jueves, 14 de noviembre de 2013

Locura angelical. Capitulo 3. Dejando el alma



- Hola Gabriel -

Al escuchar su nombre, Gabriel no pudo evitar sentir que un sudor frió bajara por su espalda, no tuvo necesidad de girar para saber inmediatamente de quién se trataba. Su tiempo había acabado, su mundo debía volver a ser lo que una vez fue.

- Muerte...no puedo decir que sea un placer verte, dijo Gabriel -

- Lo sé y lo siento, pero el momento llego y no puedo hacer nada por evitarlo-  la expresión de la Muerte,  aquel ángel odiado por todos,  era de infinito pesar.

- ¿ Puedo pedirte un único favor ? - dijo Gabriel, -Permitele ver a su bebé, solo una vez deja que vea la hermosa criatura que ha traído a este mundo, soló un momento...por favor. - La vacilación y la súplica no eran algo frecuente en un ángel como él, tan poderoso y único, pero el dolor de la separación inundaba su alma y estaba dispuesto a suplicar las veces que fuera necesario .

- Ella la conocerá, y luego su reloj se detendrá. -

Dentro de la habitación estaba Minerva totalmente agotada y sin fuerza al traer al mundo a su hija, suya y de Gabriel. En sus brazos yacía aquella criatura de cabello rojizo-rubio igual al suyo y piel de porcelana.  Minerva mirada con total enamoramiento a su criatura, pero la luz de sus ojos se extinguía con cada minuto que transcurría.

Gabriel se acercó a su cama sintiendo  un dolor profundo en el alma, pero recuperó la compostura para que su esposa no sintiera su dolor. Se sentó  en la cama, tomó a a Minerva en sus brazos, junto con su hijita, su tesoro, su regalo.

- Es preciosa ¿ verdad Gabriel?-  la voz débil de su único amor, le indicó que el tiempo se agotaba .

- Es la cosita más hermosa del mundo y es nuestra,... tuya y mía, fruto de mi amor hacia ti. Te doy gracias por hacer ...mi sueño realidad - su voz se quebró sin poder evitarlo. Respiró profundo y recuperó la compostura.

-Minerva nuestra hora ha llegado, debemos irnos...es necesario. -

- ¿Irnos?, No, no, ¿ y la bebé?, Gabriel ¿qué dices ? Yo estaré bien, debo estar bien, ella nos necesita. Por favor, no hables así. -

-Nena, ella va a estar bien, te lo prometo Minerva. Nuestra misión se cumplió, nuestro amor por ella será eterno. La amaremos y la cuidaremos juntos, siempre velaremos por su bienestar, no habrá un segundo de su vida, que no sepamos y cuando nos necesite, vendrá a buscarnos. Te prometo que la verás de nuevo, pero ahora debes ir con alguien.Yo...iré después, la pondré a salvo y luego te encontraré. Después de tenerte, simplemente no puedo dejarte, no quiero dejarte...y la eternidad no sera suficiente para amarte. -  Gabriel no pudo continuar, el nudo en su garganta lo impidió, el dolor llenó su corazón y solo pudo abrazarlas más fuerte .

Sin separar los ojos de su hija y con lágrimas en sus mejillas Minerva le dijo:

-Gabriel júrame que estará bien, júrame que podremos protegerla.No sé por qué  pero...te creo. Veo a alguien Gabriel, me está esperando y sé que debo ir con él, pero...dejarla me rompe el alma, es tan pequeña, tan inocente, no puedo. - La miró a los ojos a la niña- Mi Any,  -Besó su frente y sus rosadas mejillas y con un susurro le dijo:

-Gabriel,  es Any, se llama Any...nuestra Any.Cuídala , la amo mucho.Te amo... búscame-  y en ese instante el brillo de sus ojos se extinguió, junto con su último suspiro.


Gabriel besó a su esposa y miró su pálido rostro.

-Te lo prometo amor,  te lo juro, ella estará bien, ve con él, te veré pronto...¡te amo!-  Tomando a su hija en sus brazos  y dejando el cuerpo de su esposa, se alejó llevando su hermosa carga. Las alas de su espalda aparecieron  con un repentino haz de luz de  color blanco, dorado y plateado e inundaron la estancia de brillo.

Rodeó a su hija con sus alas y le susurró sabiendo que sus palabras quedarían grabadas en la niña:

-Any, mi Any. Eres mi amado regalo, y doy gracias a mi Padre no solo por tí amor, también por haber encontrado a tu mamá. Ella te ama muchísimo y siempre estará contigo.  Yo velaré por ti mi Any. En este momento tu decides tu destino, puedes crecer ahora o cuando quieras .Ellos igual te encontrarán y te cuidarán. Debes ser fuerte mi amor y en el momento que estés listas volverás a nosotros ¿  mi regalo para ti? Tu vida. Vívela al máximo, nunca te detengas ante nada y ante nadie...eres un ángel, eres fuerte y poderosa, eres mi regalo y todo lo que venga de ti, sera una bendición. Te adoro-

Besando su pequeña nariz, la pequeña Any desapareció en un estallido de luz.

Gabriel miró al cielo, sonriendo y anhelando su futuro. Impulsó sus alas y fue a buscar la mitad de su corazón...aquella que lo estaba esperando en las puertas del cielo.


Continuará....









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