la parte de suplicarte para que te quedaras es producto de mi imaginación -





Deimos no pudo más que sonreír ante su horror. Tomando su mano comenzó a masajear despacio su muñeca

- De hecho sí lo hiciste pero podemos echarle la culpa a que estabas medio inconsciente - vió como ella hizo una mueca y miró hacia las sabanas, tomó su otra mano y comenzó a hacer el mismo proceso, caricias y masajes.



El silencio se alargó, estaba cómodo con ella así. No lo había alejado pero sabía bien que se sentía mortificada ¿cuánto haría que estaba tan sola? No le gustaba que la vieran débil, eso era evidente. Si mal no recordaba las amazonas castigaban a las débiles.



Levantó la vista a su rostro y se acercó, llevando una de sus manos a los labios de la hermosa mujer que tenia al lado. Con una caricia captó su atención y su mirada, justo lo que quería. Sin darle tiempo a pensar, la besó despacio, gimiendo cuando ella abrió los labios para él, y por supuesto aprovecho ese momento para profundizar el contacto. Dioses, la había extrañado y ahora sabía que no podría conformarse solo con su sabor.



A Janice ese gesto suave la había sorprendido , aún más su beso, pero cuando lo sintió contra ella el mundo desapareció. Gimiendo suavemente contra sus labios, dejó que su mano se enredara en su pelo mientras él se recostaba sobre ella. Quería sentir su peso sobre ella, la forma en que la besaba y como se movían mutuamente haciendo que sus pieles comenzaran a arder. No se había dado cuenta que ambos estaban completamente desnudos, y ahora excitados.



Cuando sus besos bajaron a su cuello, respiraba agitadamente pero no le importaba, ella quería más. Una mano seguía enredada en su pelo mientras la otra acariciaba lentamente su espalda, algunas cicatrices que había allí, pero no le importaba. Ella misma tenía algunas. Gimió fuertemente y se arqueó cuando él llego a sus pechos. Estaba perdida en la neblina del deseo y no podía ni quería salir.



Deimos estaba completamente ardiendo, otra vez la tenía y aprovecharía cada minuto aunque tuviera que pedirle a Cronos que alargara el tiempo.



Sus manos se perdieron en los centímetros de su piel, su boca estaba desesperada por probarla pero ahora no. Primero le daría a ambos lo que necesitaban y después se tomaría su tiempo, mucho tiempo.



Entrando en ella comenzó a moverse desesperadamente, a lo cuál ella correspondió de la misma forma por lo que no ayudo a refrenar su lujuria. Tal como pasaba siempre que estaban juntos, sus pasiones se desbordaron de una forma que los dejaban a ambos jadeando y abrazados tratando de recuperarse.



Besando su femenino cuello y todavía jadeante, Deimos se movió como pudo, salió de su interior y se recostó a su lado. Vio como su pecho subía y bajaba rápidamente, ella tenía sus ojos cerrados y su rostro brillaba con una satisfacción que hinchaba gratamente el orgullo de un hombre, o dios en su caso.



Janice abrió los ojos y dio vuelta al rostro mirando a su amante, sonrió un poco avergonzada de cómo él la miraba, así que decidió distraerlo. Janice se puso de costado mirándolo directamente.

- ¿puedo preguntar qué haces aquí? - estaba sorprendida de verlo aunque tremendamente feliz, cosa que no admitiría nunca.



Sonriendo él le saco un mechón del rostro - Bueno digamos que estaba por el vecindario - se rió al ver la cara de desconfianza de ella - de acuerdo, no se lo digas a nadie, pero quería verte…y vaya sorpresa cuando te encontré en esa situación, lo que pensándolo bien, me convierte en tu héroe ¿no?-



Bronca y vergüenza la atravesaron en ese momento, le habían tendido una trampa y ella cayó como novata. Luego miró a su salvador y le costó decir eso, pero era lo correcto

- Si, te lo agradezco, si no hubieras llegado en ese momento yo…-



Deimos besó sus labios cortamente no queriendo revivir aquello ni como se sintió

- No lo digas, no pasó y esos malditos están bien muertos -



Impresionada por el tono brusco que utilizó, ella asintió

- me alegro…de todas formas. Te debo un favor o lo que quieras, salvaste mi vida y estoy en deuda- Su mano fue a su pelo y lo acarició, le gustaba la suavidad y como se moldeaba cuando pasaba sus dedos por él. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, sacó la mano con la cara algo roja. Menos mal que solo los alumbraba una tenue luz, era bochornoso sonrojarse tan seguidamente.



Deimos, sonriendo, tomó su mano nuevamente y la puso en su pelo. No recordaba que nadie lo tratara con tanta dulzura. Al ser hijo de una furia era algo difícil que su madre fuera el pináculo de la ternura. Ella estuvo sorprendida al principio pero luego siguió acariciando su pelo

- pensaré como cobrarme esa deuda…mmm a lo mejor te pido que seas mi amante -



Janice se quedó con la mano petrificada en su pelo - ¿qué yo que? Deimos sabes que eso no puede ser, se me esta prohibido formar vínculos y tu eres un dios por lo que se supone que me tendrías que aborrecer -



- Pero sin embargo no te aborrezco, al contrario - acercó su cuerpo a ella dejando que notara como su cuerpo estaba reaccionando de nuevo. Besó su cuello - me vuelves loco…y por lo de los vínculos, nadie debe enterarse ¿no? . A veces ser ignorantes de algo es mejor…no pienso renunciar a esto Janice, me gusta demasiado estar contigo -



Cerrando los ojos, ella sintió su erección creciendo, su beso en su cuello y la persuasión de sus palabra. Abrió los ojos tratando de concentrarse

- Deimos…espera…- un gemido salió de sus labios cuando él metió uno de sus dedos en su intimidad. Se mordió el labio - Como Dark Hunter yo…- Se esforzó mucho por seguir el ritmo de su razonamiento - tengo que pelear…matar…y despojarme de sentimientos hacia alguna pareja o amante…- en ese momento miró el reloj que estaba en la mesa de luz,¿ las 6 am?...¿cuanto había dormido? - Espera Deimos…¿me dormí todo un día? -



Él sentía como ella luchaba por mantener la cordura y por entregarse al deseo. Cuando preguntó la hora levantó la vista y miró por encima de su hombro el reloj , mientras su mano acariciaba su clítoris. Volvió la vista a ella justo cuando mordía su labio con fuerza y trataba de parar su mano

- Si, dormiste todo un día y una noche…tenías heridas graves…y ni siquiera lo pienses, no saldrás ahora…te quedaras en cama disfrutando de lo que pienso hacerte cazadora - la besó acallando sus protestas y sintió como se entregó dejando que la llevara a donde él quisiera. Sonrío por el triunfo y comenzó a hacer lo que mejor se le daba cuando ella estaba con él, enloquecerla de placer.
Continuará...


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